Aunque al principio se aceptó con bastante recelo, Canarias se convirtió en 2014 en la primera Comunidad Autónoma en impartir educación emocional en las aulas de manera obligatoria. Ese año se creó la asignatura ‘EMOCREA’ fundamentada en la creatividad, la regulación y la conciencia emocional, la cual pretende educar el corazón emocional. Uno de sus impulsores fue Antonio Rodríguez, docente en la Universidad de La Laguna (Tenerife) y autor del libro ‘Educaemoción’ en el que aporta 100 propuestas para que cualquier docente lleve a cabo. Hemos hablado con él sobre los objetivos de la asignatura, los resultados que esperan obtener y sobre por qué es importante trabajar las emociones desde la infancia.
Pregunta: Fue el promotor en introducir la educación emocional en Canarias hace ya cinco cursos, ¿cuál fue la clave que le llevó a tomar esta decisión?
Respuesta: Haciendo honor a la verdad no puedo asumir la paternidad del área ‘Educación Emocional y para la Creatividad’ (EMOCREA), que es como se denomina la asignatura que hace cinco cursos académicos se implantó de forma pionera en el sistema educativo canario.
Mi aportación en un primer momento fue ofrecer un marco de argumentación para que la administración educativa tomase la decisión política de iniciar el procedimiento formal de aprobación de esta oferta curricular. Posteriormente aporté un modelo teórico desde el que realizar la traducción en criterios de evaluación y contenidos; así como ayudar en la toma de decisiones de todo el proceso de elaboración del currículum.
La condición de ‘padres’ hay que otorgársela a Agustín Gorrín y Antonio Gómez, maestros y técnicos en aquel momento de la Consejería de Educación, quienes junto con las ‘madres’ de EMOCREA, las cuatro maestras encargadas de diseñar el currículum del área, ‘parieron’ esta innovación curricular de gran alcance, única en el estado español y en la Unión Europea (si exceptuamos Gran Bretaña y Malta).
P: ¿Han notado beneficios en el alumnado desde entonces? ¿Cuáles son los más significativos?
R: En estos momentos, y después de cinco cursos académicos de vida del área EMOCREA, hemos iniciado el proceso de evaluación extensiva de su implantación. Por tanto, resultados representativos de la realidad del sistema educativo canario, aun no tenemos. Sí que hemos realizado varios estudios sistemáticos con la muestra de centros que hemos acompañado durante este tiempo, utilizando como evaluación las perspectivas del alumnado, el profesorado y las familias. Resumiendo mucho diríamos que la conclusión principal es que en relación a la mejoras producidas, lo relevante es que tanto en lo relativo a la adquisición por parte del alumnado de las competencias establecidas en el currículum, a las competencias emocionales que posee el profesorado, como, sobre todo, a la valoración que estos hacen de la implantación del área; se constata la bondadosa influencia que ha tenido esta propuesta curricular.
Resulta especialmente interesante haberle pedido su opinión al alumnado que ya no disfruta de las sesiones de EMOCREA, dado que se encuentra cursando 5º de Primaria (porque el área solo se imparte de 1º a 4º), por lo que de contraste tiene su experiencia. Todos nos transmiten la tristeza de haber tenido que dejar de cursar la asignatura.
P: ¿En qué consiste EMOCREA, la asignatura para trabajar emociones y creatividad en clase en los colegios canarios?
R: Nuestra propuesta consiste en ‘encastrar’ dentro del tiempo y el espacio escolar, en su núcleo central, el corazón emocional y creativo de los protagonistas del hecho educativo: docente y estudiante. Hacerlo presente desde el trabajo intencional, sistemático y consciente de las competencias que nos hacen más humanos.
Partimos de una visión educativa-competencial de la emocionalidad, o lo que es lo mismo, nos basamos en la idea de que la gestión eficaz de nuestras emociones se puede y se debe aprender.
P: ¿Por qué cree que es necesaria una educación emocional personalizada dentro del aula?
