Dentro de un centro escolar encontramos gran diversidad de espacios útiles para el desarrollo de actividades destinadas a trabajar y reforzar contenidos expuestos dentro del aula. Escaleras, pasillos o rincones, no deben ser únicamente espacios de paso para el alumnado en el día a día; también se pueden convertir en zonas de aprendizaje con un mayor grado de motivación y dinamismo.

¿Qué beneficios encontramos para el alumnado?  

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La utilización de los espacios comunes posibilita un aumento en el grado de motivación del alumnado, al mismo tiempo que se les ofrece una mayor cantidad de recursos a disposición del mismo. Además, les permite optar a una más amplia variedad de actividades.

Método Abn

Por otro lado, sugiere la idea de trabajar sobre un soporte muy diferente al que están acostumbrados los alumnos/as, ¿Quién les diría que pintar en las paredes puede ser útil para su aprendizaje? Los alumnos también aprenden a ser responsables con el material, el cual es común y deben respetar.

¿Cómo lo llevamos a la práctica?

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En el CEIP Cervantes hemos decidido aprovechar estos espacios para el desarrollo de contenidos propios del área de Matemáticas, concretamente mediante la metodología ABN. Implantamos esta metodología hace relativamente poco y, debido a su efectividad, hemos querido llevarla más allá del libro.

En este caso, hemos aprovechado las paredes de los pasillos para trabajar aspectos como la múltiple descomposición de números, el valor de posición de cada dígito o el cálculo de operaciones de hasta cuatro cifras. Todo ello mediante el uso de casitas de descomposición, rejillas para el cálculo o árboles ramificados para la múltiple descomposición.

Método Abn

Estos recursos ofrecen gran variedad de posibilidades de trabajo. Al llevarlos a la práctica podemos emplearlos en la realización de talleres o grupos interactivos (en el caso de trabajar la metodología basada en comunidades de aprendizaje), con grupos heterogéneos o grupos reducidos, trasladando las actividades u operaciones a realizar fuera del aula, o como refuerzo para aquellos alumnos que necesites de apoyo extra para reforzar los contenidos.

Creando hábitos de trabajo

Mediante este trabajo no solo se pretende llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje de los contenidos y reforzar la práctica de los mismos, sino crear también hábitos de trabajo.

Este trabajo diario conlleva un desarrollo de la independencia y autonomía por parte de los estudiantes, así como la asimilación de competencias tales como la competencia matemática incluyendo la competencia en el saber hacer.

Los discentes comenzarán a emplear dichas actividades o recursos como espacios lúdicos, en los que la práctica de las Matemáticas se convierte en una actividad dinámica y motivadora, con un toque lúdico que en cierto modo la aleja del trabajo convencional del día a día. El aprendizaje se convierte en juego. Se observa como en los patios, las actividades extraescolares o las actividades de comedor empiezan a introducir una tarea que en principio se concibe dentro del aula, fuera de la misma.  

Por todo ello, hemos podido comprobar que este tipo de tareas son satisfactorias para todo el colectivo escolar y que gracias a ellas podemos ampliar los horizontes educativos a un contexto más práctico, dinámico y diferente.

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