La programación puede enseñarse desde edades tempranas, pero es necesario adaptar los ejercicios, metodologías y objetivos al nivel educativo. Estas son las recomendaciones de los expertos.
La programación está cada vez más presente en las aulas de los distintos niveles educativos con asignaturas específicas o tratada de manera transversal. Pero, ¿es igual trabajar en Educación Infantil que en Primaria o Secundaria? Estos artículos publicados en nuestra web explican cuáles son las diferencias y ofrecen recomendaciones para que su implantación sea un éxito en la programación en función del nivel educativo.
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Los expertos recomiendan iniciar la enseñanza de programación desde edades tempranas (nivel de Infantil) dado los beneficios que les aporta, aunque para ello es necesario crear un contexto propicio, seleccionar un lenguaje y entorno de programación adecuados y disponer de unos contenidos en forma de tareas a resolver o desafíos a los que enfrentarse escalados en dificultad. Algunos programas que pueden utilizarse para este fin son Code.org y ScratchJr,.
En el caso de los alumnos de Primaria, lo mejor es empezar trabajando con bloques a través de programas como Scratch, para luego ir avanzando hacia lenguajes algo más complejos. En cuanto a las actividades, es recomendable que programen pequeños juegos manipulativos, lo que les sirve para comprender cómo nos comunicamos con las máquinas e interiorizar una nueva manera de pensar y un lenguaje que desarrolla el pensamiento computacional siguiendo una estructura algorítmica. A partir de ahí, se pueden plantear retos y proyectos que exploten aspectos creativos desde múltiples inteligencias y estilos de aprendizaje.
Es en esta franja de edad —entre 12 y 16 años— es más fácil abordar la programación desde un punto de vista transversal y no solo desde la asignatura de Tecnología: es posible aprovechar sus posibilidades en otras muchas materias como Ciencias, Matemáticas, Lengua, Inglés, Educación física… Lo ideal es plantear a los estudiantes una problemática para que busquen sus propias soluciones: ¿qué objetivo tiene lo que van a programar?, ¿qué elementos necesitan?, ¿cómo han de interactuar entre sí? Además, pueden emplear todo tipo de lenguajes de programación, no solo los más sencillos.
El aprendizaje de robótica y programación en el aula aporta múltiples beneficios que van más allá de la incorporación de conocimientos prácticos para crear código. Desarrolla el pensamiento lógico y estimula la capacidad para resolver problemas, fomenta el trabajo colaborativo, aumenta la motivación y facilita el uso de metodologías centradas en el estudiante. Sin embargo, la introducción de estas materias en las distintas comunidades autónomas es muy desigual.
Existen múltiples muestras de que cualquier contenido o asignatura es susceptible de ser trabajado a través del pensamiento lógico y computacional. Los objetivos, en este caso, son favorecer el desarrollo de las habilidades y destrezas del alumnado; permitir mostrar las que ya poseen; y aprender de una forma colaborativa. A la hora de poner en marcha proyectos de programación en las distintas materias es posible recurrir a metodologías activas como el aprendizaje basado en retos, la gamificación y el aprendizaje cooperativo.
Scratch no es la única herramienta disponible para enseñar programación en los colegios, ya sea en Primaria o Secundaria. Si bien es cierto que está entre las más conocidas, existen otros lenguajes y plataformas para enseñar programación en varios niveles y con diversos objetivos. Entre ellos podemos encontrar Tinker, Alice o Kodable.
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