En los métodos de enseñanza tradicionales en los que se enseña a pensar y razonar de manera lógica, realizar operaciones y memorizar, se ha potenciado mayoritariamente el uso del hemisferio izquierdo del cerebro, que está relacionado con la razón, el análisis y con la parte verbal. Por el contrario, el derecho se identifica con la creatividad, la intuición y la conducta emocional y, ya que materias como el arte o la música han sido tradicionalmente relegadas a un segundo plano, su desarrollo se ha fomentado menos.
Cuando ambos hemisferios se desarrollan de forma conjunta, la destreza cognitiva y el aprendizaje alcanzan niveles óptimos. Por eso, el reto es tener un cerebro con los hemisferios bien equilibrados, tal y como sugieren numerosos estudios del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Existen incluso investigaciones que consideran que la brillantez de mentes como la de Albert Einstein tiene su origen en una excelente conexión entre los dos hemisferios de su cerebro. Por ello, es recomendable que los niños fomenten ambas partes desde edades tempranas.

Actividades recomendadas

Para fomentar este desarrollo conjunto, es posible recurrir a una amplia variedad de actividades y ejercicios como los que recogemos a continuación.

Ajedrez

El ajedrez es un recurso con amplios beneficios educativos, entre los que se encuentra el aumento de la capacidad de concentración. Pero, además, pone en funcionamiento ambos hemisferios del cerebro: el izquierdo para identificar las piezas y el derecho para reconocer patrones y jugadas. Es decir, la práctica de este deporte no fomenta únicamente el pensamiento racional, sino que también estimula el desarrollo creativo.

Música

En el año 1995 el neurólogo Gottfried Schlaug realizó un descubrimiento relacionado con las características del cerebro en las personas que tocan algún instrumento musical desde edades tempranas: el cuerpo calloso de sus cerebros -responsable de conectar ambos hemisferios- está más desarrollado de lo habitual. Es decir, aquellos que han iniciado desde pequeños la práctica de la música, tienen más desarrollados los elementos responsables de la comunicación entre las dos partes del cerebro, mejorando la coordinación entre ellos.

Bolígrafos de colores

Esta actividad, diseñada para trabajar el conflicto de percepción que existe entre un hemisferio y otro, recurre a bolígrafos: se escribe el nombre de un color con un tono diferente. Por ejemplo, hay que anotar la palabra ‘azul’ en amarillo. ¿En qué color está escrita cada palabra? El hemisferio derecho ve la tonalidad, pero el izquierdo lee la palabra. El objetivo es conseguir fijarse sólo en el color con el que está escrita.

 

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