Con la llegada del coronavirus, la sociedad ha tomado más conciencia que nunca de la presencia de todo tipo de microorganismos en las superficies que tocamos continuamente, incluidas las de los dispositivos electrónicos. En ellos, miles de microbios pueden adherirse en pantallas, teclados… por lo que cada toque, pulsación o gesto táctil puede convertirse en un contacto o una exposición potencial.
Por eso, y como consecuencia que ha aumentado el tiempo que adultos y menores pasan utilizando sus ordenadores tanto en casa como en el trabajo o la escuela, saber cómo mantener las superficies limpias y lo más protegidas posible es una creciente preocupación que requiere solución.
Acer también es consciente de ello, por lo que han implementado varias soluciones antimicrobianas que se aplican a la superficie del chasis, la pantalla táctil, la cubierta superior, el teclado y el panel táctil de sus equipos. Con este tipo de soluciones, permanecerán más limpios durante más tiempo sin necesidad de frotarlos regularmente con alcohol ni utilizar cubiertas especiales.
En una amplia gama de equipos
Entre los equipos dotados con esta solución, que estarán disponibles a partir del próximo año, se encontrarán los portátiles para educación de las gamas TravelMate y Chromebook: Acer TravelMate B3, Acer TravelMate B1, Acer Chromebook 311, Acer Chromebook Spin 311, Acer Chromebook Spin 511 y Acer Chromebook Spin 512.
En todos ellos, se ha incorporado un agente antimicrobiano de iones de plata conforme a las regulaciones BPR y EPA en el revestimiento de la superficie del chasis, el teclado, la bisagra y el lector de huellas dactilares (incluso en las etiquetas); una solución que ha demostrado una tasa de reducción de microbios constante para una amplia variedad de bacterias. Incluso los pies de goma también están fabricados con material antimicrobiano.
En las pantallas y paneles táctiles, por otro lado, se ha optado por la incorporación de iones de plata (Ag+) como agentes antimicrobianos en el recubrimiento Corning Gorilla Glass, de tal manera que la superficie de cristal puede permanecer más limpia durante más tiempo y se vuelve menos susceptible a las bacterias causantes de malos olores. El proceso se basa en la filtración de pequeñas cantidades de iones de plata en la superficie del cristal para eliminar las bacterias a la vez que se obtienen otras ventajas, como mayor durabilidad y resistencia a los arañazos.