R: Mires por donde lo mires hay muchas razones para hacer ver la necesidad de educar nuestro corazón emocional. De hecho la aventura de EMOCREA arrancó con un argumentario que sirvió para ayudar a convencer a los responsables políticos de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. En él se recogían avales procedentes de las más diversas disciplinas académicas: la sociología, la neurociencia, la psicopedagogía, hasta la economía; señalan que para sobrevivir en este mundo diferente que se abre tras la ventana del cambio de siglo, nos hace falta otra manera de sentir.
Pero, si tuviésemos que resumirlo en el fundamento esencial te diría lo siguiente. Piensa. ¿De qué está hecha el alma humana? Reflexionemos sobre aquellos acontecimientos vitales que han marcado significativamente nuestras vidas. Rescatemos de nuestra memoria los sucesos, experiencias, hitos que han influido decisivamente para que seamos quienes somos, que se han escrito con negrita en nuestra biografía, y que van a afectarnos en nuestro proyecto vital. ¿Qué es, en esencia, lo que los hace tan relevantes? ¿Qué materia prima constituye a estos hechos para que posean este poder de impacto existencial? Pensemos…
Seguramente la respuesta ha surgido casi automáticamente: emociones.
La principal razón para plantearnos la necesidad de ‘educar el corazón’ hace referencia a que si realmente queremos alcanzar el bien preciado de la felicidad, debemos alinearnos con nuestra propia humanidad, y dejar de ir en contra de nuestra esencia de persona. Si somos vivencialmente emociones conscientes compartidas, pongámoslo en la primera página de nuestra agenda educativa de modo que enseñemos a nuestro alumnado a aprender a ser feliz.
P: ¿Qué incluye el programa de educación emocional obligatorio en Canarias?
R: Se trata de un conjunto de contenidos que deberían atravesar la totalidad del currículum. Pero frecuentemente ese deber es desplazado por las urgencias curriculares y al final por querer aparecer en todos lados termina estando en ningún sitio.
Los tres bloques en los que se organiza el currículum oficial del área ‘Educación Emocional y para la Creatividad’ para los cursos de 1º a 4º de Primaria, serían los siguientes:
- Conciencia emocional. Con este bloque hacemos referencia a la traducción competencial de nuestra capacidad de darnos cuenta de nuestro mundo emocional, o lo que es lo mismo, pensar y sentir que sentimos. ¿Cómo? Primero, y antes que nada, sintiendo, es decir, experimentando corporalmente nuestras emociones. Segundo, aceptando, asumiendo esa experiencia emocional como nuestra. Y tercero, comprendiendo, descifrando nuestro mundo emocional.
- Regulación emocional. El segundo bloque nos presenta dos competencias relacionadas con la capacidad de ajustar nuestras experiencias emocionales, de modo que podamos vivirlas de forma protagonista, y no como rehenes de su automatismo: autocontrolar nuestra impulsividad emocional y la asunción de responsabilidades de la expresión de nuestro mundo afectivo.
- Creatividad. En el tercer bloque lo que se pretende es que los estudiantes se sientan creativos practicándola en su vida cotidiana, de manera que sean capaces de identificar los obstáculos sociales y emocionales que limitan su creatividad, para así promover la autoconfianza en sus propias capacidades creativas y desde ahí se posibilite el desarrollo de proyectos sencillos de carácter emprendedor en sus diferentes vertientes (económica, científica, social, artística,…), poniendo en uso las capacidades vinculadas al pensamiento divergente y las actitudes innovadoras
Hay que advertir que con respecto a los cursos de 5º y 6º y la etapa de Secundaria hemos desarrollado una propuesta curricular que daría continuidad a lo legislado actualmente respecto a la ‘Educación Emocional y para la Creatividad’.
P: ¿Cuáles son los resultados que se esperan obtener con él?
R: En un primer nivel de efectos anticipo que EMOCREA ayudará a afrontar problemáticas más urgentes como el fracaso escolar y el abandono educativo temprano. Creo que uno de los factores que más determina esta realidad conflictiva es la falta de respuesta a las necesidades educativas, no solo especiales, sino personales del alumnado.
