Desde que se estrenó hace unas semanas la serie de Netflix ‘Adolescencia’ hay un término que ha ganado rápidamente popularidad: ‘incels’. Abreviatura en inglés de ‘celibato involuntario’ (involuntary celibate), esta palabra hace referencia a ciertos hombres, especialmente jóvenes, que creen que son incapaces de tener relaciones románticas y/o sexuales con mujeres. Y es que aunque deseen hacerlo, sostienen que son precisamente las chicas las culpables de su ‘celibato involuntario’ y, por ello, se dedican a alentar ideas violentas y negativas contra ellas. Aunque este tipo de personas han existido siempre, es en la era de las redes sociales y de las comunicaciones online han encontrado un altavoz para difundir sus discursos de odio. 

Lo más preocupante para los expertos es que esta comunidad perteneciente a la manosfera –la red de sitios web, blogs y foros que promueven la masculinidad, la misoginia y una fuerte oposición al feminismo– está compartiendo discursos cargados de machismo entre las comunidades más jóvenes, haciéndoles creer que las mujeres son las culpables de sus problemas. De hecho, para la escritora británica Laura Bates, experta en esta temática, “casi todos los incels parten de la idea de que existe una conspiración feminista y un mercado sexual amañado y hostil para los hombres”, explica en una entrevista a El Confidencial. Bates lleva años investigando a esta comunidad, infiltrándose en foros incels para tratar de comprender cuál es la forma de pensar de estas personas, y recogiendo ejemplos de ello que han quedado reflejados en su ensayo ‘Los hombres que odian a las mujeres’ (Capitán Swing). Por citar un ejemplo de un usuario que se hace llamar Daryush Valizadeh en un blog: "Todas las mujeres de este planeta, sin importar sus estudios ni sus orígenes, son en potencia unas zorras, unas putas, unas guarras, unas sacacuartos, unas infieles, unas traidoras y unas narcisistas que no quieren más que llamar la atención". 

Un problema de futuro: jóvenes maltratadores y violentos 

Y es que el problema de la proliferación de estos grupos y de la influencia de sus discursos entre los más jóvenes es que pueden acabar moldeando en ellos ideas misóginas que los conviertan en adultos con comportamientos machistas y violentos, como advierte la psicóloga Lara Ferreiro en un artículo del diario ABC: “los jóvenes pueden ser una potencial población a ser futuros maltratadores psicológicos, incluso físicos, de adultos: cuanto más adolescentes se encuentran con esta comunidad, más manipulables son”, explica. Por ello, denuncia que estos grupos son culpables de sembrar un germen de odio que, si no se para a tiempo, pueden acabar convirtiendo a los niños en agresores sexuales psicológicos contra las mujeres. “Digamos que es una secta de maltratadores que cuentan incluso con una estructura piramidal donde hay líderes”, advierte Ferreiro. 

Baja autoestima, pocas habilidades sociales…

Pero, ¿cómo son realmente estos jóvenes que dedican sus días a difundir mensajes de odio contra las mujeres? Muchos expertos coinciden en que suelen ser adolescentes que no tienen demasiadas habilidades sociales y que tienden al aislamiento social. Además, suelen tener autoestima baja y problemas de salud mental como ansiedad o depresión, lo que les lleva a buscar la validación externa, tratando de camuflarse frente al grupo. Según destaca Ferreiro, autora del libro ‘¡Ni un capullo más!’, “son dependientes emocionales de las mujeres, pero como no las pueden tener, las maltratan y a veces también tienen incluso dismorfia corporal que hace que se vean gordos, feos…”. 

incels quiénes son

Todo ello les hace creer que no son ‘suficientes’ para las mujeres, respaldandose en teorías como la llamada regla del 80/20, que se menciona en uno de los episodios de la serie ‘Adolescencia’: según ellos, el 20% de los hombres son guapos y deseados por su estatus, y son en los que se fijan el 80% de las mujeres, por lo que ellos quedan directamente excluidos del alcance de las chicas. 

Dentro de esta comunidad también es muy común utilizar otras metáforas de las que también se habla en la serie, como la de la píldora roja: una idea que proviene de la película Matrix, en la que el protagonista, Neo, debe elegir entre una pastilla de este color, que lo despertará a una realidad oculta, o una azul, que lo dejará en la ignorancia. Dentro de la manosfera, la píldora roja se ha convertido en un símbolo para acceder a lo que algunos consideran ‘la verdad oculta’ sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Es por ello que a menudo comparten en redes sociales o en comunidades online este emoticono que es la clave para ‘despertar’ de una realidad social controlada por el feminismo y las mujeres que eligen a sus parejas basadas solo en atributos físicos y poder adquisitivo.