Pensábamos que a estas alturas del siglo XXI el debate sobre usar calculadora en clase de matemáticas estaría superado y nos ocuparíamos de los nuevos retos que nos ofrecen las tecnologías de la información (redes sociales, aplicaciones para móviles, tabletas…). Pero aunque la investigación en Didáctica de las Matemáticas ha mostrado que el uso de tecnología, calculadoras en particular, favorece el aprendizaje de ciertos procesos y conceptos y ayuda a superar algunos obstáculos, estos recursos no se permiten en la EBAU de muchas comunidades autónomas.

Este hecho tiene como consecuencia que el profesorado no las integre en su día a día, y en la práctica se continúe enseñando, y aprendiendo, como hace cuarenta años, sin tener en cuenta las innovaciones que han ido introduciendo los diferentes cambios curriculares. Perdiendo una oportunidad para para mejorar el aprendizaje y la enseñanza de las matemáticas.

Marcado por pruebas externas

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Parece que los responsables de las EBAU no son conscientes que, quieran o no, son los que en realidad fijan el currículo que se acaba impartiendo en las aulas de Bachillerato. Cualquiera con experiencia en la enseñanza sabe que, independientemente de lo que diga currículo oficial publicado en los diferentes boletines oficiales, lo que realmente marca los contenidos que se trabajan en clase son los que se evalúan en las diferentes pruebas externas. Si no se evalúa no tiene valor y no se trabaja. Y en Bachillerato la única prueba externa es la EBAU.

Usar Calculadora En Clase

Existen investigaciones y experiencias que demuestran que el uso de calculadoras gráficas favorece el aprendizaje de técnicas y procedimientos y, sobre todo, de los conceptos matemáticos, al dejar en un segundo plano el cálculo y centrar la atención en la reflexión sobre los conceptos. Algunas competencias que se desarrollan en el aprendizaje de las matemáticas, como establecer conexiones o modelar se ven muy favorecidas por el uso de calculadoras gráficas.

Adquisición de competencias

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Si no se dispone de esta tecnología, la adquisición de estas competencias se dificulta extraordinariamente. La prohibición del uso de calculadoras gráficas supone una ruptura con la metodología de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, basada en la construcción de aprendizajes significativos, al negar a los alumnos la posibilidad de visualizar directamente con la calculadora propiedades aritméticas, algebraicas y geométricas.

Además, la prohibición de calculadoras gráficas en la EBAU supone un agravio entre el alumnado que cursa el bachillerato español y el que cursa el Bachillerato Internacional ,donde el uso de calculadoras gráficas es obligatorio, aunque ambos accedan después a las mismas universidades.

También profundiza la brecha digital existente entre nuestro país y otros países europeos. En Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca, las calculadoras gráficas son necesarias en clase y en los exámenes finales, permitiéndose incluso las que disponen de cálculo algebraico. Los alumnos deben saber utilizarla y su manejo se considera una competencia evaluable. En Portugal y Francia la calculadora gráfica se utiliza desde hace más de 10 años y en el currículum se exige saber su funcionamiento. En ambos países, en las pruebas de acceso a la universidad, es imprescindible para resolver parte del examen planteado. Italia es uno de los últimos países que ha dado el paso hacia un avance educativo permitiendo el uso de este recurso a sus estudiantes.

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