Ciencia en casa: experimentos con botellas para toda la familia
Gracias a ellos, es fácil comprobar que el aire también tiene densidad, cómo funciona la fuerza centrífuga o poner a prueba el comportamiento de los gases, entre otros.

Gracias a ellos, es fácil comprobar que el aire también tiene densidad, cómo funciona la fuerza centrífuga o poner a prueba el comportamiento de los gases, entre otros.
Cascadas de humo, botellas sensoriales, tornados…Estos son solo algunos ejemplos de los experimentos con botellas que se pueden hacer reutilizando el plástico. Con ellos, los pequeños aprenderán cuestiones sencillas sobre ciencia; son aptos para todas las edades y resultan ideales para llevarlos a cabo en familia.
Índice de contenido:
Primero se pone a prueba la creatividad decorando una botella de plástico como si fuera un cohete. Después, se llena parcialmente con agua y se coloca en posición vertical sobre una base firme, utilizando un tapón que permita contener el aire a presión. Con una bomba, se introduce aire hasta que la presión interna supera la resistencia del tapón, que salta y provoca el lanzamiento. El agua sale con fuerza hacia abajo, impulsando la botella en dirección contraria como en un cohete real. El experimento ilustra así la tercera ley de Newton: toda acción genera una reacción igual y opuesta.
Se llena una botella transparente hasta la mitad con agua teñida con colorante alimentario y se añade aceite hasta casi llenarla por completo. Al introducir una pastilla efervescente, cae al fondo y comienza a liberar dióxido de carbono: las burbujas de gas ascienden arrastrando gotas de agua coloreada, generando un efecto visual similar al de una lámpara de lava. Además, los menores exploran conceptos como la diferencia de densidad entre líquidos que no se mezclan y la reacción química que produce un gas más ligero que el líquido que lo rodea.
Este experimento ayuda a observar cómo la temperatura afecta a la solubilidad de los gases y cómo los cambios en el entorno modifican el equilibrio en un sistema cerrado. Para realizarlo, se coloca un globo en la boca de una botella y se introduce en un recipiente con agua caliente. A medida que la temperatura aumenta, la solubilidad del dióxido de carbono disuelto disminuye, lo que provoca que el gas se libere y se acumule en el interior. La presión generada empuja el gas hacia el globo, que se infla al quedar sellado en la botella.
Se mete un globo dentro de una botella de plástico y se ajusta su boquilla en el borde. Al intentar inflarlo, no se consigue porque el aire que ya hay en la botella no puede salir y lo impide. Si se hace un pequeño agujero en la botella, el aire encuentra una salida y el globo se infla sin problema. Gracias a este experimento, se descubre que el aire ocupa espacio y que, para que el globo se infle dentro de la botella, es necesario que el aire atrapado pueda salir. También comprueban que, si después se tapa el agujero, el globo se mantiene hinchado.
Sobre la boca de una botella de plástico se coloca un trozo de globo cortado, estirado y fijado con una goma elástica. Encima se pega un palillo de madera que actúa como indicador. Al situar una cartulina detrás con una marca de referencia, se observa cómo sube o baja el palillo en función de los cambios de presión atmosférica. Cuando esta aumenta, presiona el globo hacia dentro y el palillo se eleva; cuando disminuye, el globo se expande y el palillo baja. Este dispositivo permite visualizar cómo las variaciones en la presión del aire se relacionan con los cambios de tiempo e imitar el funcionamiento de un barómetro.
Un ventilador genera presión estática para vencer las resistencias al movimiento del aire y con este tutorial se puede hacer uno casero con pocos materiales para comprobar cómo funciona. En primer lugar, se cogen dos palos de madera (sirven los de helado) y se agujerean por el medio. Por esos agujeros hay que introducir un palillo alargado y pegar los palos en forma de cruz. Después, con un cúter o algo afilado se hacen tres agujeros en la botella: en el ‘culo’, en el tapón y en un lateral; y en este último se introduce un trozo de hilo o cuerda, que luego se anuda a un palillo colocado en el agujero del tapón, que se enrosca. De esta forma, al tirar del hilo girarán las ‘hélices’ del ventilador.
Resultan muy útiles como herramienta educativa para el desarrollo infantil y mejorar la motricidad. Arena de playa, pompones de colores, purpurina… Hay muchas maneras de rellenar la botella o un frasco. En este vídeo se proponen ocho tipos con diferentes materiales como colorante alimentario, hojas, flores o agua. Además, ayudan a que los más pequeños descubran formas, colores o sonidos.
Una botella, agua, una pajita, un globo, un embudo, un cúter y silicona. Estos son los materiales imprescindibles para realizar este experimento. Se hace un agujero en la parte superior de la botella y se introduce la pajita fijándola con silicona. Después, se vierte el agua dentro y se infla el globo colocándolo en la boquilla. Al soltarlo, el agua sale por la pajita hacia fuera de la botella. Esto explicaría la ley de Boyle, que establece que la presión de un gas en un envase cerrado con una temperatura constante es inversamente proporcional al volumen del recipiente.
Además de una botella de plástico (con tapón) se necesita un lápiz, un mechero, un cúter y una hoja de papel (a poder ser, reciclado). Primero se hacen dos marcas en un lateral de la botella, una en la parte superior y otra en la inferior. Con el cúter, se realizan dos agujeros en ellas. Después, en el orificio de la parte superior hay que introducir un trozo de hoja enrollada y quemar lo que queda por fuera con el mechero. Como el humo es más denso que el aire frío que hay en el interior de la botella, éste bajará por su propio peso, creando el efecto de una ‘cascada’. Con este experimento se demuestra que el aire tiene masa y densidad.
Para realizar este experimento se necesitan tres materiales o elementos: agua, una botella con tapón y detergente de cocina. Se llena la botella de agua y se echan unas gotas de jabón dentro. Luego, hay que taparla y agitarla hasta que salgan burbujas. Para que aparezca el ‘tornado’ hay que hacer fuertes movimientos circulares. Una vez que dejamos el recipiente quieto se podrá observar cómo gira en su interior. Esto se debe a la fuerza centrífuga generada al rotar la botella creando un vórtice en el centro.