15 poemas cortos infantiles para promover la poesía en Primaria

Gloria Fuertes, Antonio Machado, Gabriela Mistral, Federico García Lorca… Estos son solo algunos de los autores que ayudarán a que los estudiantes descubran la poesía desde edades tempranas.

Poemas Cortos Para Niños

Si se trabaja desde edades tempranas, la poesía fomenta la sensibilidad artística, el gusto por la lectura y la expresión oral y ayuda a la hora de expresar los sentimientos más profundos. A continuación, proponemos una selección de poemas infantiles adecuados para trabajar en clase de figuras como Antonio Machado, Gloria Fuertes o Gabriela Mistral.

Poemas cortos infantiles

Poemas Cortos Infantiles

Mi árbol pequeño, Antonio García Teijeiro

Mi árbol tenía
sus ramas de oro.
Un viento envidioso
robó mi tesoro.
Hoy no tiene ramas
Hoy no tiene sueños
mi árbol callado
mi árbol pequeño.

Nana de la tortuga, Rafael Alberti

Verde, lenta, la tortuga.
¡Ya se comió el perejil,
la hojita de la lechuga!
¡Al agua, que el baño está rebosando!
¡Al agua, pato!
Y sí que nos gusta a mí
y al niño ver la tortuga,
tontita, sola y nadando.

La risa, Gloria Fuertes

La risa
¡Bienvenida sea la risa
que deja alegría por donde pisa!
¡Que venga la risa
y su prima la sonrisa!
Reír es como si como
(alimenta más que el lomo).
Hay que reír cada hora
(lo receta servidora).
¡Ay qué risa, tía Felisa,
se vuela la camisa!
(La risa es muy buena para el pecho.)
Quien va sonriendo, va mejor que en coche;
quien ríe de día, duerme bien de noche.

A los verdes prados, Lope de Vega

A los verdes prados 
baja la niña;
ríense las fuentes,
las aves silban.
A los verdes prados
la niña baja;
las fuentes se ríen,
las aves cantan.

La noche tiene sueños, Graciela Pérez 

La noche tiene sueños
hechos con luna
y una ilusión larguidulce
que te acuna.
La noche tiene juegos
para acunarte
mientras mamá te mira
acurrucarte.
La noche está repleta
de maravillas
que siembran los silencios
en zapatillas.
Junto a tu asombro
recién nacido
la noche se hace niño
en nuestro nido.
Y brillan las luces
del mundo entero
cuando mamá repite,
hijo, ¡te quiero!

Así es, de María Elena Walsh

El cielo es de cielo,
la nube es de tiza.
La cara del sapo
me da mucha risa.
La luna es de queso
y el sol es de sol.
La cara del sapo
me da mucha tos.

La primavera ha venido, Antonio Machado

La primavera ha venido 
nadie sabe cómo ha sido.
Ha despertado la rama
y el almendro ha florecido
y en el campo se escuchaba
el gri gri del grillo.
La primavera ha venido
nadie sabe cómo ha sido.

En mi cara redondita, Gloria Fuertes

En mi cara redondita
tengo ojos y nariz,
y también una boquita
para hablar y para reír.
Con mis ojos veo todo,
con la nariz hago achís,
con mi boca como como
palomitas de maíz.

El humo, Elsa Bornemann

El humo de las chimeneas
se va de viaje
y por eso se pone
su mejor traje.
Para no perderse
deja sus huellas
por toda la escalera
de las estrellas.

Dame la mano, Gabriela Mistral

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...
El mismo verso cantaremos,
al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.
Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más…

Mariposa del aire, Federico García Lorca

Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire,
dorada y verde.
Luz del candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?

¡Buen viaje!, Amado Nervo

Con la mitad de un periódico
hice un buque de papel,
y en la fuente de mi casa
va navegando muy bien.
Mi hermana con su abanico
sopla que sopla sobre él.
¡Muy buen viaje, muy buen viaje
buquecito de papel!

Las cinco vocales, Carlos Reviejo

Con saltos y brincos,
del brazo las cinco,
muy poco formales
vienen las vocales
¿Las conoces tú?:
a, e, i, o, u.
A, grita que grita,
se enfada y se irrita
y se va al teatro.
Sólo quedan cuatro.
E, llama que llama,
se marcha a la cama.
Con dolor de pies.
Sólo quedan tres.
I, chilla que chilla,
se sube a una silla
porque ve un ratón
Sólo quedan dos.
O, rueda que rueda,
sálvese quien pueda.
Rodando se esfuma.
Sólo queda una.
U, muy asustada,
se ve abandonada
y se va a la luna.
No queda ninguna.
¿Las recuerdas tú?:
a, e, i, o, u.

Llega el invierno, Marisol Perales

El señor invierno
se viste de blanco,
se pone el abrigo
porque está temblando.
Se va a la montaña,
se mete en el río,
y el parque y la calle
se llenan de frío.
Se encuentra a la lluvia
llorando, llorando,
y también al viento
que viene soplando.
¡Ven amigo sol!
Grita en el camino,
pero el sol no viene
porque se ha dormido.

Abuelita, Tomás Allende Iragorri

Quién subiera tan alto
como la luna
para ver las estrellas
una por una,
y elegir entre todas
la más bonita
para alumbrar el cuarto
de la abuelita.

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