La ausencia de palabras en estos libros otorgan mayor peso a las ilustraciones, que son las encargadas de contar la historia. La maestra de Primaria María José Martínez Garrote nos muestra diferentes títulos para el alumnado.
Los libros sin palabras, también llamados silentes o mudos, ofrecen historias donde la imagen visual es la principal protagonista. La ausencia de palabras lleva a los lectores a interpretar las ilustraciones y a elaborar el relato sin el soporte del texto escrito. Asimismo, las imágenes obligan a explorar al máximo los detalles de cada página, a mirar con detenimiento, a descodificar e interpretar todos los elementos gráficos que aportan información: color, luz, línea, perspectiva, trazo… Con un formato atractivo, cuentan con distintas posibilidades pedagógicas: promueven la competencia visual, contribuyen a la alfabetización visual, desarrollan las capacidades perceptivo-cognitivas, fomentan la mirada analítica y crítica además de estimular la capacidad creativa e imaginativa.
Los siguientes libros sin palabras narran diferentes temáticas que transmiten mensajes universales e invitan a los más pequeños a reflexionar, expresar, comunicar, concienciar, sentir y empatizar.
Índice de contenido:
Este álbum proporciona una serie de ilustraciones de un parque en hora punta por el que pasean diferentes personajes. En cada página aparece un arenque rojo. Más allá de buscarlo a lo largo del libro, entre múltiples elementos y como si se tratara del conocido ‘Buscando a Wally’, lo más sugerente es que al pasar cada página, a modo de fotograma, los diferentes personajes siguen ahí, pero han cambiado un gesto, han avanzado unos pasos o hacen algo distinto. Así, en las sucesivas imágenes se van desarrollando pequeñas historias: madres y padres paseando a sus hijos, niños jugando o leyendo, gente sentada en los bancos, músicos que tocan diferentes instrumentos… Basta con elegir a uno de estos personajes y seguirlo para descubrir lo qué le podría suceder e imaginar su vida. El lector tiene infinitas opciones para crear e inventar narraciones además de las interacciones de unos personajes con otros.
Una niña ataviada con una capucha y una capa rojas cabalga a lomos de un ciervo por valles devastados y llanuras yermas. ¡El paisaje es gris, solitario y apocalíptico! De repente, observa una gran niebla oscura. Cuando se acerca, comprueba que se trata de una central nuclear abandonada. Entra y en medio de cables y fusibles, le llama la atención un botón rojo que aún emite destellos. La niña lo aprieta y, poco a poco, la vida vuelve a surgir por todos los lugares. ¡Los colores inundan la naturaleza!
Esta lectura hace reflexionar a los estudiantes sobre los peligros de las centrales nucleares y a recordar las tragedias de Chernobyl o Fukushima. Asimismo, nos alienta a la acción, a nuestra capacidad y responsabilidad para reaccionar con el fin de cambiar el mundo que nos rodea.
Este álbum ilustrado presenta a una serie de personajes antropomórficos que inician un viaje, quizá sin retorno. Forman un grupo unido y solidario que se ve obligado a abandonar su país huyendo de la guerra, el hambre y la miseria. Su largo periplo de incertidumbre también está lleno de duros sacrificios, dolorosas pérdidas y permanentes luchas puesto que dejan atrás a sus seres queridos, intentan cruzar fronteras y pierden a familiares y compañeros en esa interminable y fatigosa odisea.
La potencia y la fuerza de las imágenes muestran escenas acerca de la realidad de las migraciones y de los campos de refugiados. Esta lectura es una invitación a la reflexión, la empatía y la solidaridad.
Esta versión del relato de Hans Christian Andersen se sitúa en la época actual. Con un realismo casi fotográfico, relata cómo una adolescente abandona sus juguetes de la infancia al lado del contenedor de la basura en una gran ciudad. La odisea del soldadito y la princesa, una Barbie desaliñada, en un barquito de papel empieza en las cloacas rodeados de ratas hasta llegar a mar abierto. ¿Cómo acabará el viaje? Este álbum invita a reflexionar, con ironía y sentido crítico, sobre el contraste entre el consumismo occidental y la pobreza extrema, la miseria y la marginalidad.
Un niño y su familia se dirigen de una ciudad masificada a casa de sus abuelos para pasar las vacaciones de verano. Aunque las ilustraciones son en blanco y negro, en realidad ofrecen multitud de colores, sonidos, sensaciones y emociones, ya que el pequeño y su perro viven intensamente un sinfín de momentos en conexión profunda con la naturaleza y en familia. Los lectores asisten al goce absoluto de los sentidos al cerrar los ojos y notar la fresca caricia de la brisa o la intensidad del sol en la cara. Un álbum con el que captar la belleza de la vida, del mundo y del universo con total felicidad.
Propone un recorrido visual con el efecto ‘zoom out’, es decir, alejarse de una imagen para ampliar la visión a los demás elementos que componen el entorno. El viaje se inicia con la fotografía de la cresta de un gallo. Poco a poco el campo de visión se amplía y hay que modificar la primera impresión o interpretación del objeto en primer plano. Además, las imágenes van de una realidad a otra. Lo que en un principio parece ser una granja es en realidad una maqueta, que resulta ser un anuncio de una revista, que tiene en sus manos un niño que viaja en barco, que, a su vez, pertenece al cartel publicitario de un autobús que circula por una calle que está situada en una ciudad… Como moraleja queda patente que para ver mejor las cosas es conveniente tener una visión de conjunto, o lo que es lo mismo, alejarse porque en la distancia todo se percibe mejor.
