Todos los centros escolares tienen su propia biblioteca, pero eso no siempre es suficiente para que los estudiantes se interesen por la lectura. ¿Cómo acercarles más los libros? Una opción es ‘trasladar’ esa biblioteca al aula reservando un pequeño espacio donde reunir una buena cantidad de libros que estén siempre a mano. De este modo, el alumnado tendrá a su alcance los títulos que desee: cuentos, novelas, cómics, libros de texto… Los que ellos mismos y el docente elijan. A continuación, explicamos por dónde empezar y qué acciones se deben llevar a cabo para conseguir crear una biblioteca en el aula

Elegir el lugar

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Crear Una Biblioteca

Para crear una biblioteca en el aula no es necesario contar con grandes recursos de mobiliario: con tener una estantería o una simple mesa para colocar los libros es suficiente (también se pueden utilizar cajones para guardar revistas o cajas de cartón reutilizadas). Lo más importante, según el docente que se esconde tras el pseudónimo ‘Profe, digo Teacher’ en redes sociales, es buscar “un lugar reservado donde los alumnos y las alumnas puedan sentirse relajados para poder centrarse en la lectura o la observación de imágenes”.

Además, y con el objetivo de que el ambiente sea lo más agradable posible, recomienda añadir alfombras, cojines o colchonetas en el suelo, de modo que los menores puedan sentirse cómodos a la hora de leer. 

Conseguir los libros

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Los libros de la biblioteca del centro pueden utilizarse para llenar la del aula temporalmente; en este caso, los docentes y el alumnado tienen la posibilidad de seleccionar los títulos que deseen. No es la única alternativa: la biblioteca también puede crearse a partir de aportaciones personales de estudiantes y profesores. Así lo recomienda el blog Profesenapuros, que aconseja que cada estudiante traiga, al menos, dos libros (para asegurar que haya variedad).

Libros

En todo caso, los ejemplares deben estar en buenas condiciones; no se trata de abarrotar la biblioteca, sino de seleccionar los títulos que estén adaptados a cada edad y curso escolar. “Deja lo imprescindible, lo mejor y, si piensas que tienes títulos que son aburridos, no los pongas”, opina ‘Profe, digo Teacher’. 

Etiquetas y hojas de registro

Una vez que el docente ha recopilado todos los libros, es el momento de etiquetarlos. El blog Profesenapuros recomienda diseñar categorías (cuentos, novelas, ficción, libros de texto…) y asignarles un color. También es aconsejable numerar los tomos, de manera que tanto los estudiantes como los profesores tengan constancia de cuántos títulos componen la biblioteca. Para ello, se puede enganchar o pegar una etiqueta del color de la categoría con el número correspondiente en el lomo del libro. Por último, será necesario diseñar una hoja de registro; una tabla de triple entrada (nombre, número y fecha) donde los niños apunten sus iniciales, el número del libro que se llevan y el día en que deben devolverlo.

Sobre el autor
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Pepa Agüera

De pequeña preguntaba mucho y escribía otro tanto. Conjugué esas dos variables y ahora soy periodista. Me apasiona la cultura en todas sus formas, pero también la actualidad y la política. Compro libros por encima de mis posibilidades.