Cuando la Naturaleza es la mejor aula

Todos necesitamos el contacto con la Naturaleza, pues favorece la autonomía, la creatividad y el interés por aprender.
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Existe aún el reto de hacer posible ese contacto más fluido e integrado en la escuela, algo muy común en el norte de Europa y que empieza a aparecer tímidamente en la cuenca mediterránea. Veamos algunos casos:
La Asociación EdNa de educación en la naturaleza creada a principios de 2015 pretende ser un espacio de encuentro, intercambio de experiencias y consolidación de proyectos educativos en la Naturaleza, “quitando cemento del medio”, como dicen Bibi Marful, María Mayorga y Paz Gonçalves, tres de sus principales activistas. Su credo empieza reconociendo que los niños y las niñas merecen crecer conociendo su entorno natural, y que afloren esos instintos biológicos que los adultos ya han perdido: “Una generación entera educada en la Naturaleza cambiaría el futuro del planeta”. Hoy en día los niños sufren “arresto domiciliario” y se empieza a hablar de trastorno por déficit de Naturaleza, no como un diagnóstico médico, sino como un conjunto de problemáticas asociadas a la carencia de actividades al aire libre. En este contexto surge la ‘biopedagogía’ y la corriente de ‘educación verde’. Van camino de un segundo encuentro en septiembre de 2015 en Cospeito (Lugo), donde se exponen ponencias y se repasan metodologías.
Bosquescuela trae a España esta iniciativa innovadora dentro de la educación reglada a través del apadrinamiento de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, que ha adaptado el concepto de educación al aire libre obteniendo en 2013 la autorización de la Comunidad de Madrid para que el primer centro Bosquescuela empiece en el próximo curso 2015/16 en Cerceda (450 euros al mes). En este tiempo se han dado diversos cursos para formar a los interesados en este tipo de metodologías como aula y entorno de aprendizaje. Su promotor, Philip Bruchner, es un convencido de la Educación Infantil al aire libre, impartiendo clases con los materiales que el medio ofrece, y al acabar el día contar un cuento de forma improvisada incluso con títeres. ¿Y todo esto dentro de una educación reglada? En Alemania existen más de mil ‘waldkindergarten’ para segundo ciclo, todas homologadas, siguiendo un modelo iniciado por Ella Flautau en Dinamarca en los años 50 que ya ha llegado a Norteamérica y Corea del Sur. Como dice Francisco Mora, emoción, curiosidad, atención, percepción y conciencia son los ingredientes para que las neuronas en el cerebro se conecten y las sinapsis se fortalezcan. Es decir, para que los niños y niñas adquieran buenas capacidades para memorizar como también para que los procesos de aprendizaje se desenvuelvan de forma fluida y natural.
“Siento que los niños de hoy tienen que volver a tocar tierra, a subir a los árboles y volver así a la Naturaleza y a un contacto sano y respetuoso de los recursos que disponemos”, asegura María Mayorga, periodista y educadora social, creadora de esta página y de la escuela In Natura en Hoyo de Manzanares (Madrid) a medio camino entre la metodología Waldorf y las enseñanzas de la canadiense Marghanita Hughes ('Educating the Heart through Nature'), figura bastante reconocida en el movimiento verde a nivel mundial. “La Naturaleza es nuestro medio natural y, cuando los niños están en ella, se mueven con una facilidad innata que es de admirar dado lo lejos que muchas veces se encuentran de ella de forma diaria”. Después de viajar mucho e investigar modelos educativos en la Naturaleza (Alemania, Inglaterra, Escocia), tiene la convicción de poder crear comunidades educativas que enlacen colegios activos y creativos que estimulen a sus alumnos, familias interesadas por una educación diferente para sus niños y municipios que apuestan por hacer de su lugar un verdadero hogar. Actualmente la escuela In Natura se encuentra en trámites, adaptando el currículo de Educación Infantil a la metodología propia de escuela en la Naturaleza, pero dispone de mucha información en su blog y de recursos varios para experimentar actividades al aire libre y mucho DIY.
