Se estima que en España hay más de 450.000 personas con un Trastorno del Espectro Autista (TEA), según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. En los últimos años se ha avanzado en la visibilidad e inclusión de las personas TEA, pero para José Ignacio Leyda, psicólogo sanitario y experto universitario en Trastornos del Espectro Autista, todavía queda mucho por hacer. Leyda realiza una destacada labor divulgadora a través de redes sociales y diferentes canales sobre todo tipo de cuestiones relacionadas con el autismo. Así, en su perfil de X (@ignacioleyda), comparte todos los días ‘hilos’ con los que divulgar sobre la coordinación motora de las personas con TEA, cómo fomentar su autoestima y su independencia, o cómo les afecta la alimentación, además de multitud de temáticas más.

Pregunta: ¿Cree que la educación actual es realmente inclusiva?

Respuesta: La inclusión educativa de las personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) ha avanzado considerablemente en las últimas décadas, pero aún enfrentamos desafíos significativos para considerarla plenamente inclusiva. Aunque cada vez hay más conciencia y mejores prácticas en las aulas, la educación aún debe evolucionar para adaptarse a las necesidades individuales de todos los estudiantes, incluidas las personas con TEA.

La verdadera inclusión educativa va más allá de la simple presencia física de los estudiantes en el aula, abarcando el acceso a un aprendizaje significativo y la participación activa en todas las facetas de la vida escolar. Esto implica no sólo una formación especializada del profesorado y la disponibilidad de recursos adecuados, sino también la adaptación de materiales y metodologías didácticas para permitir que cada estudiante desarrolle plenamente su potencial. Además, es crucial promover un ambiente de aceptación y respeto hacia la diversidad, donde todo el alumnado se sienta valorado y comprendido. A pesar de los avances conseguidos, aún enfrentamos el desafío de transformar el sistema educativo en uno verdaderamente inclusivo para todos.

P: ¿Sigue habiendo prejuicios y desinformación en torno a las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA)? ¿Qué se puede hacer para tratar de revertirlos?

R: Sí, desafortunadamente, todavía existen prejuicios y desinformación. A menudo, estos prejuicios se originan en la falta de conocimiento sobre la condición, lo que puede llevar a malentendidos, estigmatización y exclusión social. Combatir los prejuicios demanda una estrategia comprensiva y activa que engloba educación y sensibilización general y profesional sobre ello, promoviendo las fortalezas y entendiendo los retos de las personas con autismo. Es crucial aumentar la visibilidad e inclusión en todos los ámbitos sociales, así como la participación activa de la comunidad TEA en la elaboración de políticas y programas. La formación especializada para los profesionales que interaccionan directamente con estas personas asegura un soporte adecuado e inclusión real. Además, la defensa de los derechos de las personas con TEA es fundamental para fomentar un cambio legislativo y políticas que aseguren igualdad de oportunidades y protección contra la discriminación. Abordar estos prejuicios y la desinformación no solo mejora la calidad de vida de las personas, sino que enriquece a la sociedad en su conjunto, promoviendo valores de inclusión, respeto y diversidad.

P: ¿Cree que en el Grado de Educación se abordan suficientemente los trastornos neurodivergentes? ¿Debería hacerse más hincapié en ellos?

R: La formación en trastornos neurodivergentes dentro del Grado de Educación ha ido ganando terreno, reflejando una mayor concienciación sobre la importancia de atender a la diversidad en el aula. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para que esta formación sea suficientemente amplia y profunda. Aunque se han hecho esfuerzos por incorporar contenidos relacionados con la neurodiversidad y específicamente con el Trastorno del Espectro del Autismo, en muchas ocasiones estos temas se abordan de manera muy general o como parte de módulos optativos, lo que puede resultar insuficiente para preparar a los futuros educadores para los retos específicos que implica la enseñanza inclusiva.

