Las lámparas de lava son ese tipo de objetos que se puede observar durante horas. Sus burbujas flotantes se combinan con una luz cálida ideal para iluminar las habitaciones infantiles, sobre todo la de aquellos menores que tienen miedo a la oscuridad. En este artículo te explicamos paso a paso cómo crear tu propia lámpara de lava casera. 

¿Qué se necesita?

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En el caso de las lámparas de lava, la mayoría de los objetos que la conforman pueden encontrarse fácilmente en casa. Para ello se necesita: 

  • Un tarro de cristal o una botella de plástico vacías. Es más aconsejable utilizar una de cristal, ya que el resultado es más estético y no presenta problemas a la hora de la iluminación. 
  • Aceite vegetal. ¿Has oído alguna vez la expresión de ‘como agua y aceite’? Con este objeto se entiende perfectamente las razones por las que estos dos elementos nunca se juntan: la reacción entre el agua y el aceite provoca que ambos líquidos se separen y que las burbujas de este último floten hacia arriba al contar con una densidad más baja que el agua. En este caso, se puede utilizar aceite de oliva o de girasol. 
  • Pastilla efervescente. Con la supervisión de un adulto, se escoge un comprimido efervescente (como los utilizados para limpiar las prótesis dentales, por ejemplo), que será el encargado de generar ese efecto flotante en las burbujas.
  • Colorante. Se puede comprar o también utilizar un subrayador fluorescente al que hay que extraer la tinta para darle un toque más luminoso a la lámpara. 
  • Agua.
  • Una vela y un portavelas. Para conseguir la iluminación del objeto es necesario contar con ambos elementos. De lo contrario, y aunque se pueden contemplar las burbujas flotando dentro de la lámpara, ésta no desprenderá ningún tipo de luz. 

¡Manos a la obra!

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Con el tarro de cristal o la botella bien limpias, hay que llenarlo de agua por la mitad, para después añadir el aceite hasta rellenar casi al completo el tarro o la botella que será la base de la lámpara. En tan solo unos segundos se observará esa interacción entre el agua y el aceite que, además, y como se ha indicado previamente, sirve para acercar a los menores al mundo de las reacciones químicas

Una vez listo, es el momento de aplicar unas pequeñas gotas de colorante, que teñirán las burbujas del color deseado. Puede utilizarse más de un color si se desea pero hay que tener en cuenta que acabarán mezclándose entre ellos. Cuando el agua haya cambiado de color, hay que introducir la pastilla efervescente. Al igual que en el caso del aceite, en tan solo unos segundos comenzará a interaccionar químicamente con el agua, formando un montón de pequeñas burbujas que ascenderán hacia la parte superior en la que se encuentra el aceite. Como las burbujas no podrán atravesar este líquido vegetal, volverán a bajar produciéndose un flujo continuo de pequeñas bolas de colores que ascenderán y descenderán por el tarro de cristal.

Por último, y para conseguir la iluminación en el caso de utilizar un tarro de cristal, solo hay que colocar un portavelas que tenga el mismo diámetro que la parte inferior  del tarro y encender la vela. De este modo, el halo de luz iluminará desde la parte inferior de la lámpara de lava casera desprendiendo una luminosidad cálida. Si por el contrario se utiliza una botella de plástico, no es recomendable realizar este paso, ya que puede acabar quemándose. 

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Lucía García López

Periodista, redactora y feminista. Me gusta el cine, la música, el arte y la política. Aprendiendo día a día. Convencida de que la cultura es la mejor arma de transformación