Con materiales tan sencillos como unas botellas de plástico, unas macetas o varios vasos y platos es posible crear una fuente de agua. Estos tutoriales explican paso a paso cómo hacerlo.
Basta con dedicar una mañana o una tarde libre y reutilizar materiales como botellas, macetas o piedras para construir una fuente de agua que funcione de verdad. Además de ser una actividad creativa, permite aprender y experimentar con principios científicos como el ciclo del agua o la presión, mientras se da una segunda vida a objetos cotidianos. Estos tutoriales explican paso a paso cómo hacerlo.
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Se construye una torre con botellas de plástico en horizontal sujetas entre sí con sus propios tapones. En el centro se hacen varios agujeros para insertar pajitas para que se conecten entre sí. Al verter agua en la parte superior, el líquido sube en forma de chorro gracias a la presión del aire: un experimento sencillo que demuestra cómo funcionan los fluidos y la presión en la hidráulica.
En el fondo de un bol se pega un tapón que más adelante servirá para enroscar una botella de plástico. Antes de colocarla, hay que hacerle varios agujeros en la base, por donde después saldrá el agua. También se hace otro agujero en un lateral de la botella, cerca del tapón, para introducir un tubo que irá conectado a un pequeño motor de agua (como los que se utilizan en acuarios o un sistema con batería que permita hacer subir el agua).
Una vez montado, se pueden añadir piedras, plantas artificiales u otros elementos decorativos para darle un aspecto más natural. Cuando el motor está en marcha, el agua circula y sale por los agujeros de la botella creando el efecto de fuente.
Primero se coloca una maceta boca abajo y se le pega otra encima, uniendo ambas por sus bases. En el interior de la maceta superior se colocan piedras, musgo y una base firme sobre la que se apoya una tercera maceta en posición normal. En esta última, se añade agua y una pequeña bomba solar flotante para que impulse el líquido hacia arriba.
Hay que unir un tubo de plástico a la salida de agua de una bomba sumergible y fijarlo en uno de los laterales del puchero de barro. A continuación, se pegan las piezas decorativas procurando que el tubo quede disimulado pero orientado hacia arriba para permitir la salida del agua. Después, se colocan piedras en el fondo y se llena el recipiente con agua. Al encender la bomba sumergible, la fuente comienza a funcionar.
Con un plato de maceta como base, se instala una bomba sumergible rodeada de elementos decorativos para ocultarla. El siguiente paso es apilar platos y vasos de plástico de manera que un plato quede sobre la bomba, seguido de varios vasos y platos alternados formando una estructura escalonada. En la parte superior se coloca un tubo conectado a la bomba que impulsa el agua desde el plato de maceta hasta la cima de la fuente. Al llenarse este plato con agua y encender la bomba, el líquido sube por el tubo y cae suavemente por los diferentes niveles creando el efecto decorativo y relajante propio de las fuentes.
