Las bolas de nieve navideñas son objetos esféricos transparentes hechos de cristal (generalmente) que incluyen una escena miniaturizada en su interior. El agua también es necesaria ya que es el medio por el que la ‘nieve’ cae. Son un juguete decorativo muy típico en esta época del año y pueden realizarse en casa de manera sencilla. Con unos pocos elementos, mucha creatividad y siguiendo los pasos que te explicamos a continuación, es posible dar forma a una bola de nieve casera. 

Bolas De Nieve Casera

Qué materiales se necesitan 

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Antes de ponerse ‘manos a la obra’ con esta manualidad, hay que recopilar una serie de materiales. Algunos de ellos pueden encontrarse fácilmente en casa, dándoles una segunda vida. Los objetos necesarios son:

  • Un tarro de cristal con tapa. Será la base principal de las bolas de nieve y a la hora de escoger este material, los menores pueden decantarse por la forma o tamaño que deseen. 
  • Una figura. Servirá como objeto para introducir en el interior de la bola. Puede representar una escena navideña aunque también puede ser un objeto característico de estos días, como un arbolito de Navidad o un personaje como Papá Noel. 
  • Pegamento. Para fijar la escena en el interior del tarro de cristal. Puede utilizarse cola o pegamento extra fuerte.  
  • Agua. Su objetivo es rellenar las bolas de nieve para que flote.
  • Purpurina de colores. Dará forma a la nieve para que, cuando la bola se agite o gire, vaya desplazándose por el interior del tarro de cristal. 
  • Glicerina. Este líquido viscoso permitirá, junto al agua, que la purpurina se mueva lentamente por la bola, provocando un efecto similar al que se produce cuando nieva. 

Cómo se realiza 

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El primer paso es limpiar bien el tarro escogido, sobre todo si se trata de un tarro de conserva, eliminando restos y despegando la etiqueta que suele venir pegada al cristal. Después, hay que pegar en la parte central de la tapa la figura escogida hasta que quede bien fijada. 

Una vez seca, hay que rellenar el tarro con la purpurina de colores. Pueden utilizarse diferentes tonos e, incluso, purpurina que brille en la oscuridad para obtener un efecto fluorescente al observar la bola con la luz apagada. Tras este paso, se va rellenando el tarro con agua y glicerina hasta prácticamente el borde de la tapa, dejando un espacio para evitar que esta se salga cuando se cierre el bote. Este paso hay que hacerlo con cuidado y, si es necesario, con la ayuda de un adulto.

Como paso final, se coloca la tapa de tal manera que el objeto quede en el interior de la bola, rodeado por el agua y la glicerina y se enrosca con fuerza con el fin de que no se vierta el agua de su interior. Para asegurarla más, es posible poner silicona o pegamento alrededor de la misma. Una vez terminada, es el momento de girar la bola y observar cómo cae esa ‘nieve de colores’ sobre la estampa navideña escogida. 

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Lucía García López

Periodista, redactora y feminista. Me gusta el cine, la música, el arte y la política. Aprendiendo día a día. Convencida de que la cultura es la mejor arma de transformación