Actitudes que nos hacen docentes más empáticos

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Actitudes Que Nos Hacen Docentes Más Empáticos 2

Quiero empezar este artículo haciéndote una pregunta sencilla: ¿Te consideras un docente empático? Depende, me dirás. Me refiero a si escuchas con atención lo que tienen que decirle tus alumnos, lees su comunicación gestual y eres capaz de descifrar cómo se sienten, das validez a sus emociones y les ayudas a expresarlas sin dañarse o dañar a los demás.

Si te implicas en todas estas acciones y participas afectivamente de la realidad emocional de tus alumnos, no es necesario que continúes leyendo. Sin embargo, si crees que podrías hacerlo todavía mejor y quieres, ¡te espero unas líneas más abajo!

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1. Pregunta antes de afirmar

Docentes Empáticos

Este es el primero de los trucos que puedes aplicar desde hoy para que la comunicación en el aula cambie. Por lo general, todas las personas solemos imponer nuestra postura y obviamos que existan otras realidades. Así que, te propongo cambiar el común “otra vez te has dejado los deberes en casa” por “¿le ha sucedido algo a tus deberes?”.
De esta manera, estarás fomentando el diálogo y mostrando interés por lo que ha sucedido. Así, te será más fácil que tus alumnos se sientan cómodos para expresarse contigo, y compartir sus problemas y preocupaciones.

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2. Empieza tus conversaciones interesándote por el otro

¡Qué sencillo es y cuánto nos cuesta a veces! Te propongo un reto: Prueba a empezar hoy las conversaciones con tus alumnos un “hola, ¿cómo estás hoy?”. Estarás dando un primer paso para que esa persona se abra y te explique cómo se siente. Por un rato, evita hablar sobre ti y céntrate en escuchar, aprenderás mucho.

3. Conoce a tus alumnos

Proponte descubrir cosas que desconoces sobre tus alumnos: Qué hacen al salir de la escuela, qué les gustaría aprender en clase, qué opinan sobre un tema concreto, etcétera. Todo lo que descubras te resultará de gran ayuda para tus clases, podrás emplearlo para motivarlos y centrarlos en la tarea.

4. Adiós prejuicios y etiquetas

Conoce a tus alumnos por primera vez. Suena loco, ¿verdad? Dales la oportunidad de verles hoy sin los filtros que tú mismo te has impuesto con el paso del tiempo: Raúl es un trasto, María es muy buena alumna o a Juan no se le dan bien las matemáticas.

5. Piensa en positivo

Docentes Empáticos

¡Ponte las gafas de la felicidad! Durante un rato, presta atención solo las cosas que hacen bien tus alumnos y destierra lo malo. Hazles saber lo mucho que valoras el esfuerzo que dedican en aprender y cuánto han aprendido desde el inicio del curso. No te permitas ningún pensamientos negativos y si por un momento te aborda un problema, ¡transfórmalo en una oportunidad!

Puedes practicar este cambio de actitud con la sencilla dinámica de “El semáforo de la felicidad”. ¡Te la explico a continuación!

Al final de la semana, durante la asamblea semanal o la clase de tutoría, da a tus alumnos unos folios en blanco con caras que expresen diferentes emociones: alegría, miedo, tristeza y enfado. Pídeles que coloreen aquella que describa mejor su estado de ánimo a lo largo de la semana y que coloquen ese folio, de forma anónima, en una bolsa o cajita.
Toma todos los folios y, delante de ellos, haz el recuento de los resultados. Apunta cada semana en un póster cuántas caritas ha habido de cada tipo y juntos comparad esta semana con la anterior: ¿qué cambios ha habido?, ¿hay más caritas alegres? o ¿hay muchas caritas enfadadas esta vez?

Preguntaros por qué ha habido estas variaciones y tú, docente, da paso al diálogo. Permite que los alumnos expresen libremente cómo se han sentido, por qué están alegres o por qué no lo están. Escucha y muéstrate empático con los consejos que has leído anteriormente.

Rocio Lopez Web

Rocío López Valdepeñas es maestra especialista en innovación educativa y emprendimiento.
 
 
 
 

11 Comentarios
  • Cuando una tiene 240 alumnos con ratios cercanas a los 30 en clase, se conforma con que no se maten entre ellos y con conseguir poner cara a la mayoría de los nombres a final de curso…

    • Jajaja es cierto.. pero de todas formas hay posibilidades de hacer que se sientan atendidos.. en mi caso les escribo mails que trato de que sean como si les estuviera hablando cara a cara.. Genera una conexión distinta a que si enviara en plural.. entre otras cosas.. y funciona. Hay que aprovechar las TICs!

      • La verdad es muy buena estrategia, lamentablemente nos encontramos muchos docentes y alumnos que no contamos con las herramientas que necesitan las tics.

      • Totalmente de acuerdo con ustede, yo hago lo mismo les mando mail o al wasap y me resulta es algo más personalizado y se sienten importantes…

  • Totalmente de acuerdo con el post. El desarrollo de la empatía, tanto en docentes como en los estudiantes, abre las puertas para el entendimiento mutuo, para conocer nuestras diferencias, y para entender nuestro dolor. Se trabaja poco en los centros educativos, tal vez por que los maestros son forzados a rutinizar sus labores producto de la organización escolar, como apunta el profe de barrio Chungo. La rutina atenta contra la empatía. Hay que repensar los centros educativos con los actores de la educación. Eso proponemos desde Escuelas para la Justicia Social.

  • Muy buenos consejos. Con estas técnicas para aumentar la empatía se mejora el bienestar de los niños, pero también el de los profesores, y mucho. Crear un buen ambiente en clase favorece el aprendizaje, reduce el malestar de alumnos y profesorado, aumenta la motivación e implicación y se reducen las ausencias y falta de deberes. Por no hablas de las patologías psicosomáticas que se llegan a desarrollar en el colegio. No hay excusas para no emplear técnicas empáticas, si si quiere se puede. Si se podía hacer cuando había 50 alumnos en clase, se puede hacer con 30. Ánimo, con actitud positiva todo es más fácil.

  • Guía, catálogo, “menú” o sugerencias para realizar la actividad docente es válida, pero no suficiente para modificar la conducta del docente al estar frente al grupo de estudiantes. Aquí es determinante la verdadera reflexión y cambio personalidad, de actitud ante la vida en sociedad, es decir, en todo momento de su vida el docente tiene que sociable, cortés, amigo y confidente de todas las personas, porque hay muchos que no saludan a sus colegas de su propia escuela. ¿Por qué? Porque no aman su propia vida ni su profesión; son convenencieros, mezquinos, autoritarios. Simplemente egoístas y faltos de capacidad de interrelación personal y actitud positiva.

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