Varios docentes de Lengua y Literatura estarían de acuerdo en afirmar que presentar cuestiones teóricas de gramática ante clases bulliciosas de adolescentes no es tarea fácil. Por esta razón, desde hace ya algún tiempo, para mis clases procuro partir de puntos juveniles de interés con los que relacionar los contenidos esenciales de la materia.

La cantante Rosalía fue uno de los fenómenos musicales del año 2018 y todo apunta a que esa buena racha se repetirá y que seguirá dando de qué hablar durante el 2019. Ha revolucionado las redes sociales con el hit ‘Malamente’ y, sorprendentemente, el título, de apariencia sencilla, esconde un entramado gramatical que puede servir de contrapartida para explicar los adverbios acabados en –mente.

Malamente Para Explicar Los Adverbios

Llego a clase. Segundo de la ESO. La última hora de la mañana no me lo va a poner fácil, pero me presento con todas mis ganas. Sin previo aviso, preparo el proyector, pido silencio y les planto el videoclip de ‘Malamente’. Aún no ha empezado la canción y una estudiante dice en voz alta que es su cantante favorita.

¿Cuántas palabras puedes formar?

Se acaba la canción y sin demasiados aspavientos escribo el título en la pizarra. Entonces les pido que piensen la categoría gramatical de la palabra. Con mayor o menor fortuna, consigo que vean que se trata de un adverbio de modo, les pido que me digan más ejemplos del mismo tipo y no tardan en responder ‘frágilmente’, ‘cómodamente’, ‘sutilmente’ y ‘desesperadamente’. Los apunto en columna junto al título de la canción.

Llegados a este punto, les sugiero que intenten explicar el proceso de formación de las palabras de la lista. Hay un breve silencio incómodo que dura poco. Enseguida, aciertan a reconocer que para explicar los adverbios de modo, basta con tomar la forma femenina de un adjetivo y añadirle el sufijo –mente. En el centro de la pizarra, vuelvo a escribir el título de la canción pero esta vez con las dos partes gramaticales diferenciadas (“mala-mente”).

No puedo sentirme más orgulloso, pero no me doy por satisfecho. Señalo el adjetivo de la palabra de Rosalía y aprovecho para recordarles que los adjetivos pueden presentar dos terminaciones (‘malo’/’mala’) o una sola (y señalo el caso de ‘frágil’ de la lista). Agradecen el recordatorio porque a algunos se les había olvidado.

Vuelvo a pedirles que miren la columna de adverbios y les pregunto por qué unos llevan tilde y otros no. Hablan de reglas de acentuación y demás, hasta que alguien se da cuenta de la razón y la expresa en voz alta. Los adverbios de modo llevan tilde solo si el adjetivo lo tenía antes de la unión con –mente.

Y, tras una clase de trazos musicales y gramaticales aquí y allá, finalizo la explicación con un tra-trá.

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