Poner énfasis en los trastornos neurodivergentes es crucial para asegurar que los futuros educadores estén equipados con el conocimiento y las habilidades prácticas necesarias para reconocer, entender y satisfacer las necesidades de todos los estudiantes, incluidos aquellos con neurodiversidad. Esto fomenta una cultura de inclusión desde el inicio de su formación, esencial para valorar y promover la diversidad en las aulas. Además, una preparación específica en este ámbito puede mejorar significativamente los resultados educativos de los estudiantes neurodivergentes, ayudándoles a alcanzar su pleno potencial. Asimismo, la integración de estos trastornos en el currículo de Educación contribuye a la concienciación y sensibilización sobre la neurodiversidad, generando un impacto positivo tanto en el entorno educativo como en la sociedad en general.

"Para adaptar el entorno educativo a las necesidades de los estudiantes con TEA y sus diversas sensibilidades sensoriales es crucial realizar una evaluación individualizada. Esta permite identificar si el estudiante es hipersensible o busca estímulos específicos, y así personalizar las adaptaciones".

José Ignacio Leyda, experto universitario en TEA

P: ¿Cómo deberían trabajar los docentes con el alumnado con TEA?  

R: Para los docentes que trabajan con estudiantes con TEA es clave recibir formación especializada que les permita entender las características únicas de estos estudiantes y aplicar estrategias educativas y de intervención efectivas. Las adaptaciones curriculares son esenciales para satisfacer sus necesidades educativas individuales, permitiéndoles acceder plenamente al currículo. Un entorno de aprendizaje estructurado y predecible, complementado con señalizaciones visuales, facilita su orientación. Es igualmente importante fomentar su inclusión social, mediante programas de mentoría y actividades grupales inclusivas, además de enseñar habilidades sociales explícitamente. La comunicación constante con las familias es también crucial para alinear estrategias de apoyo y comprender mejor las necesidades y fortalezas de los estudiantes. Finalmente, el uso efectivo de tecnologías educativas y ayudas visuales puede ser significativo para facilitar su aprendizaje y comunicación.

Tea

P: ¿Es recomendable que compartan su día a día junto al resto de compañeros no neurodivergentes?

R: Si, en la medida de lo posible. La inclusión en entornos educativos regulares ofrece numerosos beneficios tanto para los estudiantes con TEA como para sus compañeros no neurodivergentes. Facilita la aceptación y el respeto por la diversidad, promueve el desarrollo de habilidades sociales y de comunicación y proporciona oportunidades de aprendizaje significativas en un entorno natural. Sin embargo, la inclusión debe estar bien planificada y apoyada con los recursos adecuados para garantizar que todos los estudiantes puedan beneficiarse de ella y alcanzar su máximo potencial.

P: Los estudiantes con TEA pueden tener necesidades sensoriales especiales. ¿Hay que adaptar las aulas para que puedan hacerles frente? ¿De qué manera?

R: Las necesidades sensoriales especiales son comunes en las personas con TEA y pueden influir significativamente en su capacidad para participar y aprender en el entorno escolar. Adaptar las aulas para responder a estas necesidades no solo es beneficioso, sino a menudo necesario para crear un entorno de aprendizaje accesible y confortable para ellos. Para adaptar el entorno educativo a las necesidades de los estudiantes con TEA y sus diversas sensibilidades sensoriales es crucial realizar una evaluación individualizada. Esta permite identificar si el estudiante es hipersensible o busca estímulos específicos, y así personalizar las adaptaciones. Para aquellos hipersensibles, minimizar los estímulos abrumadores es esencial, lo cual puede incluir el uso de luces suaves, reducción de ruidos de fondo o una organización visual tranquila del aula. Proporcionar espacios seguros y tranquilos para que los estudiantes se retiren si se sienten abrumados, así como ofrecer opciones táctiles y sensoriales para quienes buscan estos estímulos son otro tipo de adaptaciones muy valiosas. Además, mantener rutinas claras y predecibles puede disminuir su ansiedad y, por ende, las sensibilidades sensoriales.

P: ¿Cómo deben ser las adaptaciones curriculares para alumnado con TEA?

