En la actualidad, más de 7.000 centros de todas las etapas educativas ofrecen programas de enseñanza bilingüe y escolarizan en esta modalidad educativa a más de un millón y medio de alumnos. Pero este modelo no gusta a todos: mientras algunos cuestionan su eficacia, otros lo defienden como una herramienta que ha mejorado notablemente el nivel de inglés del alumnado. Xavier Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe y una de las voces más críticas y expertas en este ámbito, lo tiene claro: el bilingüismo funciona, pero solo cuando se hace bien. Y eso, según afirma, no ocurre siempre. Para que un programa bilingüe sea eficaz, debe contar con docentes bien formados, recursos adecuados y una inmersión real en la lengua. Y los centros que no puedan garantizar su calidad, deberían abandonar el modelo.

Pregunta: Si tuviera que elegir un método eficaz para el aprendizaje de idiomas desde edades tempranas, ¿cuál sería?

Respuesta: Depende del contexto. El método ideal es el bilingüismo, es decir, la exposición a dos lenguas de manera natural. Pero no todo el mundo puede aprender así, porque normalmente esto solo ocurre en familias donde se hablan dos idiomas en casa. Para la mayoría de la población escolar en contextos monolingües, lo adecuado es lo que dice la ley de educación: una aproximación a la lengua extranjera de forma lúdica en la etapa de Educación Infantil al tiempo que consolidan su lengua materna y la lectoescritura en esa misma lengua y luego, a partir del primer curso de Primaria, un buen programa de enseñanza bilingüe.

P: ¿Funciona la educación bilingüe en los centros educativos tal y como está planteada actualmente?

R: La enseñanza bilingüe ofrecida a través de un buen programa bilingüe funciona muy bien y los alumnos alcanzan elevados niveles de competencia lingüística en la lengua meta (es decir, el idioma que están aprendiendo). El problema es que no es fácil conseguir un buen programa bilingüe, puesto que se compone de una gran variedad de elementos que deben ser asegurados y gestionados de manera adecuada. Mucha gente piensa que la enseñanza bilingüe consiste en impartir contenidos en una lengua extranjera y nada más. Pero se equivocan. Sólo con eso se consigue muy poco o nada. Un buen programa bilingüe debe ser completo, garantizar una inmersión suficiente y de calidad y asegurar los recursos necesarios. Todos los programas bilingües en España tienen un amplio margen de mejora.

P: ¿Están los docentes preparados para dar clases en otro idioma? ¿Cuáles son las principales dificultades a las que se enfrentan? 

R: Para dar clase en otro idioma lo primero es dominarlo. Y eso se consigue demostrando un nivel C1 de competencia lingüística. Casi todas las comunidades autónomas exigen solamente un nivel B2, insuficiente para asegurar la calidad necesaria. En segundo lugar, se requiere una formación metodológica que no debe consistir en un curso, sino en una formación permanente a lo largo de toda la vida que permita que los docentes mejoren constantemente sus competencias profesionales. Y, por último, se necesita una formación que permita utilizar de manera óptima a los auxiliares de conversación.

Las administraciones educativas o los centros que cumplan estos tres requisitos tendrán docentes preparados para dar clase en otro idioma. Más de la mitad de los docentes españoles manifiestan tener un nivel C1, pero la principal dificultad es que el acceso a los programas es poco exigente y eso afecta negativamente a su motivación ya que, una vez alcanzado el nivel B2 que les solicitan, no necesitan seguir formándose.

"Si las administraciones educativas exigieran de verdad un nivel C1, los profesores serían mejores y aumentaría la calidad de los programas bilingües"

P: ¿Con la enseñanza bilingüe se consigue que mejore el nivel de inglés de los estudiantes cuando terminan su escolarización obligatoria?

R: La enseñanza bilingüe ha marcado un antes y un después en la enseñanza de idiomas en España. El nivel de inglés de los alumnos mejora incluso con el programa menos exigente, puesto que siempre supone un extra que se añade a la formación que recibían antes. Lo triste es que, con solo un poco más de esfuerzo, se podrían conseguir resultados mucho mejores. Lo único que está en juego es, al final de su escolaridad en un centro bilingüe, el mayor o menor nivel de inglés que alcanzan los alumnos en función de la calidad del programa seguido. Un buen programa bilingüe debe tener como objetivo para los alumnos un nivel B1 al final de la Educación Primaria, un nivel B2 al final de Secundaria y un nivel C1 al final del Bachillerato. El centro que no consiga esos resultados tiene que esforzarse.

P: ¿Qué ocurre con el resto de las asignaturas? ¿Logran los estudiantes aprender todo lo necesario o hay materias en las que no se alcanzan los objetivos del currículo? (En caso afirmativo, ¿por qué y cuáles son?)

R: Este es un argumento que ha sido sistemáticamente utilizado por ciertos sectores para atacar sin pruebas ni evidencia alguna a la enseñanza bilingüe. Además de las numerosas investigaciones existentes, la asociación Enseñanza Bilingüe ha realizado y publicado el mayor estudio sobre este tema: ‘La Enseñanza Bilingüe en España y sus efectos en los resultados académicos’. Basado en los datos de PISA 2018, viene a demostrar que aprender materias en una lengua extranjera no produce ningún efecto negativo en los resultados académicos de los alumnos. Si un programa bilingüe es bueno y los profesores están bien formados, los alumnos que estudian en una lengua extranjera obtienen de media mejores calificaciones (incluso en Historia de España, tal y como reconoce la Comunidad de Madrid) que aquellos que lo hacen en español.

P: Algunos centros han optado (o se lo están planteando) por abandonar sus programas de enseñanza bilingüe. ¿Por qué cree que están dando marcha atrás? 

R: Cada año se incorporan a la enseñanza bilingüe más centros de los que la abandonan. No obstante, desde la asociación Enseñanza Bilingüe llevamos años denunciando un exceso de centros bilingües y un crecimiento que no ha ido acompañado de los recursos necesarios.

"Cualquier centro que no pueda garantizar una enseñanza bilingüe de calidad, debería renunciar a ella"

Por ejemplo, Castilla-La Mancha mejoró su programa en 2018, lo que hizo que muchos centros con programas bilingües deficientes dejaran de cumplir los requisitos para continuar en él. El caso de Madrid es distinto. La Comunidad de Madrid ha mostrado cómo la política puede primar sobre la educación y ha tomado una decisión errónea cuyos resultados se verán en el futuro, por mucho que intente parchear la situación creada. Madrid no ha optado por abandonar su programa bilingüe pero, al tiempo que lo defiende, ha aprobado una medida que lo perjudica, y que se suma al deterioro al que lo ha sometido durante los últimos diez años rebajando los niveles que deben alcanzar los estudiantes, entre otras cosas.

P: ¿Cómo pueden las tecnologías educativas apoyar y mejorar los programas de educación bilingüe?

R: En la implantación del programa bilingüe en la Comunidad de Madrid, las tecnologías jugaron un papel clave, ya que ambos avances fueron de la mano. La autorización como centro bilingüe no solo dependía de la formación lingüística y metodológica, sino también de la preparación tecnológica. La instalación y el uso de pizarras digitales formaban parte del propio programa. Sin embargo, la evolución de ambos aspectos ha sido distinta, y en la actualidad, quizá sea la dimensión tecnológica la que genera más debate que la lingüística.

La enseñanza bilingüe se seguirá apoyando en la tecnología, pero sea cual sea esa relación, el protagonismo será siempre del profesor, ya que su papel es insustituible.