La mecanografía se define como la técnica de escribir a máquina. Un concepto ya obsoleto con la llegada de los ordenadores allá por los años 80, pero que sigue utilizándose en los teclados tanto de computadores como de los formatos más novedosos, smartphones y tabletas.
Y es que la mecanografía sigue estando vigente en las aulas. Hacemos que los chavales aprendan a escribir en teclado sin mirar a las propias teclas, a que lo hagan con rapidez y eficientemente. ¿Cuál es la mejor forma de aprender mecanografía? Vamos a ver si «damos con la tecla».
Los nuevos formatos vs. la tradición
La mecanografía más tradicional se refiere a la técnica de escribir a máquina, en aquellas viejas Olivetti M40 y posteriores que durante décadas plagaron las oficinas de todo el mundo —y, en muchos casos, siguen haciéndolo—. Requería de una postura específica de las manos, y de gestos adecuados para poder alcanzar todas las letras sin apenas mover las muñecas.
A pesar de que el mundo ha cambiado con la revolución de teléfonos inteligentes y tabletas, la mecanografía sigue estando vigente. Los ordenadores continúan siendo máquinas esenciales en el trabajo, y es por esto por lo que la mecanografía continúa siendo un conocimiento necesario en la sociedad actual.
Es cierto que han cambiado tanto los soportes —las viejas y duras máquinas de escribir ya se han reemplazado casi al completo por teclados de uso más suave— como el método de aprendizaje. Ya no se enseña mecanografía como antes.
Y es que, con la tecnología que nos rodea, el mejor modo de aprender a escribir sobre un teclado es precisamente utilizándonos en nuestro día a día. Pero sí, claro que existen programas para aprender mecanografía, algunos de los cuales repasamos a continuación.
Programas recomendados para aprender mecanografía
Los antiguos programas han sido reemplazados por páginas web, plataformas al completo destinadas a enseñar mecanografía a través de diversos ejercicios y ensayos.
Una de las más completas y atractivas es TypingStudy, que dispone de decenas de lecciones gratuitas y otros ejercicios bajo registro. Fáciles de seguir y con un ritmo incremental, es un recurso muy atractivo para aprender mecanografía al ser sencillo, intuitivo y guiado.
También nos encontramos con Keybr, más juego que plataforma de aprendizaje… aunque tiene mucho de esto último. Podremos incluso hacer carreras con otros usuarios online a ver quién escribe más rápido, aportando esa parte de gamificación que muchas veces agradeceremos; del lado negativo es que sólo está en inglés, con lo que los hispanoparlantes perderemos algo de eficacia en la escritura.
Ratatype va también en la línea de una plataforma moderna que incluso tiene un espacio reservado para profesores que enseñan mecanografía a sus alumnos, en base a la creación de grupos sobre los que luego llevar un registro.
Si lo que buscamos son programas offline encontraremos rápidamente una gran variedad, como Master Key, Accu-Type o el mítico Mecanet, entre muchos otros. La variedad es muy diversa aunque cada vez existen más opciones online que las offline, que parecen relegadas al pasado y que apenas han sabido evolucionar con el paso de los años.
También debemos comentar que es muy importante escoger una opción en el idioma que luego vayamos a utilizar, que generalmente será el local. De poco servirá aprender mecanografía en inglés si luego la mayoría de documentos los crearemos en español. Por tanto, el idioma es una barrera muy importante a la hora de elegir un programa para aprender mecanografía, y una razón de peso para decantarnos por unas opciones u otras.
La mejor técnica sobre cómo aprender mecanografía, la experiencia
Pero volvamos atrás. A pesar de que hay cientos de herramientas a nuestra disposición para aprender a escribir «a máquina», la mejor técnica para aprender mecanografía siempre termina siendo la experiencia. Cuanto más escribas, más velocidad irás ganando, más utilizarás todos los dedos —y no sólo los índices— y mayor eficiencia obtendrás.
El modelo tradicional de la mecanografía, ese que dice qué teclas puedes presionar con cada dedo, está cada día más anticuado, si bien sigue siendo un referente para los puristas que buscan la mayor eficiencia. Sin embargo, para la inmensa mayoría de mortales no tiene mayor importancia y se puede obtener una gran velocidad mediante la práctica.
Para ello ayudarán, por ejemplo, escribir textos de libros o artículos periodísticos que tengamos en papel, y sobre un procesador de textos. O páginas como 10fastfingers en las que, además de poder determinar nuestro ritmo de escritura —generalmente medido en ppm, palabras por minuto— también podremos hacer ejercicios basados en textos reales.
El ritmo de escritura depende enormemente del teclado que utilicemos, y no es lo mismo un mecánico que uno de membrana, ni una distribución española o una americana o alguna de las decenas de distribuciones que existen. Y obviamente, no es lo mismo escribir en un teclado de ordenador de sobremesa, que en el de un portátil (habitualmente más pequeño) y mucho menos en los de smartphone o tablet, que son teclados virtuales «no físicos».
El mundo de la mecanografía ha cambiado y las cosas son ahora muy diferentes. La práctica que antes era complicada de llevar a cabo ahora nos rodea, y tan sólo tendremos que dejarles tiempo y espacio —y, quizá, mandarles alguna tarea— para que ellos mismos experimenten. Será esta experiencia el mejor modo de aprender mecanografía.
Pienso que si llegamos a utilizar bien nuevas aplicaciones que predicen las palabras a medida que las escribimos, podemos incluso a batir el tiempo de escritura empleado con la mecanografía tradicional. Es un paso más para ser más eficiente y que sería interesante contemplarlo en este artículo. Un ejemplo de ello es SwiftKey para teléfonos inteligentes. Ahorras tiempo y esfuerzo físico. Un saludo.