En los últimos años se ha venido hablando cada vez más de enseñar a pensar, aprendizaje basado en el pensamiento, aprendizaje basado en la comprensión. ¿Por qué este énfasis en el tema? ¿No pensábamos y enseñábamos a pensar y a comprender ya en la escuela? Y si hay que hacer algo de manera diferente, ¿están los docentes preparados para adoptar un nuevo enfoque? ¿Qué supone esto para los estudiantes? Para contestar a estas y otras preguntas Andrea Giráldez ha hablado con Ruth Pinedo González, profesora del Departamento de Psicología de la Facultad de Educación de Segovia (Universidad de Valladolid).

¿Qué es exactamente el pensamiento visible?

El pensamiento visible es un marco conceptual cuyo objetivo es integrar el desarrollo del pensamiento de los estudiantes con el aprendizaje de los diferentes contenidos curriculares en cualquier etapa educativa. El pensamiento visible comienza en el Proyecto Zero de la Universidad de Harvard con autores como David Perkins, Ron Ritchhart o Shari Tishman.

¿Qué Es Exactamente El Pensamiento Visible?

¿Cuál es tu relación con este tema?

Desde hace ya dos años coordino, junto con mi compañera de departamento Inmaculada Calleja, un proyecto de innovación docente sobre pensamiento visible titulado “Pensamiento visible y nuevas tecnologías en los Grados de Educación”. La Universidad de Valladolid ha calificado como excelente este proyecto y estamos trabajando de forma muy intensa con dos objetivos fundamentales, por una parte, dar formación a docentes y futuros docentes, y por otra seguir investigando sobre el impacto que tienen nuestras intervenciones desde el pensamiento visible. Cualquier persona interesada en el tema puede seguirnos o contactar con nosotras desde nuestra página de Facebook (@UvaVisible) o en Twitter (@UvaVisible).

¿Cómo se enseña a pensar?

Un requisito imprescindible para enseñar a pensar es que el docente sea consciente de los procesos de pensamiento que demanda o promueve en su aula, es lo que denominamos capacidad metacognitiva. Docentes más metacognitivos favorecerán un alumnado más metacognitivo. Por tanto necesitamos una adecuada formación de los docentes y futuros docentes en este tema.

Pensar es un proceso cognitivo general que incluye movimientos del pensamiento más específicos como por ejemplo hacer conexiones entre contenidos, tomar diferentes puntos de vista, hacer preguntas, etc. Todos estos procesos se trabajan cuando usamos rutinas del pensamiento. Precisamente aplicar estas rutinas de pensamiento en el aula es una forma sencilla de comenzar a promover el pensamiento entre nuestro alumnado, pero no es la única. Tal y como Ron Ritchhart cuenta en su libro Creating Cultures of Thinking los docentes debemos implantar una cultura del pensamiento en el aula, y para ello debemos fomentar ocho fuerzas culturales, que son:

  • Dar tiempo para pensar
  • Ser buen modelo de pensamiento para nuestro alumnado
  • Usar un lenguaje relacionado con el pensamiento
  • Visibilizar las expectativas del profesorado y alumnado
  • Propiciar buenas oportunidades de aprendizaje y pensamiento
  • Fomentar la interacción en el aula
  • Crear un ambiente adecuado para pensar
  • Usar rutinas de pensamiento

¿Están preparados los docentes para enseñar a pensar?

Como hemos visto, enseñar a pensar no es una tarea fácil, y requiere una adecuada formación del profesorado. Creo que los docentes saben más de este tema de lo que ellos creen, y considero que es necesario apoyarles y acompañarles en cualquier proceso de innovación o cambio que quieran incluir en sus aulas. La innovación educativa será una realidad si hay formación conectada con la práctica docente. En este sentido, creo que la unión entre la universidad y la escuela puede facilitar experiencias muy enriquecedoras para todos. Puedo poner como ejemplo algunas de las experiencias de nuestro proyecto de innovación docente. Por ejemplo, en el colegio CEIP El Abrojo (Laguna de Duero, Valladolid) el profesorado se ha involucrado casi en su totalidad en un cambio de modelo educativo, y están incorporando tanto en infantil como en primaria metodologías activas como el aprendizaje basado en proyectos o el aprendizaje basado en juegos, junto con el pensamiento visible. Considero este colegio un modelo a seguir, ya que a pesar de todos los problemas que tienen que afrontar como cualquier otra escuela pública, gracias al compromiso y al esfuerzo de sus docentes están consiguiendo mejorar cada día su escuela.

Pensamiento Visible

¿Cuáles son las tres mejores cosas que un docente podría hacer en sus clases para fomentar el pensamiento visible?

Bueno, ya he mencionado las fortalezas para implantar una cultura del pensamiento, por lo que los docentes deben comenzar por ahí, pero si tengo que quedarme con tres cosas podrían ser estas:

  • 1º Fomentar y respetar la participación del alumnado, de manera que, desde infantil, los niños y niñas se acostumbren a verbalizar sus pensamientos sin miedo a equivocarse. Hace poco pude hacer una rutina del pensamiento con niños y niñas de 5 años y te das cuenta de que son auténticos pensadores, pero poco a poco, si no somos conscientes de estos procesos, van aprendiendo que únicamente hay una respuesta correcta y tienen miedo a equivocarse. Esto es un fracaso del sistema educativo y tiene consecuencias dramáticas.
  • 2º Saber escuchar. Parece fácil pero hacerlo bien no lo es.
  • 3º Generar oportunidades complejas de aprendizaje. Por complejas no me refiero a difíciles, sino a situaciones donde se lleve a cabo un aprendizaje globalizado, conectado con la realidad del estudiante y significativo. Está ampliamente demostrado que usar un aprendizaje basado en proyectos con pensamiento visible es una mezcla ideal.

Recientemente (mayo 2018), has coordinado unas jornadas sobre "Pensamiento Visible en Educación" en la Facultad de Educación y Trabajo Social de Valladolid a las que asistieron más de 150 estudiantes y profesores. ¿A qué atribuyes el interés por este tema?

La comunidad educativa demanda un cambio en la escuela. Nuestra sociedad está cambiando a un ritmo vertiginoso y no sabemos qué nos espera ni a corto ni a largo plazo. El cambio no puede demorarse más y los docentes son conscientes de ello. Además, determinados acontecimientos internacionales como el terrorismo, determinadas políticas migratorias discriminatorias, etcétera, nos alertan de la necesidad imperiosa de formar desde las escuelas pensadores y pensadoras críticos.

¿Qué lecturas y recursos recomendarías a los docentes interesados en aprender más sobre el tema?

Hay tres libros que considero básicos, Hacer visible el pensamiento (Ritchhart, Church y Morrison, 2014); Creating cultures of thinking (Ritchhart, 2015); y Aprendizaje visible para maestros (Hattie, 2018).

Sobre el autor
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Andrea Giraldez

Profesora universitaria, consultora, facilitadora de procesos de formación en soft-skills y directora de online learning en Growth Coaching Online