Este próximo miércoles día 7 de marzo, el actor, compositor y escritor Argentino Luis María Pescetti participará en el encuentro que se celebrará en la Biblioteca Eugenio Trías (en Casa de Fieras de El Retiro, Madrid) a las 18.00 horas para hablar de cómo conecta con los niños a través del humor, la literatura y la música.
La visita de Pescetti coincide con el lanzamiento en nuestro país de su Colección de Literatura Infantil Natacha (Loqueleo, el sello de Literatura Infantil y Juvenil de Santillana) de la que hablamos en esta entrevista y de cómo piensa captar la atención del público.
Actor, compositor y también escritor. ¿Cómo surge su interés por la literatura infantil y juvenil?
Supongo que la vocación es una mezcla de talentos, las cosas que no salen. Como siempre, entre lo que se tiene y lo que falta. En el caso de la literatura, los cómic me permitieron encontrar la potencia de sus historias, que me atraían. Ya cuando viajé a Buenos Aires, soy de un pequeño pueblo del interior, por distintas razones conecté con el ambiente de escritores juveniles e infantiles: es un mundo mucho más activo, más en contacto entre sí, más abierto a la comunidad, menos elitistas... al menos en mi experiencia.
Por otro lado, también he dado cursos de promoción de lectura que he mezclado con juegos y canciones, y como profesor de Primaria le contaba a mis alumnos lo que leía y compartía con ellos mi entusiasmo.
¿Qué tiene de especial su ‘Colección Natacha’ para aquellos que todavía no la conocen? ¿Qué destacaría de este personaje?
Recibo muchos mensajes de niños que apuntan: “Dice mi mamá que cómo hiciste para ver lo que pasa en casa”. Natacha es en una semana lo que cualquier niño en un mes, intensa; pero así es cada niño en la convivencia o la convivencia misma en familia. Luego ves a padres, tíos y abuelos refugiándose en el WhatsApp, zambullendo la cabeza en su pequeño tubo de oxígeno personal. Natacha nació porque me gustaban las invenciones a dos voces de Bach (yo he estudiado pian). Y me propuse hacer lo mismo: dos voces, un diálogo y ausencia del narrador. Todo debía entenderse. Luego tres voces como una fuga a tres voces. Siempre evitando al narrador.
Natacha es en una semana, lo que cualquier niño es en un mes, intensa; pero así es cada niño en la convivencia, o la convivencia misma en familia
Poco después conocí a Matthew Lipman y su trabajo de Filosofía para Niños. Me metí de lleno. Natacha es todo eso: filosofía y humor, lógica y disparate, pero sobre todo es un stand up comedian para un adulto, una crónica de la vida cotidiana sin pose, una amorosa cámara oculta cuando no hay visitas, ni posamos para una red. Es una niña, un grupo de amigos muy unidos y la crianza en el día a día. Junto con eso, un lenguaje que refleja a los niños reales en su relaciones con sus papás y amigos, las de verdad.
¿Qué temas trata la colección? ¿Y los valores que transmite a los estudiantes?
Lo más fuerte que pasa con Natacha y los niños es que se encuentran, reconocen una voz muy propia y experiencias comunes. Natacha es como ellos y como ellos quisieran ser. En nueve libros caben todos los temas que imagines. Amor, amistad, competencia, descubrimiento del mundo, las lecturas, convivencia en familia, en la escuela, justicias e injusticias, cuidar el planeta, criar a un niño más pequeño. Y más.
No me propongo escribir sobre valores de manera explícita, pero están por supuesto. La amistad, la búsqueda de la verdad, indagar sobre el mundo, ayudar a otros, el descubrimiento de nosotros mismos, la vitalidad..
Uno de los libros de colección es ‘Niños, guía del usuario’. ¿Necesitan los mayores un manual para entender a los niños de hoy?
Tanto como los niños para entender el mundo de hoy. Tendemos a creer que nuestra época es especial, y lo es, pero como cada una lo fue. Antes hubo Guerra Fría y jóvenes y padres que se iban al campo de batalla, la locura en su forma más extrema. Sin embargo tendemos a pensar que ésta sí es una época con desafíos. Los tiene, claro, pero no hasta aquél punto. Uno de estos desafíos es que cambió la idea de autoridad. Los niños no necesitan la referencia de mayores de la misma manera que antes, ni los mayores quieren ser eso a la manera antigua en la vida de otros. Hay más horizontalidad.
En concreto, más que en guías creo en conocer experiencias de pares, como cuando hacemos el curso de preparto y oímos lo que les pasa a los demás, o conversas con otros padres o compartes tu experiencia con otros que pasan por algo similar. Ya si luego alguien tiene la habilidad de resumirla en una guía, y que siga latiendo, viva, pues bienvenida. En España estaba Carles Capdevila. No hizo una guía de crianza, pero sí tenía la humana y gigantesca capacidad de transmitir su experiencia como padre y te aliviaba y te hacía reír. Eso era educar por lo alto.
Es usted un autor que ‘atraviesa’ todas las edades. ¿Con qué perfil se siente más cómodo como escritor?
En narrativa los niños, en poesía los adultos.
No es la primera vez que viene a España, pero en México y Argentina es un autor muy reconocido. ¿Qué piensa hacer para captar a los lectores españoles?
Cuando viajo, hablo con niños, visito escuelas y trato de hablar lo más que puedo con maestros. Pero el verdadero trabajo será oír y conocer, porque lo cierto es que en España me oyen mucho por Spotify o por YouTube. No como en Latinoamérica, pero de hecho es mi tercer país en escuchas, redes o visualizaciones. De modo que cuanto más los oiga y conozca, mejor seguiré comunicando.
Ha dejado constancia en varias ocasiones de que el humor para usted es muy importante, ¿cómo lo traslada a sus obras? ¿Emplea alguna técnica en concreto?
El principio del humor es el de la oportunidad, el mejor chiste es el peor 'palazo' si es en mal momento. No lo uso siempre porque puede licuar y evitar la comunicación o la expresividad real, pero sí es cierto que me nace, lo disfruto, es un reflejo de la vitalidad, el deseo de verlos contentos. Y si tuviera que elegir un recurso, entre tantos que uno usa consciente e inconscientemente, éste sería el de la observación para luego devolver, de manera afectuosa, lo que uno vio.
El principio del humor es el de la oportunidad, el mejor chiste es el peor palazo si es en mal momento
Cuando mi hijo mayor era pequeño era alegre, inquieto, pero clavaba la vista y se quedaba pensativo siempre que comía. Había que decirle dos veces algo para que enfocara con su mirada. La manera de mostrárselo fue un día y con cariño, imitarlo. Le dije: "Mirá, vos haces así… “ y le mostré cómo venía, divertido, se sentaba a comer.. Él me miraba y se mataba de la risa, se reconocía en todo, abrió sus ojos y la sonrisa iba de oreja a oreja. Creo que es una buena función del humor: para que uno se vea, para conectar, para verte contento.
Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?
- Infancia: amor, cuidado entrañable
- Imaginación: la salvación
- Libros: los esenciales. Buenas conversaciones
- Música: alegría y compartir, las musas
- Humor: que la familia está bien
- Pescetti, Luis Maria (Autor)