Los especialistas en sueño coinciden: para que los niños y niñas se duerman rápido y descansen durante la noche es imprescindible que lleguen a la hora de acostarse relajados. Entre las técnicas que ayudan a alcanzar ese estado de calma están los cuentos, las canciones e, incluso, los juegos. Los que recogemos en este artículo implican tranquilidad, control de la respiración o estimulación mental.
Estatuas emocionales
Se reproducen varias melodías y anima a identificar la emoción que evocan y bailar interpretando esa emoción. Cuando la música se detiene, los niños deben quedarse quietos como estatuas representando la emoción que estaban bailando. Esta actividad fomenta la calma y la concentración.
Juego mindfulness: Besos de dedos
A cada dedo se le pinta una carita sonriente con un rotulador. Mientras se controla la respiración inhalando y exhalando en cada movimiento, se va juntando el pulgar con el resto de dedos simulando que se dan un beso. Luego se repite con la otra mano y, por último, se junta una palma con la otra de tal forma que ‘se besen’ con su mismo dedo pero de la otra mano.
Adivinanzas para Leer Antes de Dormir
Este colorido libro contiene enigmas y datos curiosos y está diseñado para fomentar la imaginación, el pensamiento crítico y el desarrollo de habilidades lingüísticas.
Tormenta nocturna
Cuando llega la hora de irse a dormir, comienza el juego en el que hay que imitar una tormenta: hay que moverse por la cama y hacer sonidos de lluvia y truenos. A medida que la tormenta avanza, se realizan movimientos más intensos para liberar energía. Poco a poco, la tormenta se calma, los movimientos se vuelven suaves y el menor se tumba en la cama, disfrutando del calor de un sol imaginario y de la tranquilidad que trae consigo.
Con Calma
Para menores de entre 8 y 10 años, este juego incluye 30 cartas con actividades para trabajar el mindfulness. Inspiradas en la naturaleza, sugiere ejercicios centrados en diferentes plantas como el girasol y animales como el gato que ayudan a reflexionar y controlar la respiración. Incorporar esta actividad a la rutina nocturna puede ayudarles a mejorar la calidad del sueño y promover un estado mental más relajado antes de acostarse.
