VIH, clamidia, gonorrea… Las enfermedades de transmisión sexual han crecido un 84% en España, sobre todo entre hombres, según datos de la empresa de tecnología especializada en salud Cegedim. Entre las principales causas que motivan este peligroso aumento, la ministra de Igualdad, Irene Montero, señala principalmente una: la falta de educación sexual en las aulas. Y es que, según la Encuesta nacional sobre sexualidad y anticoncepción entre los jóvenes españoles realizada por la Fundación Española de Contracepción, casi el 70% de los estudiantes de Secundaria confiesa que la educación sexual que han recibido en sus centros escolares no les ha sido útil en su vida sexual. 

La presencia de este tipo de formación en el aula, que hasta el momento no formaba parte del currículo, dependía en gran medida de los equipos directivos o del profesorado de cada centro. “La educación afectivo-sexual es casi inexistente en la escuela. En ocasiones se trabaja algún taller o charla específica, pero no es un tema transversal que se aborde con profundidad”, apunta Carmen Ruiz Repullo, socióloga especializada en violencia de género. Según datos procedentes de la misma encuesta sobre sexualidad y anticoncepción, la mayoría de los jóvenes destaca que su principal fuente de información en este tema ha sido Internet o su propio círculo de amigos. 

Gracias a la reciente aprobación del Proyecto de Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, más conocido como Ley del Aborto, la educación afectivo-sexual será obligatoria en todas las etapas educativas a partir del próximo curso. “Con esta nueva medida buscamos garantizar el derecho a la educación sexual para conocer nuestros cuerpos, para tener relaciones sexuales y afectivas basadas en los buenos tratos y en el consentimiento, para conocer los diferentes métodos anticonceptivos y fomentar su corresponsabilidad, para combatir las prácticas violentas, para prevenir las ITS y para poder hablar de la salud menstrual”, destaca Montero. 

Formación del profesorado: clave para educar en el aula 

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El primer paso necesario para poner en marcha esta iniciativa será la formación del profesorado en materia de educación sexual y menstrual ya que la mayoría de los docentes, aunque puedan abordar este tema en el aula, no cuentan con unos conocimientos sólidos para ello. La psicóloga Rocío Carmona, que durante años se ha dedicado a acercar este tipo de educación a los centros escolares a través de diferentes talleres, afirma que “ni en los Ciclos de Educación, ni en la facultad, los docentes tienen una asignatura de educación afectivo-sexual. Entonces, ¿cómo les vamos a pedir que lo hagan en el aula?”. 

Educación Afectivo-Sexual

De este modo, con la nueva ley se busca reforzar la formación de los futuros profesionales en materia de IVE (interrupción voluntaria del embarazo) y salud sexual y reproductiva, incluyendo contenidos en las carreras de ciencias jurídicas, de la salud, de la educación y sociales y en los currículos de las oposiciones vinculadas a ellas. 

La lucha contra las enfermedades e infecciones de transmisión sexual

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Otro punto importante que debe abordar la educación afectivo-sexual son las ETS e ITS: enfermedades e infecciones que se contraen a través de prácticas sexuales, ya sean de manera vaginal, anal u oral. De hecho, parte de los jóvenes desconocen que pueden contraer algunas de estas infecciones al realizar prácticas orales como una felación. 

Entre las más comunes se encuentran la clamidia, el virus del VIH, la sífilis o el VPH. Esta última, más conocida como el Virus del Papiloma Humano, es la ITS más común y, de acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, cerca de un 80% de las mujeres se infectará por un tipo de VPH a lo largo de su vida. Y, aunque este tipo de infección tiene normalmente un carácter transitorio, en algunas personas puede permanecer con el paso del tiempo y convertirse en un factor principal en el desarrollo de cáncer de cuello uterino. 

La Importancia De La Educación Afectivo Sexual

Muchos jóvenes siguen desconociendo los graves riesgos que traen consigo prácticas sexuales poco seguras. Esto se debe, en gran medida, a que la educación sexual que han recibido se ha centrado principalmente en la prevención del embarazo. Algunos de ellos afirman haber asistido a las típicas charlas en las que se explica cómo poner un preservativo a un plátano y se recalca la importancia del uso de estos sobre todo para evitar embarazos no deseados. Sin embargo, el uso de preservativos, que con la nueva ley pasarán a repartirse de manera gratuita en los centros escolares, es también esencial para tratar de frenar las ETS e ITS, así como la recomendación de realizarse pruebas diagnósticas preventivas de manera frecuente. 

Consumo pornográfico: el caldo de cultivo para las agresiones sexuales

La pornografía ha sido y sigue siendo para muchos uno de los primeros encuentros con el mundo sexual. De hecho, 7 de cada 10 adolescentes consumen pornografía, a la que acceden por primera vez a los 12 años. De estos, el 30% reconoce que Internet es su única fuente de información sobre sexualidad, según datos del Informe ‘(Des)información sexual: pornografía y adolescencia’ realizado por Save The Children. 

Este es otro de los problemas que se derivan de la falta de educación afectiva-sexual en los centros escolares y que acarrea consecuencias graves, como explica la sexóloga Raquel Graña: “Este consumo influye en sus prácticas y en sus experiencias, ya que muchos quieren experimentar justamente lo que ven en los vídeos o creen que saben hacerlo por lo que se muestra en las imágenes del porno”. 

Hipersexualización, prácticas abusivas, violentas y agresivas o distorsión de los roles de género son algunas de las conductas que los jóvenes adquieren al consumir este tipo de contenidos. Además, cada vez más expertos las relacionan  con el aumento de agresiones sexuales y violaciones grupales. Un ejemplo muy reciente es el caso de los ‘pinchazos’ que durante el pasado verano algunas jóvenes denunciaron haber sentido estando de fiesta y que para algunas tuvieron como consecuencia la pérdida temporal de conciencia. Desde el Ministerio de Interior, se está ya investigando para conocer cuál es su objetivo, barajándose dos posibles supuestos: cometer agresiones y abusos sexuales o crear una sensación de inseguridad para amedrentar a las mujeres. 

Por todo ello, la educación afectivo-sexual es una herramienta clave para desmontar esta concepción errónea que muchos jóvenes consumidores de porno se forman sobre las relaciones sexuales y que repercute también de manera directa en sus relaciones afectivas, motivando conductas tóxicas y abusivas. Rocío Carmona hace hincapié en la importancia de tratar con ellos temas como “el deseo, las emociones, la comunicación, el autoconocimiento, el placer, la responsabilidad y el consentimiento”. La psicóloga también subraya que “es muy importante que este tipo de educación se lleve a cabo desde una perspectiva de género, es decir, teniendo en cuenta las diferencias entre mujeres y hombres así como abordar en el aula toda la diversidad y orientaciones sexuales existentes”.

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Lucía García López

Periodista, redactora y feminista. Me gusta el cine, la música, el arte y la política. Aprendiendo día a día. Convencida de que la cultura es la mejor arma de transformación