Hemos realizado una amplia selección de clásicos de la literatura de Estados Unidos, obras que como el caso de ‘Walden’, ‘Moby Dick’ o ‘Las aventuras de Huckleberry Finn’, ya forman parte de la cultura universal de todos los tiempos.
El enorme liderazgo económico que ejerce Estados Unidos desde prácticamente comienzos del siglo XX ha supuesto que sus manifestaciones culturales se hayan proyectado con enorme fuerza al resto del planeta. A pesar de ser un país relativamente joven, la música, el cine, el arte, y, por supuesto la literatura norteamericana, poseen un protagonismo indiscutible en la gran mayoría de los países del mundo. En este último caso, sus novelistas, poetas y filósofos tienen una enorme influencia, hasta el punto de que muchas de sus obras se han convertido en indiscutibles clásicos de la literatura universal.
¿Quién no conoce o ha leído las obras de Mark Twain, Truman Capote, Nabokov o Walt Whitman en algún momento? Con el objetivo de seguir fomentando la lectura de grandes clásicos norteamericanos, como ya hicimos con las obras cumbre inglesas, francesas y españolas, hemos realizado una selección de los textos indispensables que no pueden faltar entre las lecturas de cualquier lector que se precie. Al igual que en los anteriores artículos, hemos seleccionado ediciones provistas de información adicional, traducciones de gran calidad o que se presentan con originales ilustraciones o un cuidado diseño.
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Considerado como uno de los pioneros de la ecología y de la ética medioambiental, e, incluso, como uno de los padres fundadores de la literatura norteamericana, Henry David Thoreau escribió su obra más conocida mientras vivía en una cabaña junto a la laguna de Walden en 1845. Es en ese mismo año cuando decide abandonar la casa familiar en Concord, Massachusetts, para ‘vivir la vida intensamente de principio a fin’. El libro se convirtió en uno de los clásicos del ensayo moderno, un experimento literario que defiende la vida libre y salvaje, además de criticar duramente la sociedad de la época y sus imposiciones. En palabras del propio escritor: “Walden es un libro escrito para esa mayoría de hombres que están descontentos con su vida y con los tiempos que le ha tocado vivir, pero que podría mejorarlos. Y también para aquellos en apariencia ricos, pero que en realidad han acumulado cosas inútiles y no saben muy bien qué hacer con ellas”.
La naturaleza, el amor, la muerte, la eternidad o la reflexión sobre la misma poesía son algunos de los temas sobre los que tratan los poemas de Emily Dickinson, considerada como una de las mejores poetas de la literatura universal. Autora de más de 1.500 poemas, apenas publicó en vida unos ocho. Su hermana Lavinia encontró muchos de ellos en pequeños trozos de papel, todos escritos a lápiz y que publicó tras su muerte, en 1886. Esta edición en varios tomos de su obra completa es bilingüe y está basada en la edición canónica de Thomas H. Johnson, que apareció por primera vez en 1955.
Gracias al oficio de marinero que desempeñó durante un tiempo y la posibilidad de estar a bordo de varios barcos, Herman Melville escribió su obra maestra en 1851. Inspirada en experiencias vividas en alta mar por el propio autor (un cachalote embistió a uno de los balleneros en los que trabajaba), Moby Dick es una historia de venganza entre el capitán Ahab y una ballena. Y es que el único objetivo del hombre es dar muerte al animal tras arrancarle la pierna izquierda. El relato es narrado por Ismael, un joven marinero que, tras dejar sus estudios y no contar con dinero para sobrevivir, decide embarcarse en la aventura dentro del barco Pequod. La novela, que al principio no tuvo demasiado éxito, se popularizó tras la muerte del escritor en 1891, gracias a un obituario del New York Times que lo nombró como el autor de ‘Moby-Dick’. Sin embargo, Melville acabó sus días sumido en la precariedad económica y el olvido.
Conocida como la gran epopeya americana, los poemas de la gran obra de Whitman son un canto al nacimiento de los Estados Unidos y su desarrollo como nación. También la de sus habitantes, en los que proclamaba que no importaba si eran ricos, pobres, hombres, mujeres, blancos o negros: todos estaban llamados a ser libres e iguales. Asimismo, es el retrato del propio poeta, los deseos y anhelos de un escritor que durante la Guerra Civil americana trabajó como enfermero, que dedicó uno de sus poemas más conocidos (O Captain, my Captain!) a Abraham Lincoln tras su asesinato y del que se desconocía su verdadera orientación sexual. Se trata de una edición bilingüe.
