El sector educativo y la sociedad en general están inmersos en un acalorado debate sobre si es adecuado utilizar tecnología en los centros; de hecho algunas comunidades autónomas ya han tomado un claro partido y han aprobado leyes que limitan la presencia y el uso de dispositivos en las aulas. Como responsable de un medio de comunicación líder en innovación educativa, que lleva desde sus orígenes apostando por las TIC como herramienta al servicio de la mejora educativa, creo que mi posición está clara. 

Ahora bien, también soy periodista y, por tanto, debo realizar una lectura y escucha atenta de todas las opiniones y posiciones. ¿Cómo no voy a entender a los padres preocupados porque sus hijos no se separan de sus smartphones o tabletas? ¿O a los que ven que han perdido la capacidad de atención y les cuesta leer o realizar cualquier tarea durante más de cinco minutos sin mirar una pantalla? También soy consciente de que ha habido proyectos de implantación TIC en los que se ha empezado la casa por el tejado con el único afán de inundar las aulas de dispositivos sin ni siquiera formar antes a los docentes sobre cómo usarlos con un enfoque pedagógico.

IA y tecnología en la educación

Los centros, parte de la solución

Pero la decisión de limitar el uso de tecnología después de años de un proceso de digitalización no se puede tomar de la noche a la mañana y, sobre todo, transmitiendo la idea de que los centros educativos son el origen del problema que tienen los menores con sus dispositivos cuando, en realidad, deberían considerarse como la solución. Me disgusta el cortoplacismo detrás de estas decisiones, muy unido a un populismo y al afán político por ser el primero en dar el golpe sobre la mesa. Porque antes de redactar estas leyes, ¿se ha analizado en profundidad los estudios científicos nacionales e internacionales existentes sobre las ventajas que conlleva la tecnología?, ¿se ha dialogado con los centros educativos y los docentes o se han valorado los maravillosos proyectos que se están realizando y que no podrían llevarse a cabo sin tecnología?, ¿se ha reflexionado si nos enfrentamos a un problema mayor como sociedad cuyo origen está realmente fuera de las paredes de los centros? 

"No se puede transmitir la idea de que los centros son el origen de un problema cuando son en realidad la solución"

La tecnología ha llegado para quedarse y la asombrosa irrupción de la IA es la mejor muestra de ello. Podemos debatir sobre su correcto uso en los centros, las edades para introducirla, los problemas derivados de proyectos TIC sin una verdadera planificación ni la necesaria formación docente, la propia gestión que realizan las familias… Porque la pregunta que me sigo haciendo es: si los docentes y centros no enseñan a utilizar una tecnología como la IA o cómo hacer un uso adecuado de las redes sociales, ¿quién lo va a hacer?

Este editorial se publicó en el número 58 de la revista impresa de EDUCACIÓN 3.0. Si quieres recibirla puedes suscribirte en nuestra tienda online.