En septiembre de 2015, los cerca de 195 países que forman parte de la ONU aprobaron la Agenda 2030 con la finalidad de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todos, buscando alcanzar de manera equilibrada tres dimensiones del desarrollo sostenible: económico, social y ambiental. Para ello, marcaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se encuentran Educación de calidad, Igualdad de género, Reducción de las desigualdades… cada uno con metas específicas y definidas —en total suman 169— que deben alcanzarse a lo largo de 15 años. Con el fin de lograr dichas metas, la organización internacional apeló a ‘todo’ el mundo para que aportase su granito de arena: gobiernos, sector privado, sociedad civil…

Ods Desarrollo Sostenible

En una reunión de seguimiento celebrada cuatro años más tarde, en septiembre de 2019, se comprobó que no se estaba haciendo lo suficiente, ni en medidas ni en los plazos acordados. Los gobiernos recibieron una reprimenda por parte de la Asamblea General de la ONU y se hizo un llamamiento especial tanto a la sociedad civil (sobre todo a los jóvenes) como a la comunidad educativa. Y es que la relación entre Educación y ODS tiene un vínculo muy fuerte por dos motivos: el primero, porque el objetivo nº 4 propugna una Educación de calidad, inclusiva e igualitaria para mejorar nuestra vida y potenciar el desarrollo sostenible y, el segundo, porque según la propia ONU y otras organizaciones internacionales (como la Unesco) la Educación es clave para transformar la forma de pensar y actuar de las personas, consiguiendo de este modo ciudadanos críticos, solidarios y comprometidos.

LOMLOE y ODS

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Y no solo instituciones internacionales fomentan ese estrecho vínculo, también la LOMLOE incluye varios principios relacionados con los ODS —lo que la convierte en una ley pionera en la actualidad—. Así, dos enfoques clave de los cinco pilares en los que se basa son la sostenibilidad y la igualdad de género, como así se recoge en el preámbulo (los otros tres son: derechos de la infancia, personalización del aprendizaje y competencia digital).

Ods

La ley recoge asimismo que “el sistema educativo no puede ser ajeno a los desafíos que plantea el cambio climático del planeta, los centros han de convertirse en un lugar de custodia y cuidado de nuestro medioambiente” (título IV). De igual modo, el nuevo currículum que establece la LOMLOE tiene contenidos relacionados con la sostenibilidad y el consumo responsable tanto en la asignatura de Valores Cívicos y Éticos (tercer ciclo de Primaria) como de forma transversal entre distintas materias (en este caso la ley deja una puerta abierta para que cada centro amplíe la educación para la sostenibilidad en su proyecto educativo tanto como considere necesario).

El último nexo entre los ODS y la LOMLOE se refiere a la formación del profesorado, que indica que “la educación para el desarrollo sostenible, la ciudadanía mundial y la Agenda 2030 se incluirán en los procesos de formación y de acceso a la función docente, que a su vez tiene relación con la Educación de calidad (ODS 4)”.

Ventajas

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Dos de las principales ventajas de trabajar los ODS en el aula son que potencia la educación competencial —que propugna la LOMLOE— al fomentar el pensamiento crítico y la reflexión sobre los efectos sociales, económicos, medioambientales… que tiene nuestro actual estilo de vida y, además, permite que los docentes pongan en práctica la transversalidad curricular, trabajando un mismo objetivo desde diferentes puntos de vista/asignaturas.

Este artículo es un extracto del amplio reportaje ‘ODS: Educar para el desarrollo sostenible’ publicado en el número 49 (febrero-abril) de la revista impresa. Puedes suscribirte en nuestra tienda online con un 20% de descuento hasta el 20 de marzo con el código EDUCACION49.

Sobre el autor
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Ana Ayala

Periodista de vocación, formación y profesión