Un entorno educativo que ofrezca un equilibrio entre herramientas digitales y materiales impresos es un espacio de aprendizaje enriquecido y más inclusivo. Así lo cree Raúl Sanahuja, responsable de comunicación en Epson Ibérica
En un momento en que la tecnología domina muchos aspectos de nuestras vidas, el papel debería tener un lugar esencial en la educación. Los materiales impresos, ya sean libros de texto o fichas, ofrecen una profundidad en el aprendizaje que puede ayudar a elevar la experiencia educativa consolidando un entorno adaptado a las necesidades actuales. La última encuesta de Epson destaca una tendencia clara en las familias y docentes en España: un 74% de las familias y un 75% del personal educativo consideran que el papel debería tener un rol más destacado en las aulas.
Si bien los dispositivos digitales son herramientas útiles para el aprendizaje, el papel sigue brindando beneficios únicos y comprobados. Neurocientíficos del Teachers College de la Universidad de Columbia han evidenciado que la lectura en papel implica una comprensión más profunda y duradera que la realizada en pantalla. El estudio de Epson refuerza esta idea, pues el 59% de los hogares considera que el aprendizaje de sus hijos es más efectivo cuando se produce a través de objetos físicos porque promueve una atención plena y una mejor retención de la información.
Los textos impresos requieren que los y las estudiantes utilicen subrayadores, escriban sus propias notas y, en general, se apropien de los materiales de manera activa. Estos procesos promueven la concentración y la creatividad, así como el compromiso con el contenido, aspectos que se diluyen en el uso pasivo de las pantallas. Sin embargo, los recursos para implementar su uso son limitados en muchas aulas. El informe revela que solo el 6% de profesionales docentes en España dispone de una impresora en el aula y, en muchos casos, son los propios educadores y educadoras quienes asumen la impresión de materiales desde sus hogares para cubrir esta necesidad.
Es evidente que las limitaciones presupuestarias afectan a la disponibilidad de equipos de impresión en las escuelas, pero esta falta de acceso no debería convertirse en un obstáculo para el aprendizaje. La incorporación de materiales impresos no es un lujo, sino una herramienta fundamental para complementar la enseñanza digital y potenciar la comprensión del alumnado.
Las impresoras que prescinden de cartuchos, como las EcoTank de Epson, resultan soluciones más sostenibles y más eficientes que facilitan una impresión de gran volumen con menor impacto, permitiendo que las instituciones educativas puedan hacer un uso recurrente de estos materiales sin incurrir en altos costes de consumibles.
Un entorno educativo que ofrezca un equilibrio entre herramientas digitales y materiales impresos es un espacio de aprendizaje enriquecido y más inclusivo. Como sociedad, no debemos subestimar el valor que estos materiales aportan a nuestras aulas, ni el esfuerzo que hacen familias y profesionales de la educación para mantener este recurso. A medida que avanzamos hacia un futuro más digital, conservar los elementos que promueven el aprendizaje activo y la comprensión profunda será fundamental para el desarrollo integral de nuestros estudiantes. En ellos y ellas reside el futuro de nuestra sociedad.
Para más información, puedes consultar el informe ‘Restaurando el equilibrio en educación: soluciones para un aprendizaje híbrido’.
