La sociedad cambia planteándonos grandes retos de futuro, a los que se enfrentan las ciudades y territorios en todo el mundo, como son su transformación digital, la integración de infraestructuras eficientes, agua, movilidad, servicios… Sheila Romera Aznar, docente y directora de SMART SCHOOLS 3.0, programa de innovación educativa para smart Cities, ahonda sobre los retos y el papel de la educación en la consecución de ciudades inteligentes.
El informe publicado por Naciones Unidas en 2017 identificó que en 2050 el 66% de la población vivirá en ciudades, lo que hace urgente un cambio hacia Smart cities, un tipo de núcleo urbano que eduque a sus ciudadanos en recursos, healthcare, conciencia medioambiental, seguridad, idiomas, medios…

La clave está en…

“Emponderar la educación como ruta hacia esta nueva sociedad”.

En las últimas décadas, estamos asistiendo a un crecimiento de población, del consumo del agua y a una degradación de los recursos (Según AEMA, en  2016 el 82% de los europeos estuvieron expuestos a niveles de PM2.5 superiores al valor de la OMS) además, de salud, epidemias de obesidad, que demandan más hábitos saludables e higiene tecnológica de seguridad (los niños españoles pasan una media de 2 horas y media al día viendo televisión y en internet).
Smart Cities
Todo ello se ha tratado de abordar desde algunas iniciativas pero la Brussels National Contact Point afirma que el 90% de las ciudades necesitará medidas adecuadas no sólo tecnológicas, sino en educación audiovisual, educación en sostenibilidad, emprendimiento, datos... Y por tanto, expertos en Smart cities, algunos colaboradores de Smart schools, como Tomás Llorente de La U4SSC (United for sustainable smart cities), iniciativa europea de las Naciones Unidas sobre Smart Cities, señalan un cambio de perspectiva: “El cimiento de las sociedades futuras: es la ciudadanía. Y la primera piedra: la educación”.

Programa Smart School 3.0

Así nacía el programa de innovación educativa Smart School 3.0, para dar respuesta a estos retos educando a futuros ciudadanos Smart, a través de una educación que se apoya en la digitalización, pero también en la metodología ágil, en seguridad, idiomas, salud o medios de comunicación para el aula que conecten con su entorno.
El futuro ciudadano Smart tiene el papel protagonista involucrado en desafíos de la smart city (micro retos): que son pequeñas iniciativas que el alumno emprende hacia su Smart city para estudiar sus conceptos, conocerla, actuar o emprender usando metodologías de ABP, medios audiovisuales, herramientas 3.0…

Retos de la educación

Algunos de los grandes retos de la educación en ciudades inteligentes, digitales y sostenibles son:
Smart Cities
-Retos tecnológicos. Son los menos complejos ya que son recursos que hacen los servicios más confortables y motivadores tanto en el aula como en la Smart city.
-Retos administrativos. Algo más complejos, involucran a administraciones, instituciones y sociedad que deben dotar de recursos e infraestructuras a la Smart city.
-Pero sin duda los más importantes son los retos humanos y organizativos:
Smart citizen preparados, pequeños ciudadanos tan competentes en problemáticas reales de la ciudad, como algunas que implican a el desarrollo de hábitos saludables. Esta es una de las líneas donde está investigando Smart schools 3.0, debido a que según la OMS los planes para la salud, están en muchos casos presentando deficiencias y existe un gran interés de entidades y empresas en reinventar un nuevo concepto de educación en salud.

Una nueva educación, que adopta nuevas dimensiones:

Co-crear  una educación smart implica el resurgir de un nuevo tipo de educación consciente de su entorno, por tanto, conectada.
Re-diseñar la educación del pequeño ciudadano inteligente, implica otro tipo de protagonismo, el de tener la oportunidad de gestionar su Smart city o Smart town. Conocer datos, aprender ciberseguridad, ser competente lingüística y digitalmente, conocer ahorro de energía, reciclaje, movilidad eléctrica...

El nuevo papel del docente

Pues bien, ante nuevos retos: aumento de la población, escasez de recursos, disminución de presupuestos públicos, aumento de emisiones y nuevas competencias sociales… es hora de reubicar un nuevo papel del profesor.

El docente tiene en sus manos la materia prima que edificará las smart cities y puentes al futuro

Esta nueva cultura de la educación Smart, le concede la importancia que merece: el de arquitecto que traza las líneas de las nuevas sociedades. Él será el verdadero gestor capaz de articular el engranaje a través de los contenidos poniendo en marcha una innovación que experimenta y da difusión mediante periodismo de aula y nuevos métodos a las buenas prácticas…
En definitiva, el avance hacia ciudades inteligentes, ha pasado a formar parte de las principales agendas globales, pero las tecnologías digitales no hacen por sí mismas, ciudades inteligentes, sino el uso que la gente hace de ellas sobre las bases de una nueva forma de colaboración.
Una educación consciente, inteligente, inclusiva, sostenible es posible, y a pesar de los retos administrativos de gobernabilidad o tecnológicos, el único impacto capaz de hacer mover los grandes engranajes en planificación, datos, recursos, salud, movilidad…empieza en pequeños pasos para educar a futuros Smart citizen.
Sheila Romera
Sheila Romera Aznar es profesora de inglés y directora del Programa de Innovación educativa SMART SCHOOLS 3.0. Actualmente, comienza andadura como directora de programa innovación en una multinacional farmacéutica.

Sobre el autor
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