Reshma Saujani es la fundadora Girls Who Code, una organización que ayuda a las mujeres a adentrarse en el mundo de la programación tratando de reducir la brecha de género que sigue latente en este ámbito. Pero además, Saujani es activista y fue la primera mujer india-americana que se postuló para el Congreso de los Estados Unidos. 

En la colección publicada por Edebé (‘En código amigas’, 'Equipo de amigas. Carrera hacia la meta' y 'Música, luces y a programar') las protagonistas son cuatro niñas que empiezan a programar. Uno de sus objetivos es que las estudiantes se vean reflejadas en niñas como ellas, a las que les interesan los mismos hobbies pero que ven en la programación un proyecto de futuro con el que resolver problemas de la vida real. 

Pregunta: En esta colección, un grupo de amigas están apuntadas a un club de programación en el colegio. ¿Cuáles son los valores y conceptos relacionados con esta materia que aparecen en estas historias?

Respuesta: Estos relatos se centran en enseñar a las niñas lo mucho que pueden hacer aprendiendo código. Cuando les enseñas a codificar, les enseñas a resolver problemas y también valentía. Y van a ser capaces de adquirir esas habilidades y usarlas en todas las áreas de su vida. 

P: ¿Qué pueden aprender las estudiantes leyendo estos relatos?

R: Sobre codificación, pero también sobre hermandad entre mujeres y sobre representación. En ‘Girls Who Code’, siempre decimos que no puedes hacer lo que no puedes ver. Así que es muy importante que las chicas tengan libros en los que vean a otras chicas utilizando código para resolver problemas. Y las chicas de estas historias trabajan juntas, eso es hermandad. Nuestros programas están construyendo una hermandad internacional de mujeres y niñas que se levantan y se apoyan mutuamente. Eso es lo que las mantiene en la disciplina y estos relatos muestran eso. 

Reshma Saujani
Girls Who Code Founder and CEO Reshma Saujani is photographed with participants at the IAC building in New York, NY on July 25, 2018. Photo: Carey Wagner

P: Las cuatro amigas deciden aprender programación porque les ofrece respuestas a sus propios problemas en la vida real. ¿Se podría considerar Aprendizaje Servicio? 

R: Absolutamente. Las chicas aprenden a codificar y van a cambiar el mundo. Lo vemos todos los días. Estas chicas están aprendiendo a resolver problemas y usan sus habilidades de codificación para averiguar cómo resolver lo que les afecta a ellas y al mundo que les rodea. 

P: ¿Cómo se puede utilizar esta obra en el aula para fomentar el acercamiento de las materias STEAM a las estudiantes?

R: Los personajes, que se parecen a ellas y que están interesados en el ámbito STEAM, pueden enseñar a las chicas que esta industria es para ellas. Necesitamos más representación de jóvenes interesadas en la tecnología, en los libros o en las películas y este es un gran primer paso.

"Nuestros programas están construyendo una hermandad internacional de mujeres y niñas que se levantan y se apoyan mutuamente"

P: ¿Qué se debe cambiar en las escuelas para que las alumnas tengan interés por aprender a programar? ¿Y entre el profesorado?

R: Hay que cambiar la cultura en torno a la programación. Tenemos que combatir los estereotipos sobre quién puede ser programador. Y eso tiene que suceder en nuestras escuelas, en los libros, en los medios de comunicación... También hay que formar al profesorado para evitar los prejuicios en torno a la informática de forma que animen a todos los estudiantes a conocerla y no sólo a los chicos que se encuentran en el aula. 

P: ¿La programación debería convertirse en una materia curricular?

R: Tiene que estar en el plan de estudios para todos los estudiantes. Es tan esencial como las Matemáticas y la Historia. Ayuda a preparar a los estudiantes para nuestro mundo tecnológico y les enseña a resolver problemas. 

En Girls Who Code abogamos para que los centros escolares incluyan la informática en sus escuelas y para que se registren los datos de los estudiantes que están realizando estos cursos. Sin embargo, las asignaturas extraescolares de programación también pueden ser útiles para las chicas si las clases de informática en horario lectivo solo están llenas de chicos. Por eso ofrecemos ‘Clubes de Chicas que codifican’, para que las estudiantes se animen a  aprender a programar y puedan construir una hermandad. 

P:  ¿El futuro de la programación será de las mujeres?

R: En Girls Who Code buscamos acabar con la brecha de género y asegurarnos de que todo el mundo tenga acceso a esta industria. Es importante que la tecnología sea construida por un equipo diverso y que piense en cómo impactará en las comunidades de todo el mundo. Así que necesitamos más mujeres para así lograr una representación igualitaria cuando miramos a los trabajadores o a los líderes tecnológicos. 

P: ¿Qué te llevó al mundo de la programación?

Empecé con Girls Who Code sin saber cómo codificar. Me postulé para un cargo público hace casi una década y visité muchas escuelas durante la campaña. En cada escuela, noté algo. Frente a cada fila de ordenadores, había una fila de chicos, pero no había ninguna chica. 

Sabemos que la tecnología tiene algunos de los trabajos mejor pagados y de más rápido crecimiento y yo sabía, incluso entonces, que si las chicas no aprendían programación en el colegio, tenían pocas o ninguna posibilidad de entrar en la industria. Así que empecé con Girls Who Code. Compré la URL, le pedí prestado una oficina a un amigo y recluté 20 estudiantes para el primer programa de verano que hicimos.

P: ¿Qué te sugieren estas tres palabras? STEAM, alumnas y robótica

R: Todas estas palabras me recuerdan el futuro. Estamos entrenando a nuestros estudiantes para construir la tecnología del mañana. Y estos estudiantes, especialmente las chicas, me impresionan cada día. Son hábiles en codificación, pintura, actuación o construcción. Y todo eso va a tener un impacto en la tecnología que vamos a usar dentro de 10 años.  

Sobre el autor
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Laura Román

Periodista cultural con gran interés en la educación y la innovación tecnológica en las aulas. El futuro pasa por la tecnología y ya está aquí. ¿Te lo cuento?