La revolución inclusiva. Por José Blas García

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Revolución Inclusiva

"Es tiempo de consolidar culturas, políticas, modelos organizativos y prácticos que no excluyan. Y que lo hagan desde el desarrollo de una educación inclusiva y de calidad" afirma José Blas García, Docente en Aulas Universitarias y Profesor en la Universidad de Murcia en el número 26 de la revista EDUCACIÓN 3.0.

La revolución inclusiva

Que las sociedades de todos los continentes se están transformando de modo vertiginoso es una frase muy manida. En este camino incierto ha aparecido una aliada y protectora: una renovada visión humanista. La aspiración a una vida digna para todos nos guía en una crisis que es más que económica: una quiebra social y humanitaria de la sociedad de la comunicación, pero donde permanece una vergonzante intolerancia con la diferencia y la diversidad humana.

Una mirada comprometida en educación nos exige, a todo el sistema educativo, desarrollar acciones que trasciendan el conformismo complaciente de una escolaridad universal que es, a todas luces, insuficiente. Una activación que nos hará navegar raudos, como piratas si fuera necesario, hacia el tesoro que desde hace años nos prometimos en forma de escuelas con diseños educativos de mayor equidad, y favorecedores de aprendizajes de más calidad, pertinencia y sentido para todos, de los que hemos sido capaces de forjar: el viejo y eterno paradigma aspirante de la educación inclusiva, representado por la reclamación de crear escuelas que sean para todos y de la consideración de la educación como un bien común, compartido y esencial para la dignidad de las personas.

José Blas García

INCLUIR NO ES EXCLUIR. No podemos hablar de una acción y hacer la contraria. Estamos en el momento de poder alcanzar un amplio acuerdo social. Un pacto que hable meridianamente claro de una educación, no sólo que se apellide inclusiva sino, y lo que es más importante, esté diseñada para incluir. No basta con rechazar prácticas segregadoras, es el momento de no permitirlas. Es tiempo de consolidar culturas, políticas, modelos organizativos y prácticos que no excluyan. Y que lo hagan desde el desarrollo de una educación inclusiva y de calidad, que posibilite participar y progresar a todas y cada una las personas de esta sociedad diversa. Incluir es el primer paso hacia la personalización de la educación.

Para esta #RevoluciónInclusiva sólo puedo confiar en los docentes, y los educadores en general, que son los elementos esenciales para el cambio de perspectiva

Revolución Inclusiva José Blas García

A veces, cuando hablamos de inclusión, pareciera que soñamos con utopías. No falta razón. Estamos ante un complejo reto. Quizá se trata de un desafío para valientes. Un compromiso con la humanidad que nos lleve a los profesionales de la educación a asumir el riesgo del error como una posibilidad, como un conflicto para la mejora. Desde el convencimiento de que es necesario transformar las prácticas excluyentes en todos sus elementos, es preciso, incluso, batallar contra nuestra propia manera de pensar la escuela y transformar nuestro cerebro docente esculpido a lo largo de decenas de decenios en culturas donde sólo ha tenido cabida lo estándar.

No podemos hablar de una acción y hacer la contraria. Estamos en el momento de poder alcanzar un amplio acuerdo social.


Este artículo de opinión pertenece al número 26 de la revista EDUCACIÓN 3.0 impresa. Si quieres recibirla en tu centro o domicilio, puedes suscribirte por teléfono: 91 547 00 95 o a través de la página web. ¡Gracias!
Para esta #RevoluciónInclusiva sólo puedo confiar en los docentes, y los educadores en general, que son los elementos esenciales para el cambio de perspectiva. Una innovación que partiendo de las prácticas, promovamos modelos organizativos y políticos diferentes para llegar a la transformación cultural de un sistema que, parece que desea innovar e incluir, pero en realidad no mueve ficha en este complejo entramado que es la educación.
Así, me permito pediros, compañeros docentes, que invitéis a este movimiento a muchos otros, a que tomemos el concepto de ‘innovación’ desde el ‘desarrollo inclusivo’ de la educación. ¿Podemos imaginar la fuerza imparable de una oleada de maestros, profesores y educadores que cada mañana en su agenda de innovación estuviera la nota de ‘diseñar una escuela inclusiva’? Yo, sí.

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