Con la llegada de la nueva normalidad y las formas de trabajo híbridas que combinan el trabajo en remoto con el presencial, BICG, una consultora especializada en innovación laboral, aborda las claves para gestionar con éxito equipos a través de este decálogo de buenas prácticas:  

1.Impulsar equipos multidisciplinares: se debe fomentar y escuchar la opinión de todos los miembros del equipo, con el objetivo de conseguir soluciones enriquecedoras y completas mediante la inteligencia colectiva. Cuando esta integración se realiza de manera híbrida, sin importar dónde estén los compañeros, se pueden conformar equipos más complejos, con una aportación de valor mucho más diversa.

2.Empoderar a los profesionales: otorgar más libertad a los compañeros para que se autogestionen y delegar en ellos la capacidad de decisión es un aspecto clave. Olvidar el control, apostar por el mentoring y fomentar la confianza en ellos hará que los profesionales se sientan valorados y motivados. Por otra parte, en la gestión de equipos híbridos, es imprescindible fomentar este modelo para poder trabajar de una manera distribuida y ágil. El micromanagement, que se trata de un seguimiento exhaustivo del trabajo de cada uno de los profesionales, no es una opción.

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3.Respetar el tiempo de todos: al distribuir las cargas de trabajo, hay que tratar de marcar objetivos alcanzables en tiempos óptimos. Es necesario ser respetuoso con el tiempo de las personas y con su horario laboral. En lo que respecta a los equipos híbridos, es especialmente importante acordar los momentos de coincidencia y de desconexión, para no sobrecargarlos.

4.Ser resilientes y flexibles: para liderar de forma correcta un equipo directivo hay que tener capacidad para ver las adversidades como oportunidades, desarrollando nuevas ideas y habilidades que permiten al grupo de trabajo adaptarse a cualquier tipo de situación.

5.Fijar y mantener la dirección: resulta importante definir instrucciones claras para que los distintos departamentos persigan objetivos comunes y alcancen sus objetivos. En el ámbito de los equipos híbridos, el modelo debe orientarse al cumplimiento de objetivos como medio para establecer un compromiso entre el gestor del equipo y éste, facilitando el empoderamiento y la confianza mutua, que son la base de la flexibilidad.

6.Colaboración ágil: esto permite que tanto el responsable como el resto de los compañeros puedan adaptar la forma de trabajo a las condiciones del proyecto, consiguiendo flexibilidad e inmediatez en la respuesta para adecuar el trabajo y su desarrollo a las circunstancias específicas del entorno.

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7.Dar energía al equipo: a través de acciones que permitan aumentar la comunicación abierta con los profesionales. Se trata de una tarea muy positiva que da seguridad psicológica. Esto también fortalece los vínculos y la cohesión centro-profesional, tan importante de cuidar cuando se trabaja a distancia.

8.Transparencia absoluta: establecer credibilidad en las acciones que se lleven a cabo en el centro educativo y tratar de ser asertivo en las diferentes actividades.

9.Manejo de la incertidumbre: aprender y aceptar la idea de que no todo se puede controlar, al mismo tiempo que se motiva y se da alternativas al equipo para concentrarse en el presente.

10.Confiar en el equipo y transmitir confianza: es imprescindible escuchar las necesidades de todos los profesionales y ayudarles cuando lo necesiten, con el objetivo de que se sientan integrados y cómodos en el entorno laboral. En un entorno de trabajo híbrido, la distancia no debe llevar a la falta de confianza, sino que se debe hacer un esfuerzo específico en este sentido.

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