La educación allí donde no hay asfalto o agua potable supone toda una serie de retos diferentes a los que estamos acostumbrados a leer estar líneas cómodamente frente a un ordenador. Fe y Alegría, una ONG que trabaja en el ámbito educativo en África, América Latina y Asia con la colaboración en la distancia de organizaciones como ALBOAN, corrobora esta realidad de primera mano.
Como muestra, un ejemplo: de las 59 escuelas incorporadas en Madagascar desde que empezó a trabajar allí en 2013, sólo 7 son urbanas. La prioridad ha sido incorporar a la red las escuelas de las zonas más apartadas, en comunidades a las que sólo se puede llegar a pie.
El aula de adobe
Estas carencias materiales son la cúspide visible del problema fundamental: la carencia de estructura educativa. Muchos de estos centros son atendidos por la comunidad, por los propios padres y madres de los alumnos, ante la falta de retribución para el profesorado. “En los pueblos se consiguen ingresos durante los dos o tres meses que siguen a la cosecha, pero luego ya no hay dinero y los maestros y maestras se encuentran ante el dilema de trabajar sin cobrar… o de buscar alternativas para sobrevivir”, explica Ciervide.
Integrar a la comunidad en la educación
El trabajo y el esfuerzo por una buena educación de los sectores empobrecidos y excluidos rinden sus frutos y, en muchos casos, las familias valoran más la educación recibida en un centro apoyado por Fe y Alegría que en las alternativas estatales.
Con toda esa experiencia acumulada saben cuál es la única hoja de ruta: “No se puede entender la educación sin tener en cuenta la comunidad en su conjunto: niños y niñas, mayores, personas ancianas, las personas que no han sido asimiladas por la cultura dominante, quienes tienen necesidades especiales, etc.»
La suma de los tres condicionantes, los materiales, los estructurales y los sociales, dibujan un panorama complejo, lejos de lo que los de asfalto, el que esto escribe y muy probablemente el que esto lee, vislumbra cuando piensa en un aula. En este enlace puedes conocer más del trabajo educativo de Fe y Alegría y ALBOAN y aportar tu granito de arena por una mejor educación en África.