El pensamiento crítico permite valorar la credibilidad de una fuente o una opinión, identificar argumentos o extraer conclusiones. Requiere del entrenamiento de habilidades como el análisis, el razonamiento, la reflexión o la elaboración de juicios que se pueden aprender también en el aula. Pero, ¿cuáles son sus beneficios? Los analizamos a través del artículo ‘Pensamiento crítico en el aula’, publicado en la revista Docencia e Investigación de la Universidad de Castilla-La Mancha.

Múltiples capacidades y beneficios

Según la autora de este artículo, Gabriela López, Doctora en Educación por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (México), el pensamiento crítico engloba diversas capacidades como la identificación de argumentos, supuestos e interrelaciones, la realización de inferencias, la evaluación de evidencias o la deducción de conclusiones.

Pensamiento Crítico

Así, cuando se fomenta este pensamiento en clase, los alumnos practican la argumentación, el análisis y se cuestionan el mundo. Gracias a él, también comprenden los mecanismos del razonamiento deductivo e inductivo, lo que les permite emitir juicios de valor más sólidos y juzgar la credibilidad de una fuente.

Cómo trabajarlo en clase

Los docentes pueden desarrollar esta actitud crítica en el alumnado. Para ello, es conveniente apostar por metodologías y prácticas que incentiven el análisis, la reflexión y conecten con problemas del mundo real. Estas son algunas de las más interesantes.

  • Establecer debates: con esta actividad los estudiantes desarrollan su espíritu crítico, su capacidad de análisis y aprenden a elaborar juicios. Además, trabajan el aprendizaje cooperativo y descubren la importancia de valores como la empatía o la tolerancia.
  • Fomentar el análisis: se trata de plantear preguntas abiertas a la clase; así, se practican técnicas de reflexión y desarrollan los distintos mecanismos de razonamiento.
  • Plantear problemas o retos: proponer a los alumnos actividades en las que tengan que resolver un problema cotidiano o afrontar un reto no solo desarrolla el pensamiento crítico; también incrementa su autoestima y activa su imaginación.
  • Aplicar el Aprendizaje Basado en Proyectos: un proyecto real acordado con la clase puede servir como medio para que los estudiantes investiguen, analicen y argumenten.
  • Motivación: crear un ambiente participativo invita al alumnado a expresar sus opiniones y reflexiones.
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