Durante la lectura, los ojos se mueven de izquierda a derecha mediante saltos. Cuando los ojos llegan al final de una línea realizan un movimiento amplio hacia la izquierda, de aproximadamente unos 10 grados, hasta alcanzar el principio de la siguiente línea. A este movimiento le siguen otros más pequeños y correctores que reajustan la posición del ojo al comienzo de la siguiente línea. Cuando estos movimientos no son precisos el sujeto omite, confunde y supone palabras.
Os proponemos algunas actividades:
1. El reloj: elaboramos un reloj con los números en círculo y lo colocamos en la pared, a medio metro del niño. Le pediremos que se sitúe con los pies juntos y la cabeza recta. Él irá mirando los números del reloj que le vayamos indicando, realizando fijaciones de 5 segundos en cada uno.
2. El laberinto: en esta actividad el niño deberá seguir un laberinto con el dedo, cuando lo consiga con destreza, le pediremos que realice el seguimiento sólo con los ojos.
3. La linterna: consiste en seguir con la mirada los movimientos de una linterna. Para ello, situaremos al niño a unos 40 centímetros de ella y realizaremos movimientos suaves horizontales, verticales y oblicuos.
4. El folio: realizamos perforaciones en un folio o cartón de diferentes tamaños, el niño tendrá que pasar por ellos un puntero, con una frecuencia rítmica.
5. Movimientos en vertical: el niño sentado dirigirá la mirada primero hacia el techo, parpadeará y contará uno. Luego le diremos que dirija la mirada hacia el suelo, parpadeará y volverá a contar uno. Debe mantener la mirada tres segundos en cada posición.
7. El lapicero: daremos un lápiz al niño y le pediremos que fije la mirada en la punta. Mientras lo mira, tendrá que moverlo dibujando círculos a la derecha y a la izquierda, sin mover la cabeza.
8. Zig-Zag: dibujaremos en una cartulina unas líneas grandes en zig-zag y pediremos al niño que siga el trazo con los ojos. Este mismo ejercicio podemos hacerlo realizando diferentes líneas en el suelo, o en la pared.
Imagen de portada, niños leyendo entre libros, niñas leyendo y niña con el libro, vía Shuttersock.
Laura María Iñiguez Alfaya, psicopedagoga especializada en Neuropsicología Educativa.
Muy útil
Nosotros llevamos a cabo ejercicios muy parecidos y realmente ayudan al niño/a en su motricidad ocular. Eso sí, si se detecta algo anómalo en el ojo se recomienda acudir al oftalmólogo y que la terapia la lleve a cabo un optometrista comportamental. Reciban un saludo, Equipo Capacita-le.