El perfil de salida, la flexibilización del tratamiento de los contenidos, el avance en la educación por competencias o la personalización del aprendizaje son solo algunos de los elementos que ha introducido la LOMLOE con el objetivo de conseguir un aprendizaje significativo del alumnado. Asimilarlos supone nuevos retos, pero también posibilidades de mejora que deben realizarse implicando a docentes, estudiantes y familias. Para arrojar luz sobre estos aspectos, un conjunto de profesionales del sector representantes de más de 600 centros, principales patronales educativas, empresas EdTech y del Ministerio de Educación compartieron sus experiencias y propuestas en la tercera edición del evento ‘Motores del cambio’ organizado por Educaria. Este año, el lema fue ‘Viaje a las profundidades de la LOMLOE’ y el encuentro, que ya está disponible para su visionado en YouTube,  tuvo lugar el pasado 23 de febrero en el Espacio V22 de Madrid. 

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El acto comenzó con la ponencia marco de Carlos Magro, presidente de la Asociación Educación Abierta y consultor de innovación educativa, quien apuntó varias de las luces y las sombras de la LOMLOE, una ley que definió como “continuista, porque se alinea con las tres últimas en su orientación hacia las competencias” y “muy centrada en lo pedagógico”. En este sentido, comentó que “la ley ha priorizado la estructura curricular, sin embargo, ha dejado de lado otros aspectos importantes, como la concreción del currículum o la implicación de los agentes”.

Desde su punto de vista, en el diseño de la ley ha faltado diálogo previo, consenso y tiempo para la implantación: “Todo esto genera gran parte de las tensiones que todos estamos viviendo. Hemos querido hacerlo demasiado rápido”, expuso. No obstante, en los retos que genera, también hay espacio para nuevas posibilidades. “No podemos cambiar la educación desde la ley, pero necesitamos la ley para cambiar la educación. La LOMLOE está estructurada en su concepción inicial mucho mejor que las anteriores. Tiene elementos como las competencias específicas que nos permiten enhebrar dos aspectos: las competencias clave y la distribución de las materias por asignaturas”, indicó. 

Para terminar su presentación, el consultor destacó las importantes implicaciones organizacionales de la LOMLOE: aspectos que tienen que ver con los espacios, los tiempos, la coordinación y la transformación de la cultura escolar y docente… Todos ellos sirvieron de arranque para el debate que siguió a su conferencia, moderado por el propio Magro, en el que participaron Gustavo Pita, director del Colegio Gredos San Diego Las Rozas; José Antonio Ortega, responsable del Área Pedagógica e Innovación de la Fundación Vedruna Educación; y Jaime García Crespo, consejero Delegado del Grupo Base Educación. 

Punto de partida

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Teniendo en cuenta que cada institución educativa tiene un recorrido distinto y que solo han transcurrido unos pocos meses desde la puesta en marcha de la LOMLOE, el debate comenzó por contextualizar el momento por el que pasa cada uno de los centros presentes. Así, Pita (Gredos San Diego) transmitió la importancia que otorga su institución al proyecto educativo: “El proyecto educativo es la clave y tiene que ser fuerte. Los centros tenemos que tener muy claro qué perseguimos”. En su caso, explicó, el docente es la pieza principal de todo el trabajo: “El docente es la figura central y queremos defenderlo así. Hay cierto hartazgo por parte de los profesores y hay que devolverles el estímulo que necesitan”.

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Desde Fundación Vedruna Educación, por su parte, se apuntó que la ley ha aportado un horizonte de posibilidades. Ortega recordó que muchas de las aportaciones de la LOMLOE sobre aprendizaje competencial llevan tiempo desarrollándose en muchos centros. “La mayor parte de las instituciones que estamos aquí ya llevamos tiempo transformando la escuela”, subrayó.

En esta idea también incidió García (Grupo Base Educación): “Desgraciadamente, la sucesión de acontecimientos previos en lo legislativo nos ha hecho plantearnos cómo buscar alternativas que nos pudieran dar cobijo, que pudieran contextualizar todo lo que para nosotros es importante en el desarrollo del proyecto educativo en nuestros centros. Por eso, la ley soporta lo que llevamos haciendo mucho tiempo”. En su opinión, la LOMLOE recoge aspectos que se están trabajando desde hace años, pero también tiene carencias como, por ejemplo, cómo dotar al profesorado de la formación adecuada para aterrizar de forma correcta la ley en las aulas. 

