Como en un cuento, todo empezó hace algunos años, en una torre del siglo XIV, en un pequeña localidad de los Países Bajos, con un escultor y una niña. El escultor, llamado Marco, decidió rehabilitar aquella antigua torre para residir en ella y utilizarla como estudio.
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WALHALLAb, escuela DIY en Holanda
Más tarde decidió abrirla al público. Un día, tallaba minuciosamente una figura en un bloque de madera cuando entre las visitas, se acercó una niña rubia de 9 años, que le dijo que también quería ser escultora. Marco le contestó que no podía. “¿Por qué?”, replicó la niña. “Porque eres una niña”. Y aquella respuesta desafiante en una conversación inocente retó a la joven y al propio escultor y pronto, la niña comenzó a trabajar la madera como alumna de Marco.
“En solo un año, aquella joven creó increíbles esculturas de madera de gran tamaño”, explica a ‘EDUCACIÓN 3.0’ Marco Mout, fundador de WALHALLAb, unos talleres de DIY (siglas en inglés de “Hazlo Tu Mismo”) para niños y jóvenes holandeses, que al salir de clase, construyen a base de madera, casas en árboles, drones, muebles de diseño o guitarras. “Mi asistente y yo decidimos formarla, no solo con el uso de herramientas afiladas, sino también con una motosierra. Es sorprendente comprobar lo ágil, cuidadosa y hábil que puede ser una persona joven con estas herramientas”, continúa. Aquello, inmediatamente, captó la atención de los medios.
Son niños y jóvenes entre los 6 y los 18 años, “Creemos que la combinación de edades es muy beneficiosa. Nuestro alumno más joven tiene seis años y diseña y construye sillas”, puntualiza el escultor. En las clases, la mitad son niños y niñas y no existe brecha de género, “solo hay que ver nuestros talleres para entenderlo –continúa Marco—, las niñas construyen aviones y los niños dibujan y viceversa”.
Trabajar los conocimientos “perdidos” sin decirlo..
“Los colegios piden estar sentados a una edad en la que moverse es tan importante”, critica el fundador de WALHALLAb
Para el fundador de WALHALLAb, los colegios, “en general, son inherentemente inseguros. Ponen reglas para obedecer, piden estar sentados a una edad en la que moverse es tan importante. Se basan en verificar, controlar y no cruzar fronteras y mis viajes alrededor del mundo me han demostrado que esto sucede en todas partes. Los profesores que hacen eso todos los días, se ponen rápidamente en la fila de montaje”.
Para Mout, que trabaja en sus talleres con un equipo de técnicos y pedagogos, “se trata de una evaluación errónea de su potencial y capacidades como jóvenes. Seguro que enseñamos a veces cosas que no quieren, pero estamos formándolos para ayudarlos a que lo vean como algo importante para ellos, no importante para nosotros”.
Uso de herramientas
Sobre el uso de herramientas entre los niños dice, con ironía que, “en estos 14 años, ningún niño se ha cortado un brazo, no se han quemado con el soldador ni nadie se ha intoxicado por el uso de productos químicos” y critica que, “es extraño cómo nuestra sociedad moderna teme correr riesgos, o dejar que los niños comprendan que no existe una sociedad segura, sino que debes dominar tu propia seguridad mediante habilidades, conocimiento y confianza". Eso sí, “los niños solo usan herramientas y maquinarias tras una intensa formación y en un principio, con apoyo”, puntualiza.
En abril, WALHALLAb ha abierto nuevos centros en otras ciudades de Holanda y están en conversaciones para abrir uno más en Paris, explica el escultor holandés, que lanza: “Quien sabe si pronto veremos un WALHALLAb-Madrid o un WALHALLAb-Burgos”.