Durante el primero de los Encuentros EDUCACIÓN 3.0 se debatió sobre el futuro del libro de texto o  cómo contribuyen las editoriales en la implantación de nuevas metodologías en el aula. No podía faltar abordar otro tema de actualidad para el sector: la creciente aparición de nuevos productores de recursos que conviven con la oferta de las editoriales. Se trata de empresas desarrolladoras de contenidos digitales, plataformas de recursos, multinacionales tecnológicas, firmas creadores de apps o, incluso, los propios docentes o centros que deciden crear sus materiales personalizados.

En este aspecto, Antonio Cara, asesor de Innovación Editorial de Anaya; Javier Cazaña, director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Macmillan Iberia; José Manuel Cerezo, director de productos digitales de Santillana; y Rosa Luengo, directora de Creación editorial de Edelvives consideraron positiva esa diversidad, incluso plantearon la posibilidad de realizar una alianza con estos nuevos agentes en algunos casos.

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De izquierda a derecha: José Manuel Cerezo, director de productos digitales de Santillana; Rosa Luengo, directora de Creación editorial de Edelvives; Francisco Javier Palazón, director de EDUCACIÓN 3.0; Javier Cazaña, director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Macmillan Iberia y Antonio Cara, asesor de Innovación Editorial de Anaya.

Nuevos productores de contenidos

“La aparición de nuevos agentes me parece estupendo. Todos aquellos que vengan a aportar para mejorar la educación de este país a nivel general, bienvenidos sean. Yo no los veo como a algo contra lo que tengo que competir, seguramente nos podemos ayudar y entender”, señaló Rosa Luengo, de Edelvives.

Esta opinión también fue compartida por Javier Cazaña, de Macmillan, que considera  a estos nuevos agentes como colaboradores con los que aliarse para reportar un mayor beneficio a estudiantes y docentes: “Creo que lo es importante es qué aportamos cada una de las partes, debido a  que el beneficiario de todo esto va a ser tanto el docente como el alumno ya que dicha innovación, si no hubieran irrumpido estas empresas, seguramente sería más lenta. Nuestro rol como editoriales es ver dónde encajamos cada una de las partes y ellos son especialistas en muchas cosas que hacen. Nos tenemos que plantear a medio plazo la forma de trabajar, la alianza con otras editoriales y con estas empresas que son expertas en proveer un determinado tipo de servicio”.

"Docentes que hacen sus propios materiales los ha habido siempre. Es verdad que habría que desgranar si realmente son una creación original o es un ‘picoteo’ de las muestras de las distintas editoriales" (Rosa Luengo, Edelvives)

¿Los contenidos propios son la verdadera competencia?

Aunque José Manuel Cerezo, de Santillana, también consideró que dichos agentes no son competencia, no estableció el foco en qué hacer con ellos si no en cómo evitar que el propio docente se transforme en su principal competidor. “Estos nuevos agentes no son competidores porque nosotros no somos creadores de productos de nicho, somos generalistas. Así que son competidores con los cuales no compito: o no puedo o no quiero competir. Con lo que sí tengo que competir es con el profesorado que no compra, no prescribe nuestros libros porque genera los suyos propios o porque le resulta más interesante trabajar en un mundo solo con tabletas e Internet. Como editorial me tengo que transformar, evidentemente”.

"¿Qué es barato y qué es caro en la educación? Un libro de texto o un proyecto editorial es lo más barato que hay en el mercado” (Antonio Cara, Anaya)

Materiales de los docentes o centros

Respecto a la elaboración de contenidos propios por parte de los centros, Antonio Cara, de Anaya, apuntó: “Hay de todo: desde los grandes centros que elaboran sus propios contenidos pero indicando a las editoriales que lo hacen porque no han encontrado oferta, y la interpretación de algunos centros o colectivos docentes que consideran la creación propia de contenidos como un ahorro de coste. ¿Qué es barato y qué es caro en la educación? Un libro de texto o un proyecto editorial es lo más barato que hay en el mercado”.

Para Luengo, de Edelvives, dicho debate necesita de un análisis profundo y comprobar de qué forma se crean estos materiales: “Docentes que han hecho sus propios materiales los ha habido siempre. Es verdad que habría que desgranar si realmente son una creación original o es un ‘picoteo’ de las muestras de las distintas editoriales. Hay que destacar que en los contenidos propios no hay filtros, no se revisan. Sin embargo, las editoriales si ofrecen ese filtro de calidad”.

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