No, Philips Fresh Air Mask no es una mascarilla para sustituir las quirúrgicas o higiénicas que utilizamos para protegernos del coronavirus. Y esto es lo primero que tenemos que tener en cuenta al enfrentarnos a ella: no lo es porque no está certificada como equipo de protección personal y, personalmente, tampoco la recomendaríamos para ello porque al llevarla puesta quedan huecos por los que puede pasar el aire sin filtrar, como veremos más adelante. 

Sin embargo, esta mascarilla es ideal para protegernos de la polución y contaminación de las ciudades: la OMS incluye la mayoría de grandes ciudades españolas en su listado de localizaciones que superar los límites de dióxido de nitrógeno recomendados. Así que llevándola puesta para andar por la calle (o mucho más recomendable, para hacer deporte o montar en bici) se reduce muchísimo la cantidad de partículas nocivas que respiramos. También de las alérgenas y los patógenos. Tanto como un 95% de las partículas de hasta tres micras, según la marca. 

Su diseño

Philips Fresh Air Mask es una mascarilla muy ligera que se compone de tres elementos. El primero es la mascarilla exterior con un tejido de malla y correas ajustables para las orejas. Como avanzábamos antes, el ajuste en la zona de la nariz no es perfecto, y para la protección personal lo más adecuado son también las bandas a la cabeza. Es lavable, algo que se recomienda hacer semanalmente con agua templada y siempre a mano. 

Philips Fresh Air Mask

El segundo, un filtro interno de cuatro capas desmontable e intercambiable que hay que sustituir cada 40 horas de uso. A simple vista es muy similar a un KN95, aunque no tiene este sello. 

Y el tercero es un ventilador eléctrico que facilita la circulación de aire en ambos sentidos, es decir, tanto el que respiramos como el que exhalamos. Además, disminuye los niveles de humedad, temperatura y CO2. Para que este componente funcione es necesario cargar su batería por USB, y ofrece una autonomía de entre 2 horas y 3,5 horas: depende de la potencia que seleccionemos entre las tres opciones disponibles. Lo ideal es que, cuanto más intensa sea la actividad, mayor sea también su velocidad. 

¿Qué se siente?

Al llevarla puesta se siente, efectivamente, sensación de frescor. Es casi como si no tuvieras nada puesto, aunque cuesta un poco acostumbrarse. En cuanto a la comodidad, es ligera (unos 60 gramos) y no hace daño en las orejas, ya que su presión se distribuye entre el puente de la nariz, las mejillas y las orejas.

Philips Fresh Air Mask

¡Importante! Para que la mascarilla te quede bien tu cara debe tener un tamaño adecuado: no más de 12 cm entre la barbilla y la base de la nariz. 
Gestionar el ventilador también es muy sencillo, y se realiza desde un botón situado en su esquina superior derecha: al pulsar una vez se activa a baja intensidad, dos veces para media, tres veces para alta y cuatro veces para apagarlo.

Las alternativas

Higiénicas, quirúrgicas, EPI… existen varios tipos de mascarillas pero, ¿sabías que también hay modelos que emplean la tecnología para mejorar su eficacia? Estas son algunas de las más interesantes.

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Laura Pajuelo

Periodista amante de las nuevas tecnologías. Me encanta explorar cómo las TIC pueden convertirse en la mejor herramienta para lograr el (necesario) cambio educativo.