La LOMLOE en el aula 

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A continuación, el debate giró en torno a los aciertos y las posibilidades, pero también los instrumentos desde el punto de vista pedagógico que aporta la ley para conseguirlos. En este punto, Pita (Gredos San Diego), volvió a poner en el centro a la figura de los docentes y criticó la ausencia de formación por parte de la ley en algunos ámbitos. Aunque la LOMLOE define el marco competencial correctamente, “es necesaria un poco de formación, sobre todo, en el tema de las competencias -apuntó- ¿cómo se implementan en una clase?”. El director también hizo referencia al Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA): “Se enuncia en la ley, pero tampoco se explica mucho. Cuando uno investiga y pregunta si los profesores saben lo que es el DUA, no es un modelo especialmente conocido”.

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Por su parte, Ortega (Fundación Vedruna Educación), consideró el DUA como una de las grandes oportunidades para mejorar la inclusión y el modelo educativo de instituciones como la suya, ya que les obliga a reflexionar sobre todo el trabajo docente que se está realizando: “Nos hace pensar si realmente queremos pasar de la escuela de las respuestas a las escuela de las preguntas, algo que sería muy interesante”. Por otra parte, hizo hincapié en el perfil de salida, y es que la ley ofrece bastante margen de maniobra a la hora de definirlo: “Tenemos que pensar qué tipo de persona es el que queremos nosotros para este país. Hay que aprovechar que la ley es fundamentalmente curricular, ya que esto nos da la oportunidad de ensamblar los saberes clásicos con otros emergentes, como la ciudadanía global, el currículum ecosocial, etc”, matizó. 

Demandas y cambios en la organización

Aunque es cierto que la ley brinda múltiples posibilidades desde el punto de vista pedagógico, también tiene muchas demandas desde el punto de vista organizacional. En este sentido, los ponentes aportaron algunas ideas de lo que ya están haciendo para alinearse con estos aspectos.  

En los centros Gredos San Diego, como contó Pita, en el diseño de las clases han introducido estructuras disruptivas. Así, este curso han incluido un ‘aula del futuro’ con espacios más amplios y diversos: “Los alumnos pueden estar en una parte con otros compañeros, en otra con el docente y el diseño es mucho más cálido”.

Para García (Grupo Base Educación), por otro lado, los cambios organizacionales se están abordando desde diferentes ámbitos. Con la tecnología, en primer lugar, para trabajar la diversidad de aprendizaje: “Tenemos que ver como ser capaces de dar soluciones a esas diferentes formas de aprendizaje porque todos y cada uno de nuestros alumnos son diferentes”. Y con los espacios y figuras, en segundo lugar: “En nuestro caso, tenemos grupos de estudiantes que se mezclan para atender a sus distintas necesidades”, además, con esta ley ha aparecido el coordinador de bienestar “que deberíamos tener para dar respuesta a las necesidades críticas de algunos alumnos. La política de bienestar es casi el principio: lo primero es el bienestar del alumno y, luego, todo lo demás”.

Liderazgo educativo

Por último, los participantes en el debate se cuestionaron las medidas para aminorar los miedos e incertidumbres que pueden tener los docentes a la hora de lanzarse a aplicar los cambios que propone la LOMLOE. Para que esto suceda “los profesores necesitan tener más seguridad”, incidió Ortega (Fundación Vedruna Educación). En su institución y, desde el año pasado, se propuso designar a un “líder pedagógico, un profesor al que le pedimos que cree un equipo de transformación en el cole”. Gracias a ellos, cada centro trabaja en la línea pedagógica que quiere desarrollar y, después, “les pedimos que hablen en voz alta: que pongan al servicio de los demás todo ese trabajo y todas esas evidencias para formar una auténtica comunidad de aprendizaje”, explicó. 

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En este sentido y con el objetivo de conseguir que el equipo docente sienta como propias las propuestas metodológicas que se desarrollan, García (Grupo Base Educación) puso en valor uno de los proyectos que están abordando desde el grupo. “Estamos creando un cuaderno en blanco sobre cómo entendemos nosotros el proyecto educativo y cómo desarrollar el modelo de evaluación del aprendizaje para acompasar con nuestra propuesta metodológica, donde van a participar todos los equipos docentes de todos los colegios del grupo”, concluyó.

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