Miguel y Adilia, desde Ribavellosa (Logroño), organizan diversas actividades adaptadas a cualquier grupo con niños de 6 a 12 años, para pasar una jornada en medio de la Naturaleza (precios populares entre 5 y 15 euros por participante), especialmente de cara al verano en colonias urbanas. “Cerca de la Naturaleza todos nos sentimos mejor”, dicen. “Pero los padres llenan las agendas de sus hijos de actividades para prepararles para el futuro y se preocupan por su seguridad, por tenerlos en ambientes protegidos, que no se mojen, no se ensucien, no les piquen bichos… El resultado son millones de niños que no juegan libremente en el parque o en el campo, que no trepan a los árboles ni construyen chozas con troncos, que no cazan lagartijas ni insectos ni tiran piedras a los charcos.
Dicen los expertos que, privados de esas experiencias, esos niños pierden importantes espacios de desarrollo cognitivo y emocional, pierden capacidad de exploración, de creatividad, de destreza para la convivencia y para la resolución de problemas”. Y para la supervivencia, añadiríamos… Los objetivos planteados en sus actividades son los de conocer, identificar y tener una actitud de respeto hacia el entorno natural y urbano, descubrir y explorar otros entornos diferentes al suyo propio, trabajando con los menores la resolución de conflictos en espacios naturales, la implicación en la mejora de su entorno más próximo, o responsabilizar a los mismos de su cuidado y limpieza.
Completa web llena de recursos en sus diversas secciones (‘ciencia ecológica’, ‘hombre y tierra’, ‘jardinería’, ‘conservación’, ‘botánica’…), con material didáctico diverso, descripciones de espacios naturales concretos, itinerarios para realizar en plena Naturaleza… ideal para documentarse. “Es indiferente que el volumen de tu materia solo abarque 0,42 m3; tu huella, aunque insignificante, ya quedará ligada para siempre a la historia de este planeta, entrará a formar parte del ciclo ecológico del carbono, y según la ley de conservación de la energía se transformará”. Aquí cada minuto de nuestra existencia equivale a 145 años de la vida de la Tierra, un suspiro. El objetivo común es que esos suspiros no arruinen el planeta con una sexta extinción, por lo que se hace necesario educar a nuestros hijos con el ejemplo en la administración consciente y responsable del legado medioambiental, manteniéndolo intacto para cuando nos lo demanden, y mientras tanto disfrutar de él como usufructuarios vitalicios que somos. Para Abel Domínguez, su webmaster, este portal es su pequeño suspiro para que sirva como fuente de consulta y conocimiento.
4 Comentarios
También resulta extraño que comente sobre las escuelas del mediterraneo y no nombre a Itaca School en Altea-Benidorm
Resulta bastante sorprendente la ausencia del proyecto Saltamontes en este articulo, la primera escuela al aire libre que funciona en España (desde 2011) y referencia para muchas de las que ya están funcionando (Plisti Plasta, Silvas y Fentos, Ses Milanes...) que tampoco están citadas. Falta también la única escuela al aire libre perteneciente a la red alemana BVNW, Itaca International School. Un trabajo muy pobre y parciual por parte del periodista, que espero se subsane en una continuación de este artículo
Por cierto, la imagen de la cara verde ha sido generada por la web de Educación 3.0, y no puede ser más desacertada
Como se nota que en España no se os habla de l'Escola del Bosc (1914) i l'Escola de Mar (1921) que fueron las primeras escuelas donde se hacían clases en el aire libre, en la naturaleza (pioneras en la renovación pedagógica).
https://ca.wikipedia.org/wiki/Escola_del_Bosc
https://ca.wikipedia.org/wiki/Escola_del_Mar_(Barcelona)
Me hace gracia usted criticando las palabras del periodista cuando usted se ineventa que tales escuelas fueron las primeras cuando antes hubieron otras y existen aún ( fueron bombardeadas por el franquismo como no, pero se reconstruyeron).