La impresora 3D más compacta y asequible de XYZPrinting. Así se presentaba da Vinci Mini w, un modelo ideal para su uso en el entorno educativo. Lo hemos probado.
Las impresoras 3D de la actualidad ya no se parecen en nada a las primeras que pudimos probar hace ahora tres años. El cambio esencial se ha dado en su configuración y uso, que ahora es de verdad sencillo y permite que cualquier persona, aunque sea la primera vez que utiliza uno de estos modelos, lo haga sin problema.
Claro ejemplo es esta da Vinci Mini w de XYZPrinting, que presume de un diseño compacto y que permite imprimir objetos con unas dimensiones de 15 x 15 x 15 centímetros. Para ello utiliza plástico PLA, derivado del almidón de maíz, lo que hace que sean biodegradables y no tóxicos, garantizando un uso seguro con los alumnos.

Montaje

El primer paso para poner en marcha la impresora es situarla en una superficie estable y hacer dos pequeños ajustes: colocar el extrusor (el componente que calienta el plástico y permite crear los objetos), para lo que sólo es necesario situarlo en el lugar que marcan las instrucciones hasta que hace ‘clic’; y colocar el rollo de plástico PLA en uno de los laterales y hasta el extrusor. En todo el proceso se invierten un par de minutos.
Se conecta a la corriente y a un ordenador por USB; en este equipo hay que instalar el software XYZware, descargable desde la página web de la marca tras registrarse en ella con un correo electrónico y una contraseña. Reconoce automáticamente la impresora, por lo que en un periodo muy breve de tiempo ya está lista para imprimir.

En marcha

Al abrir el programa tenemos la posibilidad de importar cualquier archivo compatible, escaneado gracias a un escáner como el de la propia firma, que probamos hace unas semanas, creado gracias a un programa de modelado 3D o descargado desde algún banco de imágenes.
Una vez en pantalla, es posible ajustar el tamaño y distintos parámetros para que, una vez se pulse el botón imprimir, salga tal y como habíamos pensado. De cada objeto es posible elegir la calidad, y podemos conocer el estado de la impresora en todo momento gracias a un indicador LED de estado que, en función del color del que se ilumina, informa de una cosa u otra. Por ejemplo, el color verde significa que está en espera, y el rojo que ha habido algún error. Según el tamaño del objeto y la calidad seleccionada, la impresión tardará más o menos.
Este software también sirve para realizar los ajustes básicos de la impresora, como comprobar la configuración, la temperatura del extrusor o cargar un nuevo filamento.
Por último, resulta muy interesante la posibilidad de imprimir de forma inalámbrica a través de la red doméstica, para lo que esta impresora 3D ha sido dotada de conectividad Wi-Fi.
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Laura Pajuelo

Periodista amante de las nuevas tecnologías. Me encanta explorar cómo las TIC pueden convertirse en la mejor herramienta para lograr el (necesario) cambio educativo.