Los más de 100 centros educativos que utilizan ya la plataforma Mathew han visto cómo sus posibilidades se han multiplicado con funcionalidades destinadas a facilitar la labor de los docentes y mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes. Definida por sus creadores como un ‘asistente educativo’, destaca además por su capacidad para que cada estudiante pueda avanzar a su propio ritmo, mientras que el profesor tiene las funcionalidades necesarias para acompañarlos de manera personalizada.
Adaptada al alumnado
La plataforma se adapta a cualquier asignatura y nivel educativo, desde Infantil hasta Bachillerato o Formación Profesional. Esta versatilidad convierte a Mathew en un recurso ilimitado, capaz de ofrecer soluciones personalizadas para cada contexto educativo. “El gran desafío al que se enfrentan los docentes hoy en día es gestionar la diversidad en el aula, mientras lidian con una gran carga burocrática y aquí es donde Mathew marca la diferencia”, afirma Alan Fusté, CEO de Mathew.
Además, gracias a la IA, Mathew proporciona una tecnología innovadora que no sólo ayuda a crear contenido personalizado, único y de calidad sino que también ofrece feedback inmediato al estudiante. A medida que éste avanza, la plataforma le indica qué ha hecho bien y en qué áreas debe mejorar, de manera que fomenta la autonomía del estudiante para que cada uno de ellos pueda avanzar a su ritmo ya que dispone de funcionalidades diseñadas para acompañar su progreso individual; y todo ello de manera alineada con las competencias establecidas por el centro.
La interacción es muy sencilla, ya que guía al estudiante en cada paso, minimiza errores y asegura que trabaja con el contenido facilitado por el centro, garantizando una enseñanza de calidad. Y, para lograr esto, “hemos escuchado a los docentes que nos han dado un valioso feedback de modo que hemos podido desarrollar soluciones que realmente responden a sus necesidades”, puntualiza Fusté.
(Este contenido ha sido elaborado en colaboración con Mathew)