A pesar de que la mayoría llevan muchos años en el mercado para uso y disfrute de varias generaciones, estos juegos clásicos siguen siendo todo un éxito de ventas y usuarios. El secreto de su longevidad se encuentra en que fomentan la imaginación o el pensamiento lógico entre pequeños y mayores.
Pictionary, Monopoly, Twister, UNO… Todos estos juegos tienen algo en común: son auténticos clásicos. Para jugar en familia, de dos en dos o con amigos, resultan ideales para regalar en una fecha especial a los más pequeños (y a los mayores) porque fomentan el trabajo en equipo, la estrategia o la creatividad, entre otros beneficios. Recopilamos diversos juegos clásicos para disfrutar en casa o en el aula.
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Este circuito para coches de tracción eléctrica en miniatura tiene más de 50 años, pero ha conseguido evolucionar con el paso del tiempo. Con distintos modelos de coches y diferentes competiciones, tanto los adultos como los niños pueden compartir tiempo juntos ya que, además de jugar, también hay que hacerse cargo del montaje de las pistas de los circuitos o la estrategia a seguir para conducir los coches de la mejor manera posible. Un juego ideal para fomentar el trabajo en equipo o la paciencia, entre otros valores.
En este juego de memoria y estrategia, los jugadores deberán prestar atención a las cartas que se van cogiendo en cada turno, relacionándolas con las que se tienen en la mano. Una mecánica muy sencilla en la que pueden participar hasta 10 jugadores a partir de los 7 años y que cuenta con algunas versiones digitales disponibles en plataformas móviles, con personajes conocidos como Supermario o, incluso, con elementos que añaden emoción al juego como un lanzador de cartas.
Compuesto por una ‘sábana de plástico’ con 24 puntos de colores verde, amarillo, azul y rojo (seis puntos en cuatro filas), donde los jugadores (mínimo 2) tienen que girar la ruleta y colocar la mano o el pie en el color indicado. Para ello, no deben dejar que su cuerpo toque el suelo ya que eso supondría la eliminación inmediata. La ruleta indica que parte del cuerpo colocar (pie derecho, mano izquierda…), en qué color y fila. También existe una versión con el tapete el doble de grande que el original, para más jugadores.
Es uno de los juegos clásicos de mesa enfocados a gestionar el dinero por excelencia y puede utilizarse tanto en el aula como en casa. Debido a que todos los jugadores parten con un mismo capital disponible, los participantes aprenden a tomar decisiones: gastarlo, invertirlo o ahorrarlo decidirá el futuro de su partida. Por otro lado, también conocen qué es la deuda ya que necesitarán pedir dinero al banco cuando no tienen suficiente para comprar activos. En este sentido, además, toman conciencia del pago de intereses y su coste. Puede obtenerse en su versión junior o tradicional, según la edad de los participantes, y en otras versiones relacionadas con Fortnite, El Señor de los Anillos, Jurassic Park…
Para niños a partir de 7 años, consiste en ‘hundir’ los barcos del contrincante a través del anuncio de diferentes coordenadas. Con dos tableros enfrentados, los niños fomentan habilidades relacionadas con la estrategia y la lógica con el objetivo de convertirse en ganadores de la partida. Hay versiones del juego más reducidas, para viajes, y también con tableros multicolor.
Creado en 1985, este juego en el que el dibujo es el principal protagonista no pasa de moda. Tan solo hay que elegir una tarjeta de palabras y dibujar el concepto en cuestión. Divididas en distintas categorías y niveles (más fáciles para los niños y más complejas para los adultos), los menores desarrollan la imaginación y la creatividad a través del dibujo que tienen que realizar en la pizarra que viene incluida. ¡Y en un tiempo determinado! También cuenta con una versión en inglés.
La dinámica de este tradicional juego de preguntas es de sobra conocida: se lanzan los dados y se mueve la ficha hacia la temática que haya tocado. Se le realiza la pregunta al jugador y, si la acierta, recibe un quesito del color correspondiente. Quien antes consiga todas las cuñas y complete su ficha, ¡ganará! Dirigido a jugadores a partir de 16 años, existen numerosas versiones de este clásico: para familias, para fans de Harry Potter, Friends…
Diseñado para dos jugadores, el objetivo es adivinar a una serie de personajes que se encuentran en el tablero del contrincante. Para ello, cada participante elige un personaje misterioso, y luego tiene que ir haciendo una serie de preguntas que tengan como respuesta ‘sí o por no’ para así adivinar el personaje misterioso del otro jugador. Para niños a partir de 6 años, los menores repasan la apariencia física de las personas y los elementos que la componen: pelo, rostro, prendas de vestir… fomentando así la diversidad corporal, por ejemplo.
Laura Román
Periodista cultural con gran interés en la educación y la innovación tecnológica en las aulas. El futuro pasa por la tecnología y ya está aquí. ¿Te lo cuento?
