“Las capacidades didácticas de los cómics son todavía un terreno inexplorado”

Conversamos con Pedro Cifuentes, referente del cómic didáctico y educativo, sobre el poder de la imagen, la necesidad de ilusionar al alumnado y las posibilidades educativas de este género literario.

Pedro Cifuentes

Pedro Cifuentes es profesor, dibujante y divulgador del uso del cómic con finalidad didáctica, una actividad por la que ha sido reconocido con importantes galardones como el Premio Nacional de Educación para el Desarrollo o el Premio al Profesor Destacado de la Generalitat Valenciana. Es autor de una amplia variedad de títulos en los que extrae todo el potencial del cómic para enseñar sobre temas tan variados como Historia, Literatura y Desarrollo Sostenible. Entre las últimas obras que ha publicado se encuentran ‘Un viaje por las letras’ y la serie de álbumes de ‘Historia del arte en cómic’.

Este año asiste a SIMO EDUCACIÓN para ofrecer la ponencia ‘Sentido de la maravilla, motor educativo del siglo XXI’, en la que explicará la necesidad de educar en el entretenimiento, en el asombro, en la capacidad de descubrir y su aplicación a la educación, entre otros temas.

Pregunta: ¿Qué es el ‘Sentido de la maravilla’ y por qué es el motor educativo del siglo XXI?

Respuesta: Es un concepto que proviene de la literatura de fantasía, de ciencia ficción, de los cómics, del cine. Es aquello que sucede cuando estás enganchado a una historia más grande que la vida, que te atrapa con su narrativa y hace que seas incapaz de dejar de leer esta o aquella novela, a pesar de que al día siguiente entres a las ocho y sean las tres de la mañana. No es un concepto nuevo, los griegos jugaban con el ‘Thauma’ y la catarsis que experimentaban los espectadores de las representaciones dramáticas cuando entendían que Sófocles o Esquilo hablaban en el fondo de situaciones que podían aplicarse a su propia vida. El ‘captatio benelevontae’ también anda por allí. Es la necesidad de educar en el entretenimiento, en el asombro, en la capacidad de descubrir.

P: También hablarás sobre el poder de la imagen ¿Cuál es su importancia en el terreno educativo?

R: La imagen es otro de nuestros caballos de batalla hoy en día: la cultura audiovisual, los estímulos que se reciben al cabo del día (banales, rápidos) en forma de memes, de publicidad, de vídeos… Hay que educar en los mecanismos que rigen todo esto, tratar de frenar el bombardeo en el aula y ayudar a gestionarlo. Es muy impresionante cuando todo esto baja su ritmo dentro de clase y, centrados en sus murales, en sus cómics, los estudiantes empiezan a crear, a hacerse entender mediante dibujos sencillos que expresan oralmente.

P: ¿Por qué usas los cómics en tus clases? ¿Qué beneficios aportan al proceso de enseñanza y aprendizaje? 

R: Las capacidades didácticas de la narrativa gráfica son todavía un terreno inexplorado, al menos en el caso de los cómics modernos. Es cierto que su uso como fuente unidireccional, como lectura, se encuentran ampliamente establecidos entre la comunidad docente, pero veo necesario dar un paso más. Para crear cómics no es necesario saber dibujar, porque… ¿Qué es dibujar bien? ¿Cómo podemos decidir si un chaval de 12 o 13 años dibuja bien? ¿Porque tiene un trazo realista? ¿Porque ilustra con un estilo muy definido? En el caso de los cómics, lo importante es conocer los mecanismos de la narrativa gráfica para explicar cosas, para amparar lo que yo llamo ‘paradoja de la oralidad’: si puede ser dibujado, puede ser explicado. Vamos a empeñarnos en ello.

P: Además de para iniciar y fomentar la lectura, ¿en qué otras aplicaciones que sean menos conocidas puede utilizarse?

R: Para eso habría que retraerse al pasado, a las ‘aucas’, las ‘alegrías’, las ‘aleluyas’… es decir: esos murales que conjugaban viñetas y versos que son rastreables por toda la zona de Levante peninsular. Eran utilizadas por los maestros itinerantes para explicar conceptos complejos y nadie les hacía caso. Eran un excelente vehículo de comunicación que cualquier día será reivindicado por algún iluminado que le pondrá una etiqueta en inglés y ganará dinero enseñando a realizarlas. Pero con los cómics enseñas muchas cosas más: diseño de personajes, ‘worldbuilding’, ‘storytelling’, ‘visual thinking’, ‘graphic recording’… ¿Ves? Escribes todo esto en inglés y ya te entran ganas de comprar libros al respecto.

P: ¿Cómo se puede aprender a contar historias con imágenes? ¿Qué recursos educativos y artísticos pueden utilizar los docentes?

R: Para dibujar cómics hay que leer cómics. Podría decirte que hicieras un vídeo en clase explicando cualquier tema y la única cortapisa que tendrías es elegir el formato: vertical u horizontal. Pero… ¿Qué pasa con los cómics? ¿Qué realizarías? ¿Un fanzine? ¿Un mural? ¿Una viñeta de humor gráfico? La narrativa gráfica es uno de los medios más condicionados por su formato final, ¡y eso abre un mundo de posibilidades en la docencia! Así, el mejor consejo que puedo dar es que corráis a vuestra librería más cercana y empecéis a ojear en las páginas de cualquier tebeo que os llame la atención. Seguro que descubriréis un universo entero esperando vuestra llegada.

P: ¿Qué aspectos son fundamentales para la enseñanza de hoy día?

R: La inclusión es una de las asignaturas pendientes en el siglo XXI. Educar para todo el amplio espectro de alumnado que tienes en el aula, independientemente de sus capacidades y situación personal. Educar en la creatividad como plus añadido. Educar en la solución de problemas, la gestión de recursos, para desenvolverse con soltura en el mundo que les va a caer encima. En este sentido, la narrativa gráfica tiene un componente unificador, ya que permite trabajar de forma personalizada, llevando el aprendizaje a un terreno interiorizado y diferente.

P: ¿Cómo se consigue ilusionar y, sobre todo, mantener ilusionado al alumnado? ¿Hay que empoderar al alumnado? 

R: Es lo más complicado de nuestro oficio, pues en la situación actual cuesta muchísimo transmitir ilusión. Tu vida puede ser horrenda, puede costarte lo indecible llegar a fin de mes, puedes tener problemas familiares o frustraciones con un compañero de claustro, puedes hundirte en la carga burocrática y los vaivenes legislativos, pero en el aula has de hacer de tripas corazón, respirar con fuerza antes de entrar, y dar lo mejor de ti mismo en cada sesión, por imposible que resulte en ocasiones: tu trabajo consiste en eso. 

Se trata de empoderar, de proporcionarles recursos para que alcancen su potencial. Cuando entro por primera vez en un 1º de Secundaria, tengo delante astronautas, arquitectas, fontaneros, pintoras, albañiles… y un montón de sueños. El pequeño fragmento de sus vidas que pasan con nosotros ha de ser significativo para ayudar a que estos sueños se cumplan, aunque evidentemente, no depende todo de nosotros. Yo me contento con que no me caiga una maceta desde una terraza al cabo de los años (precipitada por un alumno rencoroso) o que no se cambien de acera al verme pasar cuando sean adultos. Pero suele suceder que la mayoría de los que me voy encontrando sonríen con ilusión. Por algo será.

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