El nuevo smartphone de Apple cuenta con un modo cinemático capaz de destacar los sujetos y objetos en las grabaciones y difuminar el resto. También mejora su pantalla, su capacidad fotográfica…
Los nuevos iPhone son, sin ninguna duda, una de las novedades más esperadas del año en el mercado de los smartphones (si no la que más). Y en la presentación de este año Apple desveló tres nuevos modelos: iPhone 13 mini, iPhone 13 y iPhone 13 Pro (con su versión Max, de pantalla más grande).
Precisamente el iPhone 13 Pro es el modelo que hemos tenido la oportunidad de probar durante los últimos días; un terminal que destaca por sus novedades para los creadores (y consumidores) de contenidos.
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En lo que a diseño se refiere, Apple ha apostado por una estética continuista en la que las diferencias están en los colores disponibles con respecto al iPhone 12 Pro y en un módulo de cámaras más grande, además de en pequeñas variaciones en la posición de los botones (suficiente para que no valgan las fundas que pudiéramos tener).
Al encenderlo, vemos también que el notch (la ‘pestaña’ negra en la parte superior de la pantalla que alberga la cámara frontal) es algo más pequeño, pero apenas se nota en el día a día.
La pantalla sí ha cambiado sustancialmente: incluye la tecnología ProMotion, que básicamente adapta la frecuencia de refresco de la imagen (el número de veces que se actualiza por segundo) en función de los contenidos que esté mostrando: cuanto mayor sea esta cifra, más fluidos se ven los contenidos.
En concreto, Apple sitúa este valor entre 10 Hz y 120 Hz de manera inteligente y en tiempo real. El valor mínimo se correspondería con imágenes fijas (fotos, por ejemplo) y el más alto a las de movimientos rápidos, como un videojuego o cuando se hace scroll rápidamente por una web. En el día a día, supone que todo se vea muy fluido, a la vez que ayuda a ahorrar energía y aumentar la autonomía.
Lo cierto es que muchos teléfonos Android ya disponían de una característica similar, aunque hay una diferencia esencial: en este caso, son las aplicaciones (y no el sistema) el que le dice al terminal qué frecuencia debe establecer en casa momento, y se depende de que esté bien programada.
Uno de los responsables de que el iPhone 13 Pro sea capaz de realizar esto es su procesador, el A15 Bionic, con potencia suficiente para realizar todo tipo de tareas y jugar a cualquier juego. Gracias a él, también se pueden gestionar todas las funciones de la cámara, incluido un nuevo modo de grabación cinemático muy curioso.
Este modo, accesible en el menú principal de la app de la cámara, es capaz de detectar a los protagonistas de una escena y desenfocar el fondo (algo similar al modo retrato pero en movimiento), siguiéndoles en sus movimientos. El efecto está muy conseguido, con una apariencia totalmente profesional, lo que lo hace ideal para los creadores de contenido.
Más curioso es que el foco puede cambiarse manualmente en todo momento, tocando sobre el sujeto o el objeto en la imagen durante la grabación, o posteriormente en la edición.
La principal limitación es que, pese a que el terminal es capaz de grabar con calidad 4K, en este modo solo admite Full HD a 30 fps.
El iPhone 13 Pro mantiene la presencia de tres cámaras en su parte trasera: la principal es un gran angular con 12 megapíxeles y apertura f1.5; y le acompañan un ultra gran angular con la misma resolución, f1.8 y 120º y un telefoto de 3X con 12 megapíxeles, f2.8 y OIS. Como complemento, encontramos una cámara LiDAR.
Con ellas y algunas tecnologías y mejoras de software esto supone que, por ejemplo, durante la noche haya mayor nitidez en las capturas porque el terminal combina varias exposiciones, se puede realizar fotografía macro (de detalles, situando la cámara muy cerca del objetivo), o elegir un estilo fotográfico para todas las imágenes.
En general, y siguiendo la línea de las anteriores ediciones del smartphone de la firma de la manzana, el iPhone 13 Pro tiene una de las mejores cámaras del año. Continúa con ciertas limitaciones, siendo la más clara las capturas nocturnas con la cámara gran angular, en la que rápidamente aparece algo de ruido. Pero en el global ofrece una nitidez, definición o exposición automáticas a la altura de muy pocos.
Laura Pajuelo
Periodista amante de las nuevas tecnologías. Me encanta explorar cómo las TIC pueden convertirse en la mejor herramienta para lograr el (necesario) cambio educativo.