Tenemos la convicción de que cuando el corazón afectivo se haga educativamente presente en el aula, su potencia atrapará a quienes se abran a su latido emocional, y entonces ya no será necesaria EMOCREA. Así, tendremos Matemáticas, Lengua, Ciencias o Naturales emocionantes.
P: ¿Deberían formarse en educación emocional todos los docentes o sólo los que impartan la asignatura?
R: Educar es algo más que transmitir información. Para eso no hacen falta docentes, la máquina lo hace mejor. Por eso defendemos que el principal recurso que tenemos para hacer efectiva la educación emocional es la ‘presencia’ honesta, consciente y emocional del docente en el aula.
Cuando abordamos el reto de implantar la educación emocional en el aula, priorizamos la demanda inmediata de los docentes: recursos para llevarla a la práctica en el aula.
Por ello, hemos lanzado ‘Amor Educativo Competente’, una competencia general que implica conectar emocionalmente con los estudiantes y saber hacerlo desde una perspectiva educativa para favorecer el aprendizaje y el desarrollo personal. Así es, en Canarias también somos pioneros en ofrecer asignaturas específicas de formación en educación emocional para los futuros docentes.
P: ¿Cómo cree que podría extenderse al resto de Comunidades Autónomas?
R: Lo revolucionario de EMOCREA no es solo el currículum, sino que aparezca en el Boletín Oficial de Canarias, porque con ello hemos posibilitado oficialmente un espacio en el horario escolar, una prescripción curricular para la programación de todo docente canario (del sistema público, concertado y privado), y sobre todo un lugar significativo dentro del aula, para que eso que nos define como seres humanos, nuestra capacidad para sentir que sentimos y para hacer sentir a los demás, sea objeto de aprendizaje, y, por tanto, de enseñanza.
Aunque no existe precedente alguno en el estado español y muy pocos en el contexto europeo, la implantación formal de áreas curriculares que aborden la adquisición de competencias emocionales y creativas terminará siendo una realidad.
P: Es autor de ‘EducaEMOción’, un libro que ofrece más de 100 actividades de educación emocional. ¿A quién va dirigido?
R: Para los docentes que están inmersos en la educación emocional, este material viene a confirmar lo que ya saben. Y para el profesorado que aún no se ha puesto en la tarea, porque lo justifica con un no sabe o no puede (porque al que no quiere hasta que él no decida cambiar no hay nada que hacer) ya no hay pretexto.
‘EducaEMOción’ es un manual de instrucciones que contiene la llave para abrir la puerta del cambio educativo, porque entra en la cerradura del alma, el corazón emocional, de quienes pueden realizar la transformación de la escuela: el profesorado, el alumnado y las familias. Por eso aunque su destinatario principal sea el colectivo docente también tiene vocación de alcanzar el hogar y concitar a los padres y madres a participar de forma cómplice en esta revolución de la escuela desde la afectividad.
P: Por último, un pequeño test. ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?
- Emociones: son las unidades psicosociales a partir de las cuales las personas le damos sentido a nuestra existencia y, en particular, a lo que aprendemos.
- Infancia: etapa clave del desarrollo psicosocial de la persona que en el momento histórico actual se caracteriza por una alta vulnerabilidad.
- Docencia: la función general de ayudar a un estudiante a aprender. Un docente enseña porque su alumnado aprende.
- Aprendizaje: eso es lo relevante del acto educativo, y para eso y por eso los docentes enseñan.
- Innovación educativa: Aprecio un exceso de discursos pedagógicos que defienden la innovación centrada en los ‘cómo’ y en los ‘cuánto’, olvidándose que lo central del acto educativo son los ‘quienes’. Por eso frente a este enfoque epidérmico soy más partidario de la innovación hacia el interior que promueva un sistema educativo que educa desde el corazón.
- GRUPO SANTILLANA 2018 (Autor)