La IA está redefiniendo el marco educativo y la educación debe superar el debate entre tecnofilia y tecnofobia. Estas son algunas de las conclusiones del informe ‘Inteligencias conectadas: cómo la IA está redefiniendo el aprendizaje personalizado’ de la Asociación Espiral y el Observatorio de Innovación Educativa y Cultura Digital (ODITE), que ha explorado el impacto transformador de la IA en los procesos educativos, como el aprendizaje personalizado, y ha analizado cómo adaptarse a esta nueva realidad que ya está en las aulas.

Las claves

Así, el documento señala que la presencia de la IA ya no es opcional ni externa, sino que forma parte del tejido cotidiano del ecosistema educativo. Por ello, es esencial comprenderla como un componente estructural de la realidad escolar. No obstante, esta tecnología no es neutral ni mágica: su integración educativa debe ser crítica, ética y contextualizada ya que puede reforzar una visión cuantitativa, controladora y tecnocrática si no se preservan espacios de diversidad, subjetividad, reflexión crítica y sentido. 

Inteligencias conectadas: cómo la IA está redefiniendo el aprendizaje personalizado

También denuncia tanto el ‘tecnofetichismo’ solucionista como el ‘catastrofismo digital’, y propone una actitud equilibrada y basada en evidencias. Igualmente, el sentido educativo debe prevalecer sobre la tecnología: no se trata de adaptar los fines pedagógicos a las herramientas, sino de asegurar que la tecnología esté al servicio de los valores y propósitos educativos. Del mismo modo, la IA puede ser una aliada para una educación más justa e inclusiva, pero solo si se pone al servicio de los derechos educativos, la justicia social y la mejora de las condiciones de aprendizaje. 

Otras cuestiones ‘negativas’ a tener en cuenta

El informe también indica otros aspectos esenciales con la instauración de esta tecnología en el aula. Así, la autonomía docente y la responsabilidad institucional son fundamentales ya que existe un riesgo de pérdida de soberanía educativa ante la adopción acrítica de soluciones tecnológicas impuestas por intereses corporativos. Por otro lado, con la IA se corre el riesgo de reducir la educación a datos y eficiencia. Esta tecnología puede fomentar una visión tecnocrática que olvida los vínculos, la creatividad, la subjetividad y la agencia humana. También subraya la importancia del valor educativo de la incertidumbre: educar implica gestionar lo imprevisible. Con la IA se puede ‘eliminar’ la incertidumbre y puede empobrecer el proceso formativo y su dimensión humana.

Para explicar todo esto, el documento se organiza en tres ámbitos pedagógicos: escenario, fundamentos y praxis que se desarrollan en torno a varios ejes temáticos: fundamentos teóricos y conceptuales, herramientas y metodologías, el rol docente y la gestión del cambio, las perspectivas prácticas, el impacto social y emocional, la evaluación y futuro de la educación con IA, la visión del alumnado y profesorado y la creatividad y aprendizaje autodirigido. El informe al completo está disponible para descargarse de forma gratuita en la página web de la Asociación Espiral.