Es pedagogo, director del Buck Institute for Education (una organización sin ánimo de lucro que se dedica a difundir el Aprendizaje Basado en Proyectos, ABP o PBL por sus siglas en inglés) y uno de los principales expertos en este ámbito. El objetivo de Bob Lenz es que los alumnos se involucren con lo que aprenden en vez de dedicarse a escuchar y copiar en sus cuadernos lo que el profesor explica. También que trabajen las materias de forma transversal, porque vivimos en un mundo basado en proyectos, de ahí la importancia que Lenz da al trabajo en equipo y la colaboración.

Pregunta: Su primera experiencia con el ABP fue cuando cursaba 5º de Primaria. ¿Qué le ocurrió?

Respuesta: Nuestro profesor, el señor Cooper, nos diseñó una experiencia de aprendizaje en la que debíamos leer y analizar poemas —como así lo establecía el currículo— para después retarnos a escribir los nuestros basándonos en lo que habíamos aprendido. También nos explicó que tendríamos la oportunidad de crear y publicar nuestro propio poemario y que leeríamos muestras concretas en una lectura de poesía para nuestros padres, abuelos y otros amigos cercanos. Revisamos nuestro trabajo y practicamos con mucho esmero porque queríamos que nuestras familias vieran lo mejor que habíamos hecho. Todavía tengo mi libro —‘La primavera, el verano, el otoño y el invierno. Poemas de Bob Lenz’— y nunca olvidaré la primera vez que hablé en público.

Bob Lenz Abp

P: ¿Cuáles son las claves que debe tener en cuenta el docente a la hora de diseñar un proyecto de ABP?

R: Les damos las pautas a través de lo que denominamos ‘Elementos Esenciales de Diseño de Proyectos ABP Gold Standard’, que les indica qué características deben tener en cuenta, los objetivos de aprendizaje de los alumnos, qué deben comprender y qué habilidades deben desarrollar —pensamiento crítico, resolución de problemas, trabajo en equipo y autogestión, por ejemplo—. En este sentido, también es fundamental proponerles un problema significativo o una pregunta desafiante de un tema que sea del mundo real y que esté relacionado con sus intereses personales.

Otros aspectos clave es que los estudiantes se involucren en un proceso riguroso y continuo de formular preguntas, encontrar recursos y respuestas para, posteriormente, aplicar esa información. De igual modo, deben poder tomar decisiones, incluyendo cómo trabajan y qué crean, al mismo tiempo que dan, reciben y utilizan el feed-back para mejorar su producto final. Y, por último, deben hacer público su trabajo, mostrándolo a otras personas más allá del aula.

P: Entre las diferentes metodologías activas que hay, ¿qué aporta el ABP vs otras?

R: La aplicación tanto del conocimiento como de las habilidades que se necesitan en el mundo real, pero puede combinarse fácilmente con otras metodologías.

P: ¿Alguna evidencia empírica que muestre sus ‘bondades’?

R: Hay numerosos estudios que demuestran sus beneficios, como ‘ABP y logro estudiantil: ¿qué nos dice la investigación?’, ‘ABP: una revisión de la literatura’, ‘Poniendo a prueba el ABP’... Es posible descargarse los PDF en nuestra web, en la sección Investigación [www.bie.org].

Esto es un pequeño extracto de la entrevista publicada en el Nº 37 de la revista EDUCACIÓN 3.0 impresa, correspondiente a febrero-abril 2020. Para poder leerlo completo es preciso suscribirse: podéis hacerlo desde nuestra tienda online. Aprovecha el 20% de descuento hasta el 23 de febrero con el código FEBRERO20.

Sobre el autor
¿Quiénes Somos? 7

Ana Ayala

Periodista de vocación, formación y profesión