Matemáticas a primera hora, Lengua a segunda, y a tercera….¿Yoga? A los alumnos de Educación Secundaria del IES Azahar no les sorprende. Estos estudiantes gaditanos lo llevan haciendo de manera habitual desde hace cinco años.
Todo comenzó cuando nuestra directora del centro, Beatriz Martínez Noval, asistió a la formación ‘Yoga para educar’ en el Centro del Profesorado de Algeciras – La Línea. Fue entonces cuando decidió que era eso lo que quería para sus estudiantes.
Nuestro objetivo era que el centro apostase por la educación emocional para fomentar en los alumnos la autoestima y la gestión de sus emociones.
Hemos observado que, a través de esta disciplina, ha habido una mejora en el rendimiento académico; tanto que, aunque hemos empezado con el alumnado de Secundaria, nos encantaría poder incluirlo en otros cursos.
Yoga dentro del aula
Durante las primeras clases, los estudiantes empezaron a comprender qué es lo que se hace exactamente. No es solo hacer una serie de posturas y relajarse, sino que es un trabajo mucho más profundo.
“El yoga ayuda a los alumnos a mejorar su concentración, a relacionarse con el resto de la clase y formar grupo, a enfrentar a sus problemas y promueve el desarrollo de su inteligencia emocional. Debería ser una asignatura obligatoria en Educación Secundaria por los valores que aporta y por cómo fomenta el desarrollo emocional y cognitivo”, afirma Patricia, una de las profesoras del centro que participa en el proyecto.
Lo primero que queríamos era crear un clima en el aula en el que el aprendizaje fuese posible y, para ello, trabajamos la pertenencia, la seguridad y la motivación.
El error como aprendizaje
Queríamos que todo el mundo se sintiese como una pieza fundamental de la clase, que encontrase un lugar donde pudiese aportar sus dones para un bien común y, además, que lo pudiese hacer de una manera segura, teniendo en cuenta que todos estábamos aprendiendo y los errores son un camino más para el aprendizaje.
Fundamentalmente con esta disciplina nuestro propósito es dotarles de herramientas que les sirvan para toda la vida, como aprender cómo gestionar los impulsos naturales de la edad, cómo decir que no a su grupo de amigos cuando les piden algo que no quieren hacer, cómo cuidar y aceptar su cuerpo, cómo encontrar su camino en la vida…
La palabra yoga significa unión, unión de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro corazón. Partiendo de este concepto, creamos una metodología en la que incluimos herramientas como el mindfulness, la relajación, una alineación postural óptima, la comunicación asertiva y no violenta, dinámicas y juegos emocionales, el teatro, la danza… todo lo que nos ayude a conectar con nosotros mismos para poder conectar con los demás es bienvenido en nuestras clases.
El yoga para adolescentes tiene un carácter transformador que parte de la transformación de uno mismo para poder transformar todo lo que nos rodea. Por quinto año consecutivo, durante una hora a la semana dejaremos las sillas y pupitres a un lado en la clase para que el yoga vuelva a acompañar a los adolescentes.