Te sientas frente al ordenador para reservar un hotel a través de una web y de repente aparece un aviso que indica que sólo queda una habitación disponible en el alojamiento que estás consultando. ¡Tienes que darte prisa si no quieres quedarte sin ella! ¿Te suena esta situación? Se trata de una técnica de diseño denominada ‘dark patterns’ (patrón oscuro) que busca generar urgencia o necesidad en el usuario para que finalice la acción o para conseguir sus datos personales.

Es solo un ejemplo, pero no es la única estrategia que emplean las empresas digitales para influir en las decisiones de los usuarios y conseguir su propio beneficio; de hecho, los expertos advierten de que existen muchas otras fórmulas y se presentan de diferentes maneras: al iniciar sesión en una web, durante el proceso de registro en una red social, en la configuración de las opciones de privacidad, en los banners de cookies, al intentar darse de baja de una plataforma… 

Tipos de dark patterns 

Reconocer dark patterns no es sencillo, puesto que están infiltrados en la vida digital de los usuarios y son capaces de manipular las decisiones de una manera inconsciente. Sin embargo, desde instituciones como la UOC han analizado algunos de los más habituales como el ‘patrón de la prisa’, que crea una urgencia artificial y una microansiedad para empujar a tomar decisiones rápidas; o las ‘páginas laberínticas’, diseñadas para que el usuario se confunda y acabe comprando o suscribiéndose a un servicio (a menudo con botones de cancelación ocultos). También es habitual la ‘confirmación obligatoria’, en la que el usuario se ve obligado a hacer clic en múltiples botones para rechazar ofertas o desmarcar opciones que no desea.

La Agencia Española de Protección de Datos, por su parte, recoge las directrices establecidas por el European Data Protection Board (EDPB) para clasificar los diferentes tipos de dark patterns: 

Sobrecarga (overloading): consiste en presentar demasiadas posibilidades a la persona que tiene que tomar las decisiones, lo que termina generando fatiga sobre el usuario, que acaba compartiendo más información personal de la deseada. Las técnicas más habituales para conseguirlo son mostrar preguntas de forma reiterada, crear laberintos de privacidad y mostrar demasiadas opciones.

Ocultación (skipping): se basa en diseñar la interfaz o experiencia de usuario de tal manera que éste no piense en algunos aspectos relacionados con la protección de sus datos o que lo olvide.

Emocionar (stirring): se apela a las emociones de los usuarios o se utilizan empujones visuales en forma de efectos para influenciar en las decisiones.

Obstaculización (hindering): trata de poner trabas para que el usuario no pueda realizar de forma sencilla ciertas acciones: poner los ajustes de privacidad en zonas a las que no se es posible acceder, complicar el acceso hasta ellas o proporcionar información engañosa sobre los efectos de algunas acciones.

Inconsistencia (fickle): la interfaz presenta un diseño inestable e inconsistente que no permite realizar las acciones deseadas por el usuario.

Enturbiar (left in the dark): la información o las opciones de configuración de la privacidad se esconden o se presentan de forma poco clara utilizando un lenguaje errático, información contradictoria o ambigua.

Seguridad Ordenador. Dark Patterns

¿El usuario puede hacer algo para evitarlos?

Estas estrategias buscan deliberadamente condicionar las decisiones de los internautas y, por tanto, están pensadas para dificultar su detección. De hecho, eliminarlas depende de la decisión de la página en cuestión. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de avanzar hacia un diseño ético, necesario para evitar que se desarrollen interfaces que exploten las vulnerabilidades de los usuarios.También ponen el foco en los diseñadores, ya que tienen la oportunidad y la responsabilidad de crear entornos digitales inclusivos y respetuosos que mejoren la experiencia del usuario y que, al mismo tiempo, contribuyan a una sociedad más justa.

Otro aspecto fundamental para controlar el uso de patrones oscuros es su regulación, que permitirá establecer límites claros sobre su aplicación y garantizará que se cumplan los estándares éticos en el diseño de las interfaces digitales. Un ejemplo de ello son los marcos legislativos europeos, que tienen el objetivo de asegurar que las tecnologías se desarrollen con un enfoque humanista que respete la dignidad y los derechos de los usuarios, promoviendo además la sostenibilidad y el respeto a la diversidad en vez de la explotación.