Declarada como una secuela de ‘Las aventuras de Tom Sawyer’ (ya que el personaje principal de este relato, Huckleberry Finn, es el mejor amigo de Sawyer), no es una obra ‘de muchachos’ ni ‘para muchachos’ en palabras del propio Twain. Finn es un joven que no va a la escuela, que roba y que utiliza un lenguaje barriobajero para sobrevivir. Junto a su amigo Jim, un muchacho negro que escapa de la esclavitud, recorren el río Misisipi en busca de un mismo objetivo: la libertad. El libro plasma la visión del escritor sobre la sociedad de finales del siglo XIX, una mirada pesimista sobre la humanidad en la que el racismo y la miseria, pero también la amistad e, incluso, la felicidad, son protagonistas principales de la historia.
Ambientada en la Nueva Inglaterra de los puritanos del siglo XVII, Hester Prynne es una mujer libre y con ideas progresistas que, tras dar por muerto a su marido en un naufragio, es acusada de adulterio por concebir a su hija Pearl con otro hombre. Por ello, es condenada a llevar en su ropa la ‘A’ de adúltera. Cuando su marido aparece y descubre el castigo decide averiguar quién es el padre de Pearl, que no es otro que el reverendo Dimmesdale quien, al mismo tiempo, vive atormentado por la culpa. Estos tres personajes dan forma a un relato publicado en 1850 que reflexiona sobre cuestiones acerca de la culpa, el castigo público o la pasión humana. Unos elementos propios de la imaginación desmedida del escritor y que otros autores de la época destacaron de sus escritos.
El Premio Nobel de la Literatura (1949) narra la degeneración de los Compson, una familia en la que los secretos y las relaciones de amor y odio la sostienen y la destruyen al mismo tiempo. Haciendo uso del monólogo interior, se muestran los distintos puntos de vista de personajes como Benjy, con problemas mentales y castrado por sus propios parientes; Quentin, poseído por un amor incestuoso e incapaz de controlar los celos, y Jason, al que le rebosa la maldad. Con cierta influencia en el ‘Ulises’ de James Joyce, Faulkner profundiza en las carencias y deseos humanos a través de la voz de los últimos descendientes de una vieja saga familiar en el Sur de Estados Unidos.
Dos años después de publicar ‘Lolita’, el escritor ruso afincado en Estados Unidos publicó esta obra, una de sus preferidas. Está compuesta por un poema de 999 versos escrito por el personaje ficticio John Shade poco antes de ser asesinado. También presenta un preámbulo, numerosos comentarios y un índice comentado por el editor, el profesor Charles Kinbote. Con dichos comentarios, el propio Kinbote va trazando un humorístico autorretrato en el que se muestra como una persona intolerante, excéntrica y perversa. Con todos esos ingredientes, también puede catalogarse como una novela de intriga ya que invita al lector a adentrarse en la personalidad y vida de estos dos misteriosos personajes.
Aunque Francis Scott Fitzgerald ya era conocido cuando publicó ‘El gran Gatsby’ en 1925, lo cierto es que su nombre siempre estará asociado a la historia del joven millonario Jay Gatbsy. El protagonista es un hombre misterioso que, tras volver de la guerra en Europa, regresa a Long Island y allí se encuentra con Daisy, una joven a la que intenta conquistar pero que está casada con Tom Buchanan, un hombre muy tradicional. A través de Nick Carraway, el narrador de esta historia, el lector se adentra en lo que se considera una metáfora de lo que eran los Estados Unidos en los ‘felices años veinte’ a través del jazz, el lujo, las fiestas, el alcohol y la sexualidad. O según el propio Fitzgerald: “La idea entera de Gatsby versa en torno a la injusticia que supone que un hombre joven y pobre no pueda casarse con una chica adinerada”. Una edición ilustrada por Fernando Vicente.
Lo que en un principio iba a ser la crónica de unos asesinatos atroces en Holcomb, un pequeño pueblo de Kansas, se convirtió en una de las obras maestras del periodista y escritor Truman Capote, que supuso la creación de la novela de no ficción, es decir, la narración de una historia a partir de hechos reales. El 15 de noviembre de 1959, un matrimonio y sus dos hijos adolescentes aparecieron asesinados en su casa. Esta noticia conmocionó a toda la sociedad norteamericana ya que esta familia representaba el famoso ‘sueño americano’ de la época: vivían holgadamente, eran queridos por sus vecinos y eran trabajadores y religiosos. También impresionó a Capote que, sin dudarlo, se desplazó hasta el lugar de los hechos para hablar con los vecinos y recoger toda la información necesaria. Una investigación que tardó en escribir tres años y que se publicó en 1966, un año después de que los asesinos confesos, Dick Hickcock y Perry Smith, fueran condenados a muerte. Se dice que uno de los asesinos, Hickcock también escribió un manuscrito, con su versión de los hechos, y que nunca vio la luz. ¿Hubiera competido con el de Capote?
Laura Román
Periodista cultural con gran interés en la educación y la innovación tecnológica en las aulas. El futuro pasa por la tecnología y ya está aquí. ¿Te lo cuento?
