El aprendizaje cooperativo es una metodología activa que tiene como finalidad lograr la autonomía del alumnado, además de profundizar en aspectos tan determinantes como la ayuda mutua, el trabajo en equipo, la responsabilidad individual, el desarrollo de las habilidades sociales y la inclusión de todo el alumnado.

Entre sus múltiples ventajas, el aprendizaje cooperativo busca que sea el alumno quien aprenda de sí mismo y de sus compañeros, y siempre guiado por un docente que cede su protagonismo a su alumnado.

Todas estas ventajas, junto con los valores que transmite el modelo pedagógico del aprendizaje cooperativo ha hecho que muchos docentes se hayan animado a incorporar dicha metodología con el pleno convencimiento de que otra educación es posible.
Pues bien, en este artículo tengo la intención de dar unas pautas que creo que pueden ser muy útiles para todos aquellos que se inician en un modelo pedagógico que, insisto, busca por encima de todo la inclusión de todo su alumnado. Unas recomendaciones que son fruto del estudio, pero también de mi experiencia en el aula.

1. Formación de grupos

La elaboración de los denominados equipos de base es uno de los aspectos clave de la metodología cooperativa. Y lo es porque una buena elección de los equipos de base hará posible que los grupos no solo estén compensados y sean heterogéneos, sino que el espíritu de cooperación sea el adecuado. De ahí que sea recomendable empezar a trabajar de manera cooperativa tras haber conocido cómo trabaja individualmente cada alumno. Por eso, es conveniente esperar algunas semanas tras el inicio de curso para empezar a formar los equipos de base.

También aconsejaría que la elaboración de los equipos de base fuera una decisión del equipo educativo de un grupo y que todos los docentes que impartieran el cooperativo en dicho grupo trabajaran con los mismos equipos de base, como mínimo, durante un trimestre.

2. Ambiente de aula

Un factor determinante a la hora de crear conciencia de grupo radica en el ambiente que seamos capaces de crear en el aula. Y cuando me refiero al ambiente, no solo estoy hablando de la decoración del aula, a la que personalmente doy mucho valor, sino a un ambiente que tenga que ver con aspectos que sirvan para reafirmar la conciencia individual y de grupo. Es por ello que resulta muy útil trabajar aspectos de motivación personal como las autoafirmaciones positivas o las celebraciones de manera grupal ante un logro, por pequeño que sea.

  • Ejemplos de autoafirmaciones positivas: Me merezco tener amigos, soy capaz de ayudar a mis compañeros.
  • Ejemplos de celebraciones grupales: ¡Somos un equipo!, ¡Hemos trabajado de manera genial! ¡Juntos podemos lograr lo que nos propongamos!

3. Dinámicas de grupo

Otra de las recomendaciones que quiero compartir con vosotros tiene que ver con el hecho de que hay que enseñar a cooperar. ¿Qué significa esto? Pues que en muchas ocasiones, los equipos de base no funcionan porque no se ha trabajado previamente la conciencia de grupo. De ahí que sea tan importante, antes de empezar a trabajar de manera cooperativa, que los alumnos realicen dinámicas de grupo que vayan encaminadas a la cohesión y a la cooperación. En este sentido puede ser muy útil que los centros elaboren una planificación de dinámicas de grupo a través del PAT (Plan de Acción Tutorial) y que sean los tutores en sus sesiones de tutoría quienes trabajen dichas dinámicas.

4. Estructuras cooperativas

Una vez hemos conseguido generar conciencia de grupo y elaborar los equipos de base que funcionen de manera cooperativa en el aula, el siguiente paso es empezar a trabajar de manera curricular a través de las denominadas estructuras cooperativas. Entre los muchos tipos de estructuras cooperativas que existen, me parece realmente interesante empezar por las denominadas Estructuras Kagan. ¿Y en qué consisten las Estructuras Kagan? Las Estructuras Kagan parten de un principio muy claro: conseguir que todos los alumnos estén involucrados en una tarea y que así la enseñanza se convierta en algo más fácil y divertido. Así, estas estructuras parten de cuatro principios básicos:

  • Interdependencia positiva
  • Responsabilidad individual
  • Participación equitativa
  • Interacción simultánea

Entre las Estructuras Kagan más conocidas estarían: RALLYROBIN, ROUNDROBIN, RALLYTABLE, RALLYCOACH y RALLYQUIZZ.

El aprendizaje cooperativo se ha instalado en muchas aulas y lo ha hecho con el firme  propósito de convertir a nuestros alumnos en personas autónomas capaces de ayudarse mutuamente y siendo plenamente conscientes de que la gran riqueza de un grupo está en su diversidad, en su heterogeneidad.

Santiago Moll

Santiago Moll es profesor de Secundaria en el IES Badalona VII, formador presencial y online, creador del blog educativo para docentes Justifica tu respuesta y autor del libro sobre educación digital Empantallados. Cómo convivir con hijos digitales de la editorial Larousse.

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