R: Individualizadas, flexibles y diseñadas para atender a sus necesidades específicas de aprendizaje, comunicación, sociales y sensoriales. El objetivo es proporcionar acceso equitativo al currículo, permitiendo que cada estudiante con TEA alcance su máximo potencial. Las adaptaciones curriculares para estudiantes con necesidades especiales implican un proceso multifacético que comienza con una evaluación individualizada detallada para identificar necesidades, intereses, fortalezas y desafíos, lo que fundamenta la creación de objetivos educativos personalizados. La selección de metodologías de enseñanza debe alinearse con los estilos de aprendizaje de los estudiantes, incluyendo el uso de apoyos visuales, táctiles, tecnológicos y estructurados. 

Es fundamental adaptar el contenido y el proceso educativo para simplificar el lenguaje sin comprometer la complejidad, utilizar ejemplos concretos, desglosar tareas, ajustar el ritmo de enseñanza y emplear refuerzos positivos. Por otro lado, las adaptaciones en la evaluación permiten a los estudiantes demostrar sus conocimientos de formas que respetan sus capacidades individuales, mientras que adaptar el entorno físico y sensorial del aula mejora el enfoque y la seguridad. Además, es crucial desarrollar habilidades sociales y de comunicación a través de técnicas específicas e involucrar a especialistas para obtener apoyo adicional y recomendaciones, asegurando un enfoque holístico y personalizado hacia el aprendizaje inclusivo.

"Para fomentar un desarrollo emocional efectivo en personas autistas es fundamental enseñarles a reconocer y expresar sus emociones y las de otros, utilizando herramientas visuales y prácticas de expresión adecuadas"

José Ignacio Leyda, experto universitario en TEA

P: ¿Cómo de importante es la educación emocional con el alumnado con TEA?  

R: La educación emocional es fundamental para el alumnado con TEA, ya que les ayuda a comprender y gestionar sus propias emociones, así como a reconocer y responder adecuadamente las de los demás. Dada la variedad en la forma en que las personas con TEA experimentan y procesan las emociones, un enfoque dirigido y consciente hacia la educación emocional puede ser especialmente beneficioso para su bienestar y desarrollo integral.

P: ¿Qué cuestiones son clave para que tengan un desarrollo emocional correcto?

Para fomentar un desarrollo emocional efectivo en personas autistas es fundamental enseñarles a reconocer y expresar sus emociones y las de otros, utilizando herramientas visuales y prácticas de expresión adecuadas. Es crucial desarrollar estrategias de gestión emocional, incluyendo técnicas de relajación y afrontamiento personalizadas. La empatía y las habilidades sociales también deben enseñarse explícitamente, facilitando la interacción satisfactoria con otros y mejorando la comprensión emocional. Crear ambientes seguros y de apoyo, donde se aliente la expresión emocional libre de juicio, es esencial. La educación emocional debe involucrar a las familias y cuidadores, extendiendo el apoyo más allá del entorno educativo. Utilizar programas de intervención específicos y personalizar el aprendizaje según las necesidades individuales de cada persona con TEA son estrategias clave para mejorar su comprensión y manejo de las emociones, promoviendo un desarrollo emocional saludable.

P: ¿Qué consejos le daría a un docente que tiene que trabajar por primera vez con un estudiante TEA?

R: Trabajar por primera vez con un estudiante TEA puede ser un desafío, pero también una experiencia profundamente enriquecedora. Para facilitar una experiencia educativa positiva tanto para docentes como para estudiantes autistas, es clave informarse sobre este trastorno, dedicar tiempo a conocer al estudiante individualmente y establecer una comunicación clara y visual. Crear rutinas predecibles y adaptar el entorno de aprendizaje a las necesidades sensoriales puede mejorar significativamente su capacidad para aprender y concentrarse. 

Fomentar interacciones sociales estructuradas y usar los intereses del estudiante como herramientas motivacionales son estrategias efectivas para involucrarlos en el proceso de aprendizaje. La paciencia y la flexibilidad son esenciales, al igual que buscar apoyo de la comunidad educativa cuando sea necesario. Celebrar cada éxito, grande o pequeño, fomenta la motivación, la autoestima y el bienestar emocional del estudiante, haciendo del proceso de aprendizaje una experiencia enriquecedora para todos.

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Lucía García López

Periodista, redactora y feminista. Me gusta el cine, la música, el arte y la política. Aprendiendo día a día. Convencida de que la cultura es la mejor arma de transformación