El alumnado de Infantil del CEIP Hospitalillo de Pedro Muñoz, en Ciudad Real, han aprendido sobre la vendimia y sus tradiciones gracias a esta experiencia educativa. Su tutora, Elena Izquierdo Martínez, nos lo cuenta.
Tras un año sin poder vivir el día a día de una de las tradiciones más populares de nuestro país, la vendimia, volvimos a experimentar y aprender la cultura del vino a través de un proyecto realizado por los alumnos de Infantil.
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En Castilla-La Mancha se celebra la fiesta de la vendimia, y en concreto en la localidad de Pedro Muñoz se da la bienvenida a la recolección de la uva y se ensalza al vino mediante la realización de actividades lúdicas, culturales y religiosas. Desde el colegio se colabora con esta tradición y en Educación Infantil realizamos un proyecto a principio de curso destinado a ella. El objetivo fundamental de este proyecto es acercar a los niños a la tradición vinícola y a las actividades regionales que se realizan en la zona, despertar la curiosidad por las costumbres que van ligadas a ella, adquirir conocimientos y experimentar el proceso de la vitivinicultura con los alumnos. El proyecto se desarrolló en distintas etapas y tuvo una duración de quince días.
En primer lugar, nos reunimos en la asamblea y realizamos una investigación previa sobre la actividad de la vendimia, anotando las ideas principales en papel continuo. Dialogamos sobre lo que sabíamos acerca de la vendimia y sobre aquello que queríamos saber. Los niños ya conocían que la uva puede ser verde o morada, que los tractores van cargados de muchos racimos que han sido recogidos por trabajadores del campo, que el vino es tinto o blanco y que en la fiesta de la vendimia se visten con el traje típico de la localidad.
Partiendo de estos conocimientos, el objetivo era aprender qué tipos de uva existen, cuáles son las partes de una vid, en qué consiste el proceso de la vendimia, de qué manera influyen la acción humana y el clima en el desarrollo de la cepa, por qué el vino está siempre presente en festividades y celebraciones y qué otros productos, aparte del vino, pueden obtenerse de la uva.
Continuamos investigando con ayuda de las familias: se pidió que los niños buscasen información en Internet, revistas o periódicos con el objetivo de encontrar dibujos, fotografías o recortes relacionados con la vendimia. Al día siguiente comentaban con sus compañeros la información encontrada y formamos ‘el rincón de la vendimia’.
Se realizaron actividades de diversos tipos para fomentar la investigación y la experimentación con todos los sentidos:
A continuación, despalillamos los racimos y les quitamos el raspón y las uvas pochas. Las metimos en capachos para después pisar y obtener el jugo. Se vertió el mosto en recipientes de cristal para dejarlo fermentar y pasados unos días pudimos apreciar que el mosto se aclaró y aparecieron burbujitas. Descubrimos que así se convertía en vino. Todos los pasos de la elaboración del vino los fuimos anotando en una libreta y continuamos con el proceso de la vendimia. Otro día visitamos una bodega cercana, donde observamos los trabajos que se llevan a cabo allí, como por ejemplo, el embotellado del vino. También visitamos la tienda donde tiene lugar la venta del vino y mosto. Clasificamos diferentes racimos de uvas por tamaño, color y sabor.
Reunidos en asamblea, realizamos una evaluación del proyecto y dialogamos sobre todo lo que habíamos aprendido. Conseguimos descubrir de una manera lúdica, motivadora, amena y divertida las tradiciones vinícolas de la localidad, dando la bienvenida al otoño.
Para ello, utilizamos recursos naturales que nos permitieron vivir nuevas experiencias y participar en el proceso de elaboración del vino, conocer el cultivo de las cepas en el viñedo, la recogida de la uva y su procesamiento posterior. Por último, toda la información quedó recopilada en un dossier para rememorar lo vivido y aprendido, el cual permanecerá en nuestra biblioteca. Como tutora hice una rúbrica de evaluación para valorar a mis